Sea propicio recordar que todos los seres humanos de manera consciente o inconsciente le pedimos algo al universo, a la vida, a lo que consideramos que sea Dios según la práctica religiosa, espiritual o creencia que se tenga. Es algo propio del ser humano esta necesidad. Incluso las personas que se consideran nihilistas, agnósticas o ateas, de alguna manera u otra se someten a este proceso de petición en la búsqueda de que se cumpla tal o cual deseo. Se destaca que en ocasiones obtenemos respuestas a pedidos inconscientes, e incluso muchas veces  hacemos un pedido a nivel consciente pero a nivel inconsciente la solicitud es otra, por lo que es “sorpresiva” la respuesta que se obtiene…Veamos lo siguiente:

«Un náufrago flotaba en el mar y oraba para que Dios lo salvara de morir ahogado…De pronto desde una avioneta le lanzan un inflable, pero él se negó a subirse y decía: “No, mi Dios me salvará”. Luego un helicóptero pasa y le bajan unas escaleras,  pero igual expresó: “No, mi Dios me salvará”. Al final, se presenta un barco y le facilitan una cuerda para subirlo y él volvió a repetir: “No, Dios me salvará”. Aquel náufrago murió ahogado y cuando llegó ante el representante de la divinidad, el náufrago alegaba en actitud de reclamo: “¿Por qué Dios no me salvó?”.  A lo que le respondieron: ¿Quién crees que te mandó primero la avioneta, después el helicóptero y al final el barco para que te salvaras?, ni más ni menos que el propio Dios. Moraleja: En ocasiones pedimos y  esperamos la ayuda de Dios, pero no nos damos cuenta de que Él nos está ayudando o enviando un mensaje de salvación de diferentes formas, pero la ceguera espiritual nos impide entenderle» (Autor anónimo)

Con relación a esta narrativa introductoria y al texto expositivo anterior titulado Mantener la ignorancia y la mediocridad, se especificará una “realidad” que guarda relación con el ámbito político, pero además asociada directamente con la faceta perniciosa o manipulada de la “Cultura A y B”:

La épica de la población venezolana que estamos obligados a estudiar, analizar  y dejar constancia histórica de la forma más objetiva posible,  a priori confirma la tesis del santo papa Juan Pablo II (05-03-2003) : “No habrá paz sobre la tierra mientras se mantengan las opresiones de los pueblos, las injusticias sociales y los desequilibrios económicos que aún existen. Pero para los grandes cambios estructurales no bastan iniciativas e intervenciones externas, se necesita sobre todo convertir los corazones hacia el amor”.

No obstante, la confrontación en el país ha alcanzado niveles de irracionalidad. Estamos incursionando en el umbral de la supervivencia donde lamentablemente todo es motivo de discordia y enfrentamiento, que lo único que logra es mayor agravamiento del padecimiento complejo. No obstante,  mientras continúe  tal “conflictividad política irracional”, es altamente probable que  la economía real, el  poder adquisitivo y sobre todo  la dimensión humana-espiritual  de los venezolanos se mantenga en decadencia absoluta.

En tal sentido, por más que exista una tendencia a borrar o tergiversar la historia a conveniencia,  el 4 de febrero de 1992 para Venezuela representa un punto de inflexión (quizás cíclico) de un proceso continuado de deterioro ético, moral y espiritual. Por lo que es motivo de atención, que las propuestas de cambio o los pactos políticos nacionales y del exterior, no hagan énfasis en esos tres aspectos: pilares esenciales para revertir el daño continuado de más de treinta años producto de injerencias externas y complicidades internas.

“Eso obedece a muchas razones, entre otras cosas que no ha habido oposición en realidad…La historia política y las circunstancias políticas han llevado a un panorama muy confuso que termina finalmente por ser un programa de personalidades y no de opciones políticas…En este momento en el panorama venezolano hay muchas cosas confusas y movimientos indefinidos, uno evidente es una reacción en contra del pasado. Eso es evidente en la inmensa mayoría del país quiere terminar una etapa de gobiernos corruptos, de gobiernos ineficientes…” Referencia: Primer Plano (RCTV). Dr. Arturo Uslar Pietri (1993), https://www.youtube.com/watch?v=0593lYP2AfY

Además, “la gran culpa la tienen los partidos políticos por la trágica historia de que no ha habido oposición en Venezuela. Por la conchupancia, por asociación tacita que han estado siempre cómplices de todos los gobiernos uno detrás de otro. De modo que ha terminado por haber una masa informe, que los partidos políticos con muy pequeñas excepciones han sido todos partidarios, participantes, sostenedores, cómplices de los gobiernos  y de las peores cosas de todos los gobiernos pasados. Si el país hubiera tenido partidos políticos de oposición que hubieran llenado el papel de crítico, el papel vigilante para impedir que se hicieran las cosas que se hicieron, todas estas monstruosidades que se hicieron en materia financieras no se hubieran podido hacer si hubiera existido un partido de oposición en el Congreso delatando esto…” Referencia.- Primer Plano (RCTV). Dr. Arturo Uslar Pietri (1995) https://www.youtube.com/watch?v=Z3o_wMflmNs&t=279s

Asimismo todo se ha venido agravando debido fundamentalmente por la ruptura del “hilo constitucional” (más de 20 años en tal proceso), lo que moralmente obliga a los  actores que siguen en conflicto, a reconocer que han quebrantado el texto constitucional y  de la misma manera haberlo acomodado a sus intereses particulares.

Al venezolano no se le debe olvidar que en las elecciones parlamentarias del año 2005 y 2020 se hizo campaña electoral para no votar, así como  tampoco, que en  el año 2016 (con la complicidad de factores nacionales y extranjeros) se utilizaron artificios políticos para impedir el referéndum  revocatorio, y en el año 2017 se aplicaron argumentos leguleyos para iniciar un proceso constituyente que le dio vida a una asamblea nacional constituyente, que a todas luces es inconstitucional por  haber desconocido el poder originario (artículo 5).

Pero también se debe ser consciente y tener presente, que en el año 2019 basándose en argumentos políticos más que en sustentos legales, se realizó la autoproclamación indefinida del presidente “encargado” de dos poderes públicos, y donde se superpuso de facto a la norma fundamental un “estatuto que rige la transición a la democracia” que en esencia contradice el derecho internacional, y en el plano nacional no contribuye a recuperar el  ansiado orden constitucional y el Estado de Derecho.

Finalmente, si nada cambia, al empeñarse los “líderes” políticos (oposición y oficialismo) con el mismo patrón de conducta, insistiendo en la cultura de la conflictividad e intolerancia, la irracionalidad de la violencia y el discurso pendenciero, la situación actual nunca será resuelta y al contrario seguirá empeorándose, con el agravamiento de los desequilibrios macroeconómicos, los daños colaterales respectivos en lo microeconómico, lo microsocial y la estructura de valores morales y espirituales de la sociedad.

Además, para el bien del país, debe desarraigarse en todos los estratos y niveles del Estado venezolano la errada cultura consuetudinaria de quedarse “eternamente” en los cargos de elección, con el vago argumentando que “son insustituibles y los únicos que pueden garantizar la gobernabilidad y con ella el orden, la estabilidad, la paz y la tranquilidad”.

¿Queremos que nos salven, que nos liberen? El único que lo hace es Dios, por lo que es fundamental buscarlo en lo interno de cada individuo, y estar atentos a sus mensajes…

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2022.      Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)

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