China es, con mucho, el país cuyos nacionales tradicionalmente gastan más en el exterior cuando viajan por motivos de turismo.  Hace 5 años, mientras los turistas de Francia, Inglaterra y Alemania invertían en ocio 41.000, 64.000 y 81.000 millones de dólares respectivamente durante los paseos al exterior, los chinos dejaban 261.000 millones. Las estadísticas señalan que el gasto medio de los ciudadanos del imperio asiático duplicaba, antes de la pandemia, la de cualquier otro viajero mundial. Hoy cada país está en el plan de desarrollar una estrategia para atraer y potenciar esta importante fuente de ingresos.

Una vez superadas las restricciones para trasladarse a otras ciudades, China ha comenzado por prender los motores del turismo interno, pero ya en el mundo exterior se ve con gran beneplácito la gran cantidad de demanda de información que se genera desde allí y en el medio hotelero se comienza a contar con que desde este mismo año de 2022, 60 millones de ciudadanos chinos invadirán las calles y los comercios de las grandes capitales mundiales.

El mercado emisor chino configura una fuerza de calibre dentro de los patrones del turismo mundial y su potencial de crecimiento es inmenso.Si en 2018 salieron del país 149 millones de ciudadanos y en 2019 lo hicieron 220 millones, ya los entendidos consideran que ese volumen se conseguirá alcanzar muy pronto. Los principales países beneficiarios serán sus vecinos ―Corea del Sur, Taiwán, Japón y Tailandia― ya que la mayoría de los que toman la maleta se quedan en Asia pero sus preferencias evolucionan rápidamente hacia otras latitudes.

Sus patrones de comportamiento difieren mucho de los viajeros de otros países. Una inclinación a las compras de este turista es notoria pero, además de ello y para conquistar su atención, es bueno saber que los grandes viajeros provienen del estrato económico medio, que viajan a través de agencias de viaje, que su edad promedio es 34 años y que la mayor parte del tiempo se trasladan en grupo. A la hora de meterse la mano en el bolsillo estos ciudadanos lo hacen principalmente para traer de vuelta a su país objetos adquiridos en los puntos de destino.

Lograr un flujo de visitantes chinos constante y regular ha pasado a ser prioritario para aquellospaíses que entran dentro del espectro de su atención, ya que no puede deleznarse el aporte a la industria local y al comercio que representa este flujo humano y el efecto multiplicador que se logra a través de la interacción conestos visitantes. Mas aun cuando se considera que el valor promedio del gasto turístico en compras de los turistas chinos supera en Europa los 4.000 dólares por viaje y viajero y en Estados Unidos 5.000. Cifras internas de China estiman que 16% del ingreso del hogar de la clase media se destina a viajes de ocio interno o externo.

Así que colocarse en el mapa de las preferencias chinas a la hora de viajar ha pasado a ser un imperativo para aquellos países que cuentan con atractivos para sus costumbres. Y la mejor manera para abrirse camino hacia sus gustos y preferencias es ser muy activo en las redes sociales internas, a las que el joven ciudadano chino le dedica más tiempo y atención que cualquier otra nacionalidad.

 


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