La mala gestión de Pdvsa y sus empresas filiales constituye la causa principal del colapso de la producción petrolera y del deterioro de la capacidad de refinación. Esto se ha visto agravado por el endurecimiento de las sanciones económicas aplicada por el gobierno de Estados Unidos que complican el acceso a los mercados financieros y de bienes y servicios, incluyendo componentes para la refinación del petróleo en combustibles y lubricantes. El impacto de las sanciones económicas se exacerba ahora con el malestar social que ha generado el cierre de Directv en Venezuela debido a que las sanciones prohíben los canales Globovisión y Pdvsa TV, pero el gobierno de Maduro se negó a sacarlos de la programación.

A Chevron las sanciones le recortan margen de maniobra. La OFAC le dio plazo hasta noviembre a esta compañía estadounidense para que termine de finiquitar sus negocios con Pdvsa y esto se traduce en una nueva reducción de las operaciones de exploración y extracción de petróleo, cuestión que repercute en los contratos de servicios y adquisición en las empresas mixtas con Pdvsa.

Rosneft también se vio presionada a salir de Venezuela. La petrolera rusa tiene accionistas internacionales cuyos intereses fueron afectados por las sanciones económicas. Para evadir este impacto, Rosneft liquidó todos sus activos en el país, cuyas filiales llegaron a comercializar un promedio de 400.000 b/d. Ahora, sin la intermediación de Rosneft, Pdvsa tiene que hacer frente a las sanciones que le impiden comercializar directamente su petróleo, pero el problema es que los precios del petróleo están tan bajos que ya no hay margen para conceder descuentos a las navieras que se arriesgan a transportar y comercializar el petróleo venezolano.

Otro caso poco conocido es el de Nynas,  una petrolera de origen sueco en la que Pdvsa adquirió 50,01% de su capital en el marco de la política de internacionalización que se inició en la década de los ochenta. Nynas fue acondicionada para recibir crudos del estado Zulia, pero el despacho de aproximadamente 60.000 barriles diarios del lago de Maracaibo se interrumpió a partir de las sanciones a Pdvsa. Esto erosionó la rentabilidad de Nynas que se declaró en bancarrota, se acogió a un proceso de reestructuración de la deuda y, para evadir las sanciones, planteó como salida reducir la participación de Pdvsa para que la petrolera sueca no fuese considerada su filial. Reducir la participación de Pdvsa de 50,01% a 15% significa una pérdida del 35% de la participación accionaria de Pdvsa.

Con esta venta, el Plan de Reestructuración de Pdvsa comienza con una privatización poco transparente de sus activos en el exterior, lo cual acelera el fin caótico y desordenado del modelo nacionalista y estatista que prevaleció en la industria petrolera venezolana y deja muchas dudas sobre la protección de los activos de Pdvsa y la República en el exterior y en el territorio nacional.  

@victoralvarezr


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