El voto por Internet ha sido adoptado por un número creciente de países de todo el mundo, incluyendo Estonia, Australia, Suiza, México y Canadá. En estos países, dicho voto ha mejorado la participación electoral y ha aumentado la transparencia y la confianza en el proceso comicial. En general, el voto por internet es una forma innovadora y cada vez más popular de participar en la democracia, y su adopción seguirá creciendo en el futuro.

Sin embargo, también es importante destacar que no todos los países han adoptado este tipo de voto de la misma manera. En algunos, solo se utiliza en elecciones locales o primarias, mientras que en otros es usado en comicios nacionales y generales. Además, algunos países lo limitan a ciertos grupos de votantes, como personas con discapacidades o residentes en el extranjero.

A pesar de las ventajas que ofrece este sistema de votación, es importante que se aborden adecuadamente las preocupaciones sobre la seguridad y la integridad del proceso electoral, y que se ejecuten medidas efectivas para garantizar que el voto por internet sea seguro y confiable.

Estonia, a la vanguardia del voto por Internet

Las elecciones generales de 2019 en este país báltico fueron un momento clave para su democracia y para la adopción del voto por internet en el mundo. Con una participación récord del 63,67% de los votantes, estos comicios marcaron un hito en la historia política y mostraron la determinación del país en su camino hacia una democracia más avanzada y tecnológicamente sofisticada. Cuatro de cada diez estonios emitieron su voto desde la comodidad de su hogar y a través del internet. Esto es significativo, ya que desde 2005, fue el primer país del mundo en utilizar el voto por internet en una elección nacional. Además, la implementación de este sistema fue relativamente fácil y no hubo informes de fraude o problemas técnicos graves.

Estonia es el país más digitalizado del mundo. La política ha sido encaminada para establecer la e-gobernanza, un sistema que privilegia el uso de tecnologías sobre el del papel. Esto ha permitido grandes avances en la sociedad desde que en 1996 fuera aprobada una Ley de Protección de Datos y se creara el primer banco por internet. Además, los Gobiernos han puesto en práctica estrategias cibernéticas en materia de salud, identidad, educación, democracia, tributación, entre otras. “Si internet tuviera código postal, muy probablemente estaría aquí en Estonia”, dijo Toomas Hendrik Ilves, presidente del país báltico entre 2006 y 2016.

El uso del voto por internet en Estonia también ha tenido un impacto positivo en la transparencia política. Al permitir una mayor participación y una mejor comprensión de los resultados, dicho voto ha mejorado la confianza en el proceso electoral y ha aumentado la transparencia en la toma de decisiones políticas.

¿Cómo vamos en América Latina?

En los países que integran la región se ha podido avanzar en diferentes modalidades para tecnificar la emisión del voto. En el caso de Brasil, desde finales del siglo pasado se utiliza este sistema electrónico para sus elecciones, donde a pesar de contar con un número significativo de electores, el escrutinio y el cómputo de votos han demostrado su efectividad.

En México, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha creado una urna electrónica que recientemente se puso en práctica, mientras que desde hace muchos años, los institutos electorales de Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila y Jalisco han desarrollado modelos ya probados y que han ido evolucionando.

El INE también ha empleado el voto por internet, es decir, voto electrónico no asistido que puede llevarse a cabo desde una computadora o equipo inteligente para votar desde el extranjero. La experiencia ha sido positiva, sin embargo, este sistema enfrenta una variable importante: la desconexión digital en ciertos segmentos de electores, donde la falta de experticia puede convertirse en un enemigo para la participación ciudadana de personas mayores de 50 años, o bien, para personas que, por condición de pobreza, no tengan relación con medios electrónicos.

Elementos como el anonimato, la privacidad, la auditabilidad son claves, así como el cifrado de extremo a extremo, para dar pie a que el voto por internet pueda hacerse realidad. Los partidos políticos y agentes de influencia deben conocer los sistemas de voto por internet que desarrollan las autoridades electorales. Negarse a aceptar que la globalización nos ha rebasado resulta inapropiado y sumamente costoso.

Hoy las campañas políticas se han enfocado en lo digital. En el recuerdo quedaron las bardas a base de pintura de cal y los pendones colgados en los postes luminarios. La pandemia de la COVID-19 aceleró, en gran medida, el uso de herramientas tecnológicas que desde principios de siglo veníamos empleando.


Luis Miguel Santibáñez Suárez es coordinador nacional de Transparencia Electoral para México y Centroamérica. Posee un máster en gobernanza, marketing político y comunicación estratégica, por la Universidad Rey Juan Carlos (España). Es profesor universitario.

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