Productores botan cientos de kilos de tomate por falta de gasolina
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Lo ocurrido con los agricultores que, angustiados y naturalmente abrumados por la falta de gasolina que impide el traslado de sus cosechas, es el espejo o el reflejo de este que nos revela lo que desgraciadamente ocurre en Venezuela.

Para estos humildes trabajadores del campo es muy difícil llevar a las ciudades los frutos de sus cosechas, por la sencilla (pero absurda, tratándose de un país petrolero) razón que no cuentan con un normal suministro de gasolina.

Que sepa el gobierno que manda en el país venezolano (porque aquí no se gobierna, aquí se manda, se atropella y se huella la dignidad de los venezolanos), que no crean, como los perros, que son sus ladridos los que hacen andar a los carros, sino la gasolina.

Mientras vemos los abusos, carencias, expropiaciones, pérdida de vidas, abusos a las libertades públicas, y un innúmero de desgracias que nos agobian, el sátrapa cubano se pasea muy orondo por el mundo en un avión de una aerolínea venezolana. Esa vaina pugna ante la conciencia humana, y nos confirma en la convicción de que sigue vigente aquella fechoría del golpista Hugo Chávez: enajenar nuestra soberanía a los funestos designios de la satrapía cubana.

Ysnet Antonio Rodríguez Mambel, del municipio Pueblo Llano del estado Mérida.  injustamente detenido por denunciar la pérdida de sus cosechas de zanahoria por la escasez de combustible, fue liberado porque sencillamente no cometió delito. De modo que quedó en evidencia el papel nada apreciable del Ministerio Público al pretender imputarle (como a otros agricultores en similares circunstancias), el delito de boicot que nunca cometieron. Así las cosas, no debieron estar ni un solo segundo detenidos. Por dicha, también liberaron al agricultor Jhonar Barazarte.

Las detenciones de estos trabajadores las dio a conocer el fiscal general, Tarek William Saab, el pasado domingo y este martes en la misma red social, Twitter, donde informó que los productores agrícolas fueron capturados por haber violado la Ley de Precios Justos, lo que las autoridades consideran un «boicot».

Todo se quedó en la parafernalia o show publicitario, es decir, anunciar una exitosa gestión de un organismo muy dado a la figuración pública, a su aparición en los medios, haciendo ver que están ejerciendo su cargo eficiente y eficazmente. Pues, no. Y los hechos y resultados de estos procedimientos judiciales, de suyo amañados, así revelan todo lo contrario.

Mientras la estatal Pdvsa, encargada del suministro de gasolina en todo el país, señala que trabaja con «normalidad» y capacidad suficiente para cubrir la demanda nacional, en la calle persisten las filas para repostar y han aumentado las denuncias por la escasez de combustible en los últimos días.

No solo las económicas, los gobiernos de corte socialista-comunistas, intrínseca y extrínsecamente autoritarios, siempre están dispuestos a apremiar y a coaccionar todas las libertades del individuo, y, por tanto, las de los que ejercen cualquier actividad en forma colegiada. Reprimen, ahogan, asustan y llevan a cabo sus amenazas, sin importarles lograr con tales macabras prácticas desilusionar a la ciudadanía, truncar sus sueños y debilitarla hasta perder sus esperanzas.

Un pueblo que no tiene hambre, sonríe y es feliz. Por ello conviene favorecer la agricultura, suministras los insumos suficientes para que la actividad agrícola se lleve a cabo en términos y condiciones convenientes para los trabajadores del campo. No dando dádivas a la población, promoviendo el hedonismo y convirtiendo a la gente en parásitos del Estado o del gobierno de turno, mejor dicho, a cambio de favores electorales.

Un ejemplo de esta detestable práctica gobiernera son las bolsas o cajas CLAP. Dicho sea de paso, no es el arroz picado, ni la leche que no es leche ni la harina que no sirve para hacer arepas. Es la caja o bolsa mencionada que no debe existir, por vergonzoso y deprimente.

¡Qué curioso!

Meten presos a agricultores humildes, sembradores de tomates y zanahorias, por protestar pacíficamente por falta de gasolina, mientras se defiende a ultranza a Alex Saab, un supuesto diplomático venezolano, nacido en Colombia y señalado de varios delitos de corrupción; y al propio tiempo se ignora el paradero de Tareck el Aissami, principal señalado del desfalco milmillonario a la industria petrolera… y a todas estas, las lechugas siguen sin aparecer


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