Emily Pellegrini

«Hay ganas de volver, de amar, de no ausentarse» (CÉSAR VALLEJO)

¿Quién iba a creer que un hombre se volvería loco por una mujer? ¿Quién iba a creer que una mujer se volvería loca por un hombre? La verdad es que no se sabe quién sería capaz de renunciar a su rutina por una historia de amor. Solo se aprende qué es el amor dejándose arrastrar, en otras palabras, enajenándose. Cuando uno se enamora desaparecen las brújulas y los mapas, los lunes y los martes, la rúcula y las papas, el día en medio de la semana y los jueves ceden el paso al caótico alud del fin de semana. Enamorarse es quedarse ciego de los dos ojos y no ver nada, enamorarse es despertar los cuatro, cinco, seis sentidos. Lope decía ‘esto es amor, quien lo probó lo sabe’ . Cuídese usted, querido lector, del amor de mentira porque en este mundo hay hombres y mujeres a quienes no les importa hacer daño. He estado leyendo una novela muy larga estos días que se cuentan las emociones de cuatro mujeres enamoradas del hombre equivocado. La escritora irlandesa Marian Keyes escribe -con estilo- irónica sobre el sentimiento amoroso. En el interior de las más de setecientas páginas de Un tipo encantador nos ofrece las contradicciones emocionales de las mujeres, el inestable mecanismo psicológico de un maltratador y la esclavitud de una mujer alcohólica incapaz de sobreponerse a su adicción hasta que acepta su condición de dependencia y se confiesa en una reunión de Alcohólicos Anónimos. A pesar de que uno intenta entender a las mujeres, saber qué sienten, cuándo quieren estar solas y en qué momento querrían tenerte a su lado, con las mujeres no hay manera.

En realidad, ¿qué buscamos los hombres en las mujeres? ¿Qué es lo primero que miramos? Los hombres buscamos la belleza, probablemente, de manera instintiva. Somos admiradores de lo bello. Pensemos en cosas hermosas: la lluvia, los retratos de mujeres de Egon Schiele, la poesía, la música, el cine. El arte no encuentra razón de ser si no existe alguien que lo contemple y lo admire. Nosotros somos los artistas, los pintores, los que las soñamos. Ellas son la obra de arte. La belleza de un rostro, la boca, los ojos, el pelo suelto y el pelo recogido, el color de piel, la sonrisa y la risa, la voz, el talle y el gusto por el adorno, la silueta entera, el calzado y el movimiento conforman la idea de una fémina atractiva. Indudablemente, hay más. Una mujer ha de tener personalidad y carácter. Una mujer sabe cómo enamorar, cómo enamorarte.

Por otro lado, ¿qué quieren las mujeres? Todas coinciden en señalar que para ellas la personalidad del varón, lo que no se ve, es una prioridad. Obviamente, reconocen que les atraen los hombres fuertes, masculinos (lo cual no significa que no sean sensibles, incapaces de emocionarse e incluso llorar) y atractivos. Muchas mujeres dicen que les gustan los hombres que les hacen reír, pero matizan enseguida que tampoco les atraen los payasos. Enamorarse, en fin, volviendo a Lope ‘desmayarse, atreverse, estar furioso’ .

¿Quién iba a pensar que podría enamorarse de una mujer de mentira? Uno se encapricha de modelos como Carré Otis o Christy Turlington. Es verdad, las dos tienen cuenta en Instagram y cualquier internauta puede acceder a sus perfiles y fotografías. Pues por extraño que parezca, más de un incauto confiesa su admiración por Emily Pellegrini*, y trata de contactar con ella. Emily Pellegrini comparte fotos y vídeos sensuales en su cuenta de Instagram, con más de 200.000 seguidores. El caso es que se ha descubierto que la joven no es real, sino producto de una imagen digital creada por Inteligencia Artificial. En el amor no hay que conformarse con la apariencia. Lo que realmente importa es el amor verdadero.

Carré Otis

Emily Pellegrini

instagram.com/Emily.Pellegrini


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!