La riqueza de un país no necesariamente se construye a base de los recursos naturales propios; es posible obtenerla, aunque no haya ninguno. El recurso más importante son las personas. El Estado solo necesita sentar las bases para que el talento de las personas florezca.

Margaret Thatcher

La crisis global de salud ha posicionado el uso de mapas como principal herramienta para, mostrar información del covid-19 en el mundo a través de los principios geográficos de localización, patrones de distribución y evolución de las áreas de mayor contagio.

Los mapas, son un recurso valioso para el trabajo geográfico, ya que constituyen una herramienta instrumental imprescindible para hacer Geografía. De ello, se ha valido la Universidad Johns Hopkins de los Estados Unidos, al combinar datos e información espacial para revelar localización y, distribución de contagios del covid-19 a escala global mediante representaciones que puntualizan tendencias del virus.

Esto demuestra que la utilidad de la Geografía va más allá de una mera descripción de ríos, montañas, paisajes, culturas y países. En el caso venezolano, la Geografía ha tenido un lugar muy pasivo en la enseñanza escolar.  De hecho, la Ley Orgánica de Educación (2009), sitúa a la Geografía en un esquema de nueva cultura política basada en un único enfoque, el geohistórico.

Definir un enfoque unidireccional para enseñar el objeto de estudio de la Geografía (el espacio geográfico), le resta amplitud, alcance y evolución a la enseñanza del espacio y, a la forma de aprehender las relaciones y diferenciaciones de los atributos territoriales del país.

En la Escuela de Geografía de la Universidad de Los Andes, entre tanto esta ciencia es concebida como ciencia multiparadigmática (variadas formas metodológicas que coexisten para abordar categorías geográficas como: espacio, territorio, paisaje y lugar), en Venezuela, la educación geográfica se ve limitada a una sola forma de estudiar e interpretar la realidad espacial; reforzada además, con amplias cargas de ideologización mediante uso de categorías geográficas de corte marxista (elementos del enfoque de la Geografía radical o Geografía de izquierda).

Ello lleva entonces a preguntar ¿qué papel desempeña la Geografía en la formación y educación de una nación?, ¿cómo canalizar el tema de la reconstrucción del país abordándolo desde los estudios geográficos?, ¿de qué manera mostrar el rol determinante que tiene la Geografía para aportar al desarrollo nacional? Y, ¿qué tipo de conocimientos deben presentarse hoy como posibles contenidos para el currículo de la educación geográfica del país?

La primera interrogante se aborda reconociendo que la información detallada del territorio del país, las particularidades y la heterogeneidad espacial (geodiversidad), los contenidos territoriales (valoración económica de recursos naturales y constructos humanos), la representación espacial y su difusión (producción de mapas), ayudan a la conciencia e identidad nacional de la población y, a las aspiraciones de desarrollo. Es decir, conviene que en Venezuela se inicie una campaña de difusión del conocimiento, la potencialidad y la valoración económica de los contenidos geográficos a escala nacional.

Atendiendo a la segunda interrogante y, con base a la visión del Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales de la ULA, de fortalecer las potencialidades geográficas del país, he desarrollado una línea de trabajo que consiste en una reinterpretación de la Geografía y de la organización territorial. El enfoque, busca canalizar la reconstrucción nacional desde perspectivas del desarrollo humano, equipamiento y competitividad territorial, libre mercado y cambio de óptica de las relaciones internacionales que mejor conviene al país desde un punto de vista de su localización hemisférica y, relaciones comerciales históricas.

La Geografía tiene un rol muy importante para el desarrollo. Organismos como el Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo han entendido que la comprensión de la geografía de las naciones canaliza los objetivos del desarrollo y ayuda a la superación de la pobreza mediante políticas que fijan un mejor uso de las ventajas geográficas.

Una orientación educativa coherente de enseñanza de la Geografía en Venezuela, debe apoyar el cambio de paradigma de la riqueza de la nación, la cual no reposa en sus recursos naturales sino en el conocimiento de sus recursos humanos para hacer uso eficiente de la información geográfica, es decir, un enfoque de equipamiento-competitividad territorial; conexión espacial e integración internacional; brindando viva participación a las fuerzas de mercado como principal impulso de desarrollo humano y crecimiento económico del país.

La última interrogante se relaciona con las orientaciones metodológicas del currículo bolivariano, en el cual se aspiraba la formación de un “nuevo ciudadano venezolano” desde perspectivas geohistóricas e ideario bolivariano.

Si consideramos la posición actual del estudio y enseñanza de la Geografía, notamos que el mundo de nuestro día, tanto a escala global (pandemia mundial) como a escala nacional (incertidumbre ante los amplios problemas nacionales), está marcado por profundos cambios, de allí, que un enfoque de estudio geográfico limitado a una mirada unidireccional de la realidad geográfica (enfoque geohistórico con altos rasgos de ideologización), no ayuda en nada a identificar los problemas que vive el mundo y el país.

La Geografía, en su desarrollo como ciencia y como área disciplinar de enseñanza escolar, ha sido trastocada por los cambios históricos que impulsan al hombre a renovar el manejo de sistema de conceptos. Hoy, temas como ambiente, globalización, desarrollo, sostenibilidad, migración, cambio climático, tecnología, comercio, relaciones internacionales, población, recursos naturales, energía, territorios inteligentes y libertad, son categorías que obligan a la Geografía a renovar su campo de acción, tanto en la investigación como en la enseñanza escolar.

El conocimiento geográfico que hoy se difunde va ligado a hechos contextuales. Se habla de la virtualidad, la robótica, la inteligencia artificial, 5G, Internet de las Cosas, chabots y machine learning. Pareciera que todos estos eventos están cambiando la forma en como funciona el mundo.

Por tal motivo, la enseñanza futura de la Geografía escolar en Venezuela, plantea retos y desafíos. Pareciera que el nuevo mundo que se está construyendo, se hace sobre la base de la tecnología y lo virtual.

En ese sentido, el estudio y enseñanza de la Geografía en la actualidad global, se basa en el poder de los datos, geolocalización, red mundial de datos espaciales, big data y visualización interactiva espacial. Es decir, toda una acción global que obliga a preguntarnos, ¿una concepción curricular de educación geográfica basada en un único enfoque (el geohistórico) y con amplia carga ideológica, brindan respuesta para que la población venezolana adquiera una formación geográfica capaz de integrarse al mundo de hoy?

Claro que no. Si deseamos que la formación geográfica escolar en Venezuela sea copartícipe de estos cambios globales, debemos aprovechar el contenido conceptual, instrumental y multiparadigmático que hoy redefinen el mundo.

Conviene reconocer, que una mejor educación geográfica del país debe sustentarse en la idea del uso eficiente de la información geográfica; esto define una mejor identidad territorial y, por tanto, identidad nacional.

La elección está en que la emergencia global (covid-19), y el complejo contexto nacional (crisis económica, política y social), son momentos ideales para repensar, redefinir y ampliar el campo de acción de una educación geográfica capaz de superar el desfase curricular y conceptual que se ha planteado en la visión de educación geográfica bolivariana. De allí, la insistencia de que es necesario un repensar nacional de la utilidad de la Geografía para la reconstrucción y el desarrollo de Venezuela.


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