A celebrarse el próximo 26 de mayo, después de un retardo de más de diez años por inconstitucionales decisiones legislativas y judiciales que han causado demasiado daño a la institución. Es indispensable permanecer alertas y movilizados para apoyarlas y promover la mayor participación posible de la comunidad universitaria. También para disuadir a quienes todavía alberguen oscuras tentaciones de obstaculizarlas o impedirlas.
Comicios a realizarse en un momento crucial de la vida de nuestra universidad. Cuando sufre una de las peores desgracias en su historia tricentenaria. Profundamente afectada por los brutales ataques de un régimen de vocación totalitaria que ha hecho de todo para coartar el ejercicio de su autonomía y someterla a sus nefastos designios. Hoy exhibe un panorama bastante lamentable, algunos de cuyos rasgos más relevantes aparecen muy brevemente expuestos a continuación.
Mutilada y asfixiada desde el punto de vista administrativo y presupuestario; con descomunal reducción de su planta profesoral y merma sustancial de su matrícula estudiantil; disminuidas y trastornadas severamente sus actividades de docencia, investigación y extensión; precarización de las condiciones de vida y de trabajo de su personal, con miserables sueldos y salarios; graves daños a su infraestructura y varios espacios en pésimas condiciones por la falta de recursos para su cuidado y mantenimiento; así como un preocupante aletargamiento y desmovilización de la comunidad ante problemáticas internas y asuntos importantes de la vida del país. Aparte de las consecuencias negativas dejadas por la larga y obligada prolongación en sus cargos de autoridades que han acusado un enorme desgaste y recibido varios cuestionamientos importantes.
A pesar de esos evidentes signos de destrucción y de las calamidades propias de la pandemia que nos afectó hace tres años, la institución se mantuvo con sus puertas abiertas gracias a los grandes esfuerzos y sacrificios de su personal y del estudiantado; por supuesto, no en la normalidad que el régimen irresponsablemente ha pregonado, sino en condiciones de muchas angustias y precariedad.
Nada fácil será afrontar el enorme de reto que significa procurar revertir esa situación de crisis en la que ahora se encuentra la “casa que vence la sombra”. Sin duda, se requerirá, en principio, de un firme, valiente, creativo e inteligente compromiso con la autonomía universitaria. Una premisa esencial a tomar en consideración en estos difíciles tiempos de oscuridad en Venezuela.
Deseamos que ese compromiso fundamental con la universidad autónoma prevalezca y sea el punto de partida y la columna vertebral de las ideas y propuestas de los candidatos que resulten electos para el ejercicio de los diversos cargos directivos en nuestra primera casa de estudios.
Por cierto, a tal anhelo responde con mucha convicción la candidatura a rector del profesor e investigador Víctor Rago Albujas: antropólogo y doctor en lingüística, de sólida formación académica, con amplia y significativa experiencia en la gestión universitaria, con comprobada capacidad de diálogo y de incuestionable vocación democrática, con quien he tenido el privilegio de compartir ideas sobre estas elecciones y otros temas universitarios.