“La combinación de pueblo y legitimidad es lo que otorga a los gobiernos democráticos la auctoritas política para lograr la obediencia de la población y que ésta acepte las acciones y lineamientos de sus gobernantes. Cuando esos dos elementos están ausentes, como es el caso del gobierno actual venezolano, la única opción para la clase política en el poder de obtener acatamiento social es recurrir a la primitiva combinación de represión y miedo”. Editorial del diario El Nacional.

No existe incertidumbre, no hay mera duda de que en el chavismo hay preocupación, mucha y demencial intranquilidad. El madurismo desconcertado pelea a dentelladas, con avidez de caníbal insaciable. Cuando los hechos son eficaces nos impactan y como consecuencia nos dejan huellas indelebles en la estructura cerebral del hipotálamo, siempre procuro recordarlo. No hay manera humana de despojarse de ella en un corto o mediano plazo. Como consecuencia, pasará mucho tiempo como ese acontecimiento del 22 de octubre revoloteando como mariposas dentro de nuestras  cabezas.

Nos regodeamos de lo que vivimos aquel día de octubre, mirando absortos cómo nuestros compatriotas, con sus propios pasos, se agolpaban en los centros de votación para expresarle su apoyo de manera absoluta a María Corina Machado y demostrar total desprecio a Nicolás Maduro y su régimen. Ya recorrido varios meses de ese suceso histórico, es importante traerlo hoy a colación como una de las tantas razones por la que todos nuestros coterráneos debemos insistir en la imperiosa necesidad de que María Corina Machado ocupe a partir de enero del próximo año  la presidencia de la república. Fue la voluntad determinante e irreversible del 93 % de los coterráneos que participamos en ese proceso eleccionario.

De cualquier forma, la preocupación del régimen es cada vez más voluminosa en la medida en que pasan los meses. Luego, a pesar del transcurrir inexorable del tiempo, todavía se habla de las diferencias internas entre los bandos que encabezan Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello por haber permitido que por ser consecuentes con el acuerdo de Barbados se realizará la elección primaria.

Confieso, por otra parte, tomando un cruce en esta nota de hoy, que nunca he considerado que la gestión de Maduro se distinga por su talento, por su ingenio estratégico. Muy lejos de esas cualidades del intelecto, vemos cómo a partir de ahora esos ejemplos de reconocimientos se irán alejando hasta desaparecer por completo.  Hay, por otra parte, una serie de acotaciones que merecen la pena acentuar de parte de los sectores de oposición, día a día de ser posible: sumar aliados internacionales para la causa democrática en Venezuela es tarea primordial. La oposición venezolana demostró su apego a la vía democrática y pacífica con la realización de la primaria y lo que se logró con sus efectos: una alta participación que superó los cálculos de unos y otros; más la elección y proclamación de su candidatura unitaria, me refiero de nuevo a MCM, para las elecciones presidenciales del segundo semestre de 2024.

El Acuerdo de Barbados que el régimen celebró con más entusiasmo que la propia oposición, diseña una hoja de ruta que compromete a todo el mundo político nacional, pero también a los gobiernos que estuvieron presentes, como el de Colombia que proclamó su “trascendental papel” en la firma del acuerdo. De la misma manera, Argentina, Brasil, Países Bajos, Estados Unidos, Francia, Canadá y Noruega como país facilitador de las negociaciones.

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