2020 y 2021 fueron años desafiantes para las empresas y lo que va de 2022 no se queda atrás. La pandemia ciertamente ha dejado su marca, pero las compañías han buscado vías para enfrentar y superar sus efectos. Una de las estrategias ha sido desarrollar equipos de alto rendimiento para procurar revertir no solo el impacto negativo de la crisis sanitaria, sino de cualquier otra amenaza, sea interna o externa, implementando los cambios que sean necesarios y así producir resultados a largo plazopara lograr el éxito.
Como punto de partida, los equipos de alto rendimiento tienen algunos aspectos en común que son clave. Por ejemplo, son articulados y todos los miembros trabajan hacia un objetivo común; están formados por personas con múltiples habilidades que ayudan a ofrecer mejores resultados; la crítica es constructiva y los desacuerdos se consideran críticas saludables y el liderazgo del equipo puede cambiar de vez en cuando para ayudar a impulsar el negocio.
Los equipos de alto rendimiento pueden corregir rápidamente y adaptarse a los nuevos desafíos. De hecho, en el artículo “5 Things High-PerformingTeams Do Differently”, publicado en octubre del año pasado en Harvard Business Review, se señala que una nueva investigación sugiere que los equipos de mayor rendimiento han encontrado formas de aprovechar las conexiones sociales durante la pandemia para impulsar su éxito.
De acuerdo con la publicación, los hallazgos ofrecen pistas importantes sobre las formas en que cualquier empresa puede fomentar una mayor conectividad, incluso dentro de un entorno de trabajo remoto o híbrido, para diseñar equipos de mayor rendimiento.
Asegura que hacerlo requiere más que simplemente contratar a las personas adecuadas y dotarlas de las herramientas apropiadas para hacer su trabajo. “Requiere crear oportunidades para que se desarrollen relaciones genuinas y auténticas”, advierte.
De acuerdo con el artículo, cuando se trata de construir “lugares de trabajo extraordinarios” y equipos de alto rendimiento, son tres las necesidades psicológicas esenciales: autonomía, competencia y relación. “Décadas de investigación demuestran que cuando las personas se sienten psicológicamente realizadas, tienden a ser más sanas, felices y productivas”.
Sin embargo, sostiene que, de esas tres necesidades esenciales, la relación, o el deseo de sentirse conectado con los demás, siempre ha sido la más difícil de cultivar para las empresas, pues se puedencontar con empleados talentosos, pero lo complicado es lograr que se agraden. Y la pandemia, con el trabajo remoto, ha hecho más complejo que se creen vínculos personales estrechos.
“Una nueva investigación sugiere que los equipos de mayor rendimiento han encontrado formas sutiles de aprovechar las conexiones sociales durante la pandemia para impulsar su éxito…¿qué hacen de manera diferente los equipos de alto rendimiento? Nuestro estudio reveló cinco diferencias clave, todas las cuales resaltan el papel vital de la conexión cercana entre colegas como impulsor del desempeño del equipo”, señala el artículo.
Tales hallazgos se resumen en que los equipos de alto rendimiento no tienen miedo de levantar el teléfono -tienden a comunicarse con más frecuencia por esa vía-; son más estratégicos y productivos con sus reuniones, pues las planifican con antelación y fijan tareas; e invierten tiempo en vincularse con temas que no son de trabajo, lo cual “fomenta una simpatía más profunda y conexiones auténticas”.
También dan y reciben reconocimiento con más frecuencia y son más auténticos en el trabajo, expresan tanto emociones positivas con sus colegas como negativas, lo cual es visto como beneficioso para las empresas.
Así que los mejores equipos no son más efectivos porque trabajen todo el tiempo, sino porque invierten tiempo en conectarse de manera genuina para, más adelante, desarrollar un mejor trabajo en equipo.Y a eso se suma, según estudios, que la autenticidad contribuye al bienestar en el lugar de trabajo, al desempeño individual y, por su puesto, mejora el rendimiento del equipo.
De manera que está más que justificado que las empresas apuesten ahora más que nunca a los equipos de alto rendimiento.