Ryan Burke, líder privado de EY Global, una de las firmas de servicios profesionales del mundo más importantes, fue enfático el año pasado cuando celebraron a “50 emprendedores imparables de todo el mundo”, en el EY World Entrepreneur Of The Year 2022.

“Los emprendedores tienen la capacidad de ver a la vuelta de la esquina y enfrentar los obstáculos de frente. Es la combinación de estas características vitales lo que realmente les brinda el poder de enfrentar los mayores desafíos que el planeta ha enfrentado durante generaciones”, dijo.

Y con toda razón, pues hay algo definitivamente diferente en la manera de pensar y actuar de los emprendedores. No importa si son aficionados, con poca experiencia, o experimentados, todos tienen un rasgo en común y es, precisamente, la actitud emprendedora y la innovación.

Esa actitud es la que diferencia a los emprendedores del resto de las personas, pues les permite estar conscientes en todo momento que los retos y los compromisos son grandes, pero aun así se atreven a dar el paso necesario.

Los emprendedores tienen un ADN muy particular: no le temen al fracaso, ven oportunidades en cada desafío y hacen sus sueños realidad. Para ellos, su mundo es visión y, al mismo tiempo, acción y por eso son personas insaciablemente curiosas, implacablemente ambiciosas, inmensamente motivadas y, por encima de todo, imparables.

Pero no basta con poseer esos dotes naturales, también hay un conjunto de actitudes que, en muchas ocasiones, necesitan desarrollar para alcanzar el éxito. Son 17 las actitudes principales -recogidas por el portal Emprendedores New- que definen la forma en que reaccionarán frente a las circunstancias que los rodean.

Y estas son: riesgo, iniciativa, progresista, actualización permanente, decisión, tenacidad, entusiasmo, creatividad, recuperación frente al fracaso, positivo, dinamismo, autoconfianza, inconformidad, perseverancia, flexibilidad, independencia y tener propósitos.

Además, es importante recordar que emprender es una tarea un tanto complicada y por eso el emprendedor no debe confiar exclusivamente en sus habilidades, es necesario que sepa gestionar su negocio y se forme para ello.

También hay un hecho indiscutible y es que los emprendedores, al desarrollar nuevos negocios, contribuyen a incrementar la productividad y generar más empleos, dándole así un valor agregado a la economía.

Así que emprender y triunfar es la sumatoria de virtudes y habilidades naturales y adquiridas, combinado con una buena dosis de confianza, flexibilidad y estar dispuesto a correr riesgos.


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