Se aproximan las elecciones generales en Argentina y sigue siendo altamente incierto qué candidato y de qué fuerza política podría ser el triunfador. Esto, a pesar de que Argentina sufre una inflación mensual que oscilan entre 6% y 8% y la pobreza afecta a 4 de cada 10 personas.

Es muy extraño que en esta situación no se descarte que el frente oficialista, ahora llamado Unión por la Patria, pierda la elección. Y es que Sergio Massa aterrizó en la cartera económica, hace ya un año, con un dólar paralelo que cotizaba en $296 y hoy sobrepasa los $550. La pobreza sigue marcando porcentajes por encima del 40%, según todas las mediciones, y la indigencia ronda el 10% de la población. Además, el Banco Central tenía a fines de julio un saldo negativo de 7.000 millones de dólares, mientras se siguen negociando acuerdos con el FMI para sortear la crisis.

Hace un año, cuando la situación macroeconómica se encontraba en una situación menos horrible que la actual, Massa y su equipo comentaban que se estaba “coqueteando con la hiperinflación”. En este contexto, es difícil imaginar que el candidato del frente oficialista pueda ganar una elección, principalmente si el candidato es el ministro de Economía que nos sigue sucumbiendo en la crisis socio-económica.

Por otro lado, la coalición Juntos por el Cambio (JxC), que es una ampliación de la alianza Cambiemos, que ganó las elecciones presidenciales en 2015, sigue fortaleciéndose a nivel provincial y local. En las elecciones que vienen celebrándose en los diferentes distritos JxC ha conquistado espacios, ya sea por ganar gobernaciones o intendencias provinciales o porque suma legisladores en varios de estos territorios.

En este marco, las chances de JxC de ganar a nivel nacional, al presentarse orgánicamente como la principal oposición, deberían ser altísimas. Sin embargo, la escisión que existe al interior de la coalición, permite que la interna entre las “palomas”, los más dialoguistas que responden a la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta, y los “halcones”, los más duros que responden a la candidatura de Patricia Bullrich, debilite un apoyo integral a la coalición.

La interna en Juntos por el Cambio por momentos se vuelve descarnada. En una campaña extremadamente sucia se pudo constatar, de cara a las PASO- elecciones interna-, celebradas en Santa Fe, como la senadora nacional Carolina Losada, “halcona” de JxC, vinculó al ex ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, “paloma” de JxC, al narcotráfico.

Pullaro ganó la interna holgadamente y Losada, quien fue apoyada por Patricia Bullrich y Mauricio Macri, debe ahora recalcular para volver al diálogo con quien acusó de graves delitos. Este tipo de enfrentamientos virulentos entre pares en la coalición se replica en la ciudad porteña y en varios distritos.

A nivel nacional, Bullrich deja entrever en sus spots de campaña que es el cambio y que Rodríguez Larreta, su competidor dentro de la coalición, puede representar una continuidad del oficialismo. Rodríguez Larreta, por su parte, recuerda que fue ella quien hizo parte del desastre de 2001 tras los gravísimos errores cometidos por la Alianza cuando dejó el poder a los dos años de asumir, siendo ministra de Trabajo.

Las PASO nacionales se celebrarán en un par de semanas, y al día siguiente de la elección, quienes hayan perdido la elección, ya sea “halcones” o “palomas”, deberán convencer a sus electores de votar a sus férreos opositores en la interna.

La tercera fuerza con chances de triunfar en las próximas elecciones, es La Libertad Avanza (LLA) conducida por Javier Milei. Según diferentes sondeos de opinión, Milei estaría perdiendo apoyo electoral o no estaría ganando adeptos en este tramo de la campaña.  Como sea, se estima que el líder libertario alcanzaría probablemente el apoyo de aproximadamente un tercio del electorado desencantado con la política y con la “casta” que vive de la política y no para la política.

Probablemente esta posible pérdida de apoyo hacia Milei responda a que se volvió de público conocimiento la presunta compra y venta de candidaturas entre Milei y Sergio Massa, a partir de constatar que un alto porcentaje de candidatos en las listas de la fuerza libertaria en las provincias y municipios, son miembros del Frente Renovador de Massa y del kirchnerismo, de la “casta” según el ideario de Milei y su militancia.

Todo indica que en Argentina nos enfrentamos a una elección de tercios y por tal motivo, una segunda vuelta electoral pareciera lo esperable. Y es probable que esto ocurra porque Juntos por el Cambio no se junta, y debido a un dato que tal vez se esté subestimando. Y es que en las elecciones provinciales- en 19 provincias de 24 ya hubo o están celebrándose elecciones desdobladas con las nacionales- la abstención electoral alcanza entre 30 y 40% del padrón electoral.

Todo esto parece querer decir al menos tres cosas. En primer lugar, que, si se replica tal situación a nivel nacional, el porcentaje de los que no votan puede equivaler o superar a los porcentajes que las diversas encuestadoras les asignan a las tres fuerzas con chances de alcanzar la presidencia. En segundo lugar, que no todos los desencantados con la política optarían por Javier Milei, que en todas las provincias obtuvo una ínfima cantidad de votos o ni compitió. Y finalmente, que, si los desencantados con la política no votan, las fuerzas que cuentan con “techo bajo, pero piso alto”, como el oficialismo, pueden ganar una elección, incluso tras haber gobernado muy mal durante los últimos tres años y siete meses.


 

Sandra Choroszczucha es politóloga y profesora de la Universidad de Buenos Aires. www.sandrach.com.ar


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