Lightyear de Pixar llega esta semana a Disney+ con varias preguntas incómodas a cuestas. La más urgente, si su decepcionante rendimiento en taquilla la convierte en el primer fracaso real del estudio. Mucho más preocupante aún, resulta la idea de que la respuesta se relaciona con su futuro. ¿Llegó a su momento más bajo una de las marcas más queridas por el público y hasta ahora, imbatible?

¿Es Ligthyear el primer fracaso real de Pixar? Es una pregunta incómoda tanto para el estudio como para Disney, los fanáticos y el género de la animación como conglomerado. Una, que no se refiere únicamente a sus pobres ganancias en taquilla o sus problemas de argumento. Todavía nadie parece tener respuestas claras sobre el elemento definitivo que afectó el triunfo en recaudación y en menor medida, de crítica, de la película. En especial, cuando el poco interés que despierta su llegada al streaming hace evidente que el largometraje falló en las metas ambiciosas que se planteó.

Ligthyear estaba destinada a revitalizar a Pixar. En particular, luego que transcurrieran dos años desde que una de sus películas llegó al cine. Además, tenía la curiosa responsabilidad de sostener el giro hacia un público más adulto del estudio. A partir de Soul, estrenada en navidad de 2020, Pixar tuvo que lidiar con presiones sobre la forma en que manejaba sus historias en la pantalla grande. Desde ser consideradas muy complejas para niños o en el mejor de los casos, con mensajes levemente ambiguos. El estudio pareció en el centro de una extraña controversia cada vez más frecuente.

De modo que Lightyear, con su exploración a una de las subfranquicias más queridas del estudio, parecía la respuesta inmediata. Con un original guion, un elenco vocal que incluía a Chris Evans y Taika Waititi, era la depuración de la mirada Pixar sobre el cine. El film era una apuesta sólida. Tanto como para que se diera por descontado, sería uno de los grandes éxitos taquilleros del año y un triunfo inmediato de crítica.

Un golpe de timón a uno de los grandes proyectos de Pixar

Solo que no lo fue. Lightyear recaudó 80 millones de dólares en total, cuando se esperaba que pudiera lograr esa cifra, solo en el mercado doméstico. Pero el film debutó por debajo de las estimaciones y continuó su bajo rendimiento durante el mes siguiente en que se mantuvo en pantalla grande. Ya fueron malas noticias que no pudiera vencer a Jurassic World: Dominion en su estreno. Pero aún más preocupante resultó su caída inmediata en las ganancias.

En su segundo fin de semana, Lightyear logró recaudar 152,7 millones de dólares en todo el mundo. En cuanto al mercado doméstico, alcanzó 89,3. Se trató de una caída de 64,1%, lo que le dio el preocupante récord de ser el film con las peores estimaciones para Pixar. Más complicado aún, se convirtió en un incómodo punto de debate que envolvió a la película en una polémica artificial y sobredimensionada.

Una, que presionó sobre su visibilidad pública y en especial, en la forma como el film dialogó con el público, e incluso, la prensa especializada. Lightyear no solo no cumplió con sus metas de recaudación y de hecho, quedó muy por debajo de cualquier estimación. A la vez, su discurso se desnaturalizó hasta convertirse en un punto incómodo de una diatriba más compleja.

Para el final de su recorrido en salas, Lightyear lidiaba con debates acerca de la inclusión y la representatividad en cine con temática infantil. En particular, de una forma sensible que se extendió a varios niveles e incluso, exploró en cómo Pixar lidia con sus grandes obsesiones. También, con la posibilidad de crear un clásico que fuera un experimento narrativo de considerable belleza.

Lightyear y la sacudida de una polémica dolorosa

¿Qué tanto afectó la polémica a Ligthyear? La escena que incluía el beso entre una pareja del mismo sexo, superó al debate acerca del film como conjunto. En realidad, la discusión en redes sociales se sostuvo sobre las diferentes opiniones sobre la escena. Al final, la historia de Lightyear pasó a un segundo plano. Tanto, como para que los análisis sobre sus personajes y argumento pareciera importar poco al público.

El fenómeno tiene un reverso curioso. Jurassic World: Dominion se convirtió en un suceso de taquilla sin grandes pretensiones. Por otro lado, el éxito monumental de Top Gun: Maverick se basó en un tipo de cine destinado al entretenimiento puro. Los argumentos de ambos films se alejaron de cualquier polémica, debate o diatriba.

De hecho, a la película protagonizada por Tom Cruise se le llamó “la historia menos cínica del año”, lo que deja claro, parte de su éxito. En medio de dramas, alegorías y elucubraciones cinematográficas sobre temas sensibles, el oasis de diversión amable de Maverick, conquistó a la audiencia. Y aunque Dominion no tuvo la misma repercusión, tuvo un poderoso paso por cines que demostró su peso como saga.

En contraste, Lightyear fue una decepción. Convertida en un punto inclasificable en medio de un debate agresivo, Lightyear perdió el punto central de su encanto. Con un argumento que trató de atraer a casi tres generaciones de fanáticos, no solo no lo logró. En realidad, convirtió su estreno en una incómoda mirada sobre las transformaciones del cine y su impacto en el mundo del pop.

Para cuando acabó su recorrido por los cines, el film tuvo el peor rendimiento de cualquier película del estudio, solo por encima de Cars. A la vez, se convirtió en una rara mezcla de suceso publicitario sin repercusión taquillera. Y las grandes preguntas sobre qué ocasionó un fracaso de semejantes proporciones, comenzaron a llegar.

La incógnita de Lightyear

Lightyear se publicitó como una producción cercana al universo de Toy Story, que lo es en cierta forma. Pero desde su estreno, hubo una completa confusión sobre qué contaba en realidad la historia. ¿Era un curioso biopic acerca del personaje real en que estaba basado Buzz? ¿Un homenaje a Toy Story? El film resultó ser ambas cosas a la vez y atravesar un peligroso camino de grises. Se trata de una narración dentro del mundo de Toy Story, pero que no agrega demasiado a su historia central.

¿Eso alejó a los fanáticos de la subfranquicia de Pixar? ¿O se trató de la polémica, exacerbada por diversos temas políticos que impactaron en la película? No hay una respuesta sencilla a una interrogante amplia que envuelve a todo lo que Pixar ha hecho desde hace casi un lustro. Con Soul considerada incomprensible, Luca como una historia en apariencia ambigua y Red convertida en una polémica en redes, Pixar está en el ojo del huracán. ¿Se trata de la erosión definitiva de la fórmula del estudio?

Por ahora, su fracaso en taquilla parece dejar claro que se trató de una fórmula equivocada. ¿En qué medida? Todavía la discusión prosigue, pero algo si es seguro. Lightyear se convirtió en el punto más bajo de una etapa especialmente complicada para Pixar.

 


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