Mientras trabajo en los textos de un autor que me solicitó los revisara, necesito cotejar algunos enunciados que plantea en sus páginas con lo dicho por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la American Psychiatric Association, en su quinta edición.  Al revisar semejante cartapacio, con más de mil páginas, encuentro lo siguiente: “La posibilidad de una conducta suicida existe durante todo el tiempo que duran los episodios de depresión mayor. El factor de riesgo que se ha descrito de manera más sistemática son los antecedentes de intentos o amenazas de suicidio”. ¿Conocemos acaso mayor depresión que la vivida por nuestro país entero?

No tengo tiempo al escribir estas líneas para llamar a varios amigos psiquiatras y psicólogos para intercambiar opinión, y elaborar una definición para aquellos que invitan, o ayudan, al sostenimiento de estadios de depresión mayor.  Yo, profano confeso y manifiesto, los tildo de proxenetas y alcahuetas, teniendo por tales a aquellos que se empeñan en prostituir a Venezuela para beneficiarse de tales menesteres.

La última de tales prácticas, poco lícitas por donde se mire, puesto que incitan al delito a los votantes, es el llamado a las urnas del mes venidero. Es indignante, por decir lo menos, la actitud asumida por los “próceres” de la mal llamada oposición, cuando más bien deberían llamarse apóstoles  de la ayuda al gobierno. La entrega a las malandradas gubernamentales es un bochorno, lo cual poco les importa. Ya ni vergüenza tienen. Por eso no dudan en dar empujones para ser los primeros en entonar, cual versión criolla del Mariachi Vargas, su versión del jarabe tapatío, y cantan algo como: En México se baila el acuerdo, / como pocos lo saben bailar, / al compás de arrumacos y trampas, / en noviembre se va a votar.

Han sido incapaces de lograr alguna medida que pueda realmente garantizar que tales comicios sean medianamente transparentes. Hace varios años ya que, al equipo de Caprilito, se le hizo llegar una serie de recomendaciones, entre las cuales hay veintiuna que son fundamentales, para lograr desmontarle al gobierno su fábrica de trampas electorales. Se las comparto: Eliminar las máquinas captahuellas, que son un elemento de coacción al elector. Sacar del juego las benditas laptops que permiten conocer en tiempo real los resultados en cada centro electoral del país, porque ella le impediría al PSUV y el gobierno saber dónde puede hacer irregularidades de todo orden.  Hay que comunicar a los miembros de mesas, testigos y ciudadanos la vital importancia de la certificación ciudadana el día de las elecciones. Se debe revisar y verificar la confianza política de los testigos y emplear criterios auditables de adiestramiento y cobertura.  La quinta recomendación es fundamental: Abrir el 100% de las urnas electorales y verificar el resultado del acta de escrutinio frente a las papeletas de votación antes de la transmisión. No reconocer tempranamente ningún resultado sin tener una muestra significativa de las auditorías de verificación ciudadana.

Otro punto es exigir una auditoría independiente del Registro Electoral para determinar su grado de confiabilidad. La directiva del Consejo Nacional Electoral debe ser presidida por un independiente electo de común acuerdo por ambas partes. Tener presencia a tiempo completo de actores de la oposición en todas las áreas operativas del CNE. Restituir la Fiscalía de Cedulación. Eliminar la milicia como parte del Plan República. Establecer un mecanismo de selección de Coordinadores de Centro, Operadores de Máquina y Miembros de Mesa, junto a los partidos de oposición. Exigir la publicación digitalizadas de las Actas de Verificación Ciudadana. Revisar la plataforma tecnológica de recolección de información de los testigos de mesa. Constituir grupos técnicos de análisis de ingeniería de centros por estado, para diseñar estrategias de control electoral. Buscar explicaciones razonables a las incoherencias detectadas en muchos de los centros electorales nuevos.  Llevar a cabo una reforma constitucional que restablezca la presencia de los partidos en el CNE así como su financiamiento público. Reformar las leyes orgánicas del poder electoral y de procesos electorales. Revisar los “Logs” de transmisión de los computadores electorales y los servidores de totalización. Implantar mecanismos de voto verificado para que cada elector pueda validar si su voto fue contabilizado correctamente.

La propuesta final es instalar un software “network sniffer” en la red de transmisión de datos. Les explico: ese programa no es otra cosa que un analizador de protocolos, un programa de captura de las tramas de una red de computadoras, y en este caso permitiría monitorear la maraña electoral para detectar cualquier intento de modificar la data transmitida.

Insistir en acudir a unas elecciones a todas luces viciadas, es ir al degollamiento masivo de lo que queda de país. Sería un acto alevoso de inducción al suicidio colectivo, del cual serán responsables esos mismos personajes que luego querrán desdibujarse en los escenarios que tanto les gusta copar.

 

© Alfredo Cedeño

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