Foto @freddysuperlano

Así como la abeja reina puede ser considerada núcleo vital de un panal de miel,y es en ella donde reside la razón de ser y existencia del todo,la Madre Reina, así en el poder político se observa la misma estructural subordinación, y tal cual parece estar construido.

Por su parte el tan íntimo “Yo” también invierte a manos llenas para autoprotegerse en mecanismos de defensa. Igual se juegan el ajedrez, la vida, casi que todo. Visto así, resulta la totalidad y cada cosa tan fuertes y en verdad son tan frágiles.Los dinosaurios, el amor, la salud, la amistad, la dentadura, la memoria. Dependemos del centro y frente a él, el arduo y fabuloso camino por la libertad.

Cuál será a todas estas me pregunto, el centro del poder político en regímenes distintos, de naturaleza y ejercicio tan disímil, como lo son las democracias y las dictaduras. Será ese medio de la mitad del centro del poder el gobierno, ese tan plural en singular enunciado; residirá más bien y uninominalmente en el presidente de la República, quien como la abeja reina representa la razón de ser del Estado. Quedará más bien esa médula en el respeto por la Constitución; en el territorio, cáscara protectora; en la soberanía de la nación, su seguridad y su defensa; dónde pues.

Será más bien en el respeto por las instituciones; en la fuerza; en el equilibrio de los poderes públicos;en el ciudadano y sus derechos humanos; en las instalaciones militares o en las infraestructuras petroleras en casos como el venezolano; en los centros neurálgicos de la información y la comunicación; en el control de los servicios públicos; en el monopolio de la violencia legítima; en la soberanía popular. ¿Qué dejamos en el tintero?¿Las elecciones? ¿Varía en definitiva ese centro entonces dependiendo del régimen político? ¿Estriba en especial Momentum; en las circunstancias?¿Qué otra cosa nos falta por nombrar?

Se lo han preguntado durante tanto tiempo teóricos políticos y otros tan ambiciosos como ellos, pero más pragmáticos tal vez, a fin de comprender o defender y proteger un sistema de vida en particular. Otambién quienes,para descubrir las debilidades de un gobierno en concreto, con la intención de acabarlo o de salir deél de alguna manera, a la larga o a la tempranera, por la fuerza y a través de la conjura de varios,decidenasestarel golpe de gracia definitivo.

Autores y actores sobrarían en esta crónica donde no caben, pero viene a mi cabeza, de buenas a primeras: La técnica del golpe de Estado (1931), de Curzio Malaparte, tan emparentado autor en tantas cosas con Nicolás Maquiavelo;o para no irnos tan lejos aquí mismo, en esta tierra de desgracias, las consejas en persona de Fidel Castro a su alumno más destacado y obediente, o igualmente las del argentino Norberto Ceresole, dicen antisemita, neonazi, peronista y fascista, que escribió un libro cuyas tesis aprendió desde antes, cual pomposo alumno y de memoria, el innombrable. Hablo de: Caudillo, ejército, pueblo: la Venezuela del comandante Chávez (1999).

Súmele usted las consejas patrias, domésticas y variopintas, de Rangeles-Miquilenas y etcéteras, vendidas en tantos outlets criollos y extranjeros, Danny Glover aquél, cuya lista se haría interminable por plurales o individuales sinvergüenzas, alcahuetas,vividores, corruptos, que lograron zapateros sus minas de oro,Ali Babá en país bananero, mar de su felicidad, y que criollitos o importados metieron el hombro y de qué forma para dar al traste con el castillo de naipes que construimos en aquella Venezuela que ya no existe, durante 40 años de la tan al fin y al cabo gentil, abierta, frágil y boba democracia nuestra.

Hoy el régimen saca los colmillos en Barinas, la intocable y virginal cuna del prócer, donde todas las cuentas y recuentas dan al candidato de la oposición, llámese tal o cual, y le niegan el triunfo y así roncan,“por qué no nos da la gana”.

Eso hablan en público, y no es cuento,por la calle de en medio,con sus acciones los señores feudal es de hasta hoy, gane quien gane,en la comarca familiar y amurallada, con acciones militares y otras patrañas, poder de fuego fuera de control y de sitio, que vociferan, irrumpen e interrumpen, camuflados, enmascarados, en escenarios civiles constituidos, respaldados en y por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde las autoridades del CNE parecen haber sido puestas en cintura, para que no se vayan a creer y entiendan quiénes son en verdad los que mandan en y sobre la republiqueta de cartón piedra en la que llueve permanentemente sobre mojado y nunca escampa.

El centro de la mitad del medio, siempre tan protegido y del que hablamos, se ha puesto en evidencia en Venezuela una vez más,defendido por la corrupción del poder político, que no es sino tan solo militar con sus compinches criollos y otras faunas, en su expresión pública más descarnada, armada y descarada, que se sintetiza en el irrespeto por la decisión del pueblo, de los que en Barinas y en el país votaron, y conste que yo no voté pero defiendo a capa y espada a los que así lo hicieron, por quienes no pueden aceptar que en su hacienda apropiada, el centro simbólico y amniótico de mitologías y narrativas, la gente les dijo basta ya por la mitad del medio de su centro.

 


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