I

Enrico Fermi (Roma 1901-Chicago 1954) fue un físico italiano nacionalizado estadounidense y Premio Nobel de Física en 1938. Nadie fue tan versátil como él, dotado de un talento genial tanto para la física teórica como para la experimental. Es conocido, principalmente, por haber llevado a cabo la primera reacción nuclear controlada y es que, desde abril de 1942 a septiembre de 1944, fue la figura clave del “Laboratorio Metalúrgico”, el equipo secreto del campus de la universidad de Chicago cuyo objetivo era desarrollar un reactor nuclear y, en último término, la bomba nuclear. La creación del primer reactor nuclear culminó el 2 de diciembre de 1942.

En 1944, él y su esposa adquirieron la nacionalidad estadounidense y en septiembre de ese año se trasladó a Los Álamos, en el estado de Nuevo México, donde sería una figura clave en el Proyecto Manhattan bajo la dirección de Robert Oppenheimer. El proyecto culminó con la prueba exitosa de la bomba “Trinity”, el 16 de julio de 1945. El lanzamiento de las bombas de Hiroshima y Nagasaki se verificó apenas un mes más tarde, en agosto de 1945.

El éxito de Fermi nació tanto de su apreciación del arte de lo posible como de su destreza e inteligencia innatas. No le gustaban las teorías complicadas y aunque tenía una gran habilidad matemática, no la usaba cuando el trabajo podía ser hecho más sencillamente. Era famoso por obtener respuestas rápidas y precisas a problemas que desconcertarían a otras personas. Tiempo después, su método para obtener respuestas rápidas y aproximadas, bien en una servilleta de papel o en el dorso de un sobre, elementos que socorren a quien explica algo de manera informal, por ejemplo, en un café, fue conocido como el «Método Fermi» o también “El problema Fermi”.

Un ejemplo de su método, es la estimación del poder de la bomba “Trinity”. Fermi había calculado previamente y con su método, hasta qué punto la onda expansiva podría desplazar unos pequeños trozos de papel que soltó antes de la explosión. Luego  de la explosión, los trozos se desplazaron con el viento atómico y, a partir del desplazamiento, estimó que la prueba había liberado energía equivalente a 10 kilotones. La estimación oficial original de los técnicos del proyecto fue de 18,6 kilotones y la evaluación cuidadosa más reciente es de entre 22,8 y 26,8 kilotones. Ahora bien, ese no es el único ejemplo: el problema canónico de Fermi, dado que vivió y enseñó en la ciudad de Chicago, es estimar cuántos “afinadores de piano” (piano tuners) había en Chicago. Los invito a “guglearlo”.

En todo tópico o materia, se denomina problema de Fermi, a problemas que involucran la obtención rápida de cantidades que parecen imposibles de estimar dada la limitada información disponible. Un problema de Fermi tiene cinco (5) características que lo identifican y tres de ellas son: 1) su accesibilidad, lo que significa que puede ser abordado y resuelto por cualquiera, con diferentes niveles educativos y con diferentes niveles de complejidad; 2) su clara conexión con el mundo real; y 3) la ausencia de datos numéricos, es decir, la necesidad de hacer estimaciones razonables basadas en consideraciones relevantes. Debo subrayar esta tercera característica –la ausencia de datos- pues es la que ha originado mis últimos, y próximos artículos, relacionados con el pronóstico de demanda.

El método de Fermi no garantiza resultados correctos, pero sí establece una primera estimación que podría estar equivocada en no más de un factor de 2 ó 3, ciertamente dentro de un factor de, digamos, de 10. Así por ejemplo y en una de las variantes del problema de los afinadores de piano, el cálculo de Fermi arrojaba 150 afinadores. En consecuencia y por ejemplo, no deberíamos esperar ni 15 afinadores ni tampoco 1.500.

II

El caso es que otro problema de Fermi es, precisamente, estimar la demanda de empanadas en un barrio de cualquier ciudad de nuestra geografía.

En la red de redes es posible ubicar dos artículos del año 2021: el primero en el día 334 de la pandemia cuando la inflación puntual anual era de 1.796% y el segundo en el día 483, cuando la inflación puntual anual era de 1.551% (ambas cifras de inflación según Cendas-FVM). Tales artículos suministran información sobre la demanda de empanadas en La Guaira y en Caracas.

El primero lo publicó El Nacional y se tituló «Sobrevivir vendiendo empanadas: la historia de Faisuris Álvarez”. Faisuris tiene un puesto de venta a la orilla de la playa, adonde llegan los turistas y cuenta que “En un día de movimiento bueno podría vender entre 100 y 200 empanadas”.

El segundo artículo está ubicado en el portal de la Universidad Monteávila y se titula «Conoce la historia de Yoraima, la ‘Reina’ de las empanadas de La Trinidad». Cuenta Yoraima que, antes de la pandemia, llegó a tener hasta 15 empleados y vendía hasta 600 empanadas en un solo día. Cuando la tormenta de covid-19 amainó, solo vendía 50 empanadas al día. Luego se asoció con una empresa de “delivery” y subió sus números hasta las 400 empanadas diarias vendidas entre 1,5 y 2 dólares.

Con el método Fermi y en mi artículo de la semana que viene, estaré materializando una respuesta a “Cuántas empanadas diarias debe vender una humilde -y ficticia- emprendedora, Mileici González, ubicada, en el barrio La Bombilla de Petare”.

 


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