Queridos lectores, esta semana quiero comentarles algunos hechos que me parecen sumamente importantes para los efectos de entender la naturaleza política del régimen de Maduro y el por qué es necesario tener una posición objetiva, realista, y fundamentalmente consciente.

El hecho es que tenemos a un grupo de compatriotas que hoy están viviendo en Venezuela, hablamos de millones de personas, bajo el gobierno tiránico del señor Maduro. Sin duda, es una realidad inobjetable muy triste que se ha repetido a lo largo de la historia en la mayoría de los países que han estado bajo este tipo de tiranía de corte comunista. Rememoremos los años del muro de Berlín, aquella época cuando existía la Unión Soviética y estaban los países que conformaban el Pacto de Varsovia; toda esa población tuvo que cohabitar con estos regímenes, vivió esos años tenebrosos en los que la prevalencia del Estado policíaco era el factor fundamental en la maquinaria cada vez más sofisticada del Estado represor. De eso se trata el comunismo, de someter a la población a través de la psicología de terror, de generar un nivel de odio extremo que lleva incluso a miembros de las familias, hermanas y hermanos, sobrinas y sobrinos, padres e hijos a pelear entre sí, a hacerse delatores entre ellos, denunciantes de sus propios familiares. Es terrible lo que hace el comunismo.

Y Venezuela lamentablemente es parte del comunismo mundial, hay que aceptarlo como una realidad. Nuestras familias, amigos y no conocidos también están bajo esa supervisión, la rectoría del Estado policíaco del señor Maduro, a medias tintas intentando sobrevivir. No podemos entonces hacer juicios, ni señalarlos, es precisamente este tipo de situaciones parte del drama que viven los países que están sometidos a este tipo de dictadura.

Tanto la izquierda como la derecha, tanto el comunismo como el fascismo, tienen ciertas semejanzas en la forma como convierten a sus sociedades en entes colaboradores, tolerantes, y es un elemento que no ha podido ser cambiado a lo largo de la historia, todavía peor para aquellos que vivimos en las dictaduras comunistas cuyo nivel de tolerancia habita dentro de la centroizquierda mundial; esta hace posible que el comunismo esté siendo instaurado nuevamente en el mundo de una forma nunca antes vista.

Los comunistas son aborrecidos por los resultados obtenidos de sus dictaduras en el extinto bloque soviético, tan solo en la URSS durante los períodos de los gobiernos de Stalin hubo millones de ciudadanos asesinados producto de las purgas ideológicas, pero en la China de Mao Tse-tung también se habla de millones de ciudadanos que desaparecieron en las cárceles y en los campos de concentración producto de la limpieza ideológica.

El mundo en su momento condenó esos resultados aborrecibles de los comunistas en países como la Alemania llamada democrática por los mismos comunistas en la época de la dividida Alemania, tenían el tipo de dictadura en el que el tirano duraba hasta que se moría. Era el caso de Eric Honecker, este político comunista alemán que era el secretario general del Partido Socialista unificado de Alemania, se trata de partidos socialistas que se han prestado para canalizar el arribo de estos hombres y sus sistemas dictatoriales.

Pienso que el uso del socialismo como concepto es francamente inútil y un contrasentido. A lo largo de la historia los socialistas han sido enemigos de la libertad,  por lo tanto son enemigos de la democracia, no hay manera de que un demócrata pueda negociar con un socialista a menos que esté dispuesto a recibir un golpe traidor por la espalda. El socialismo no tiene remedio porque su concepto está vinculado directamente con la tesis marxista de la dictadura del proletariado y por lo tanto el objetivo de este sistema es la prevalencia de una clase social como de un grupo por sobre el resto de la gente.

Para ponerlo en contexto, nosotros los liberales creemos en el Estado de Derecho, en una sociedad justa, en el reparto equitativo, en la justicia independiente, en la división de los poderes, en la alternancia en el poder, la transparencia administrativa, la rendición de cuentas, el respeto de todas las minorías, en la diversidad, en el cambio, por lo tanto no es posible cohabitar con los socialistas y con los comunistas, ellos son todo lo contrario, son enemigos de la libertad.

Puede que las circunstancias de determinadas situaciones económicas en los países en donde haya mala distribución de la riqueza, donde sus gobernantes que se dicen democráticos, que provienen de partidos democráticos, pero que lamentablemente lo que han hecho es robar, corromper, favorecer a los suyos, y lamentablemente han degradado la confianza del pueblo en las instituciones democráticas con sus malos gobiernos han deteriorado la calidad de vida de sus ciudadanos y estos escuchan entonces nuevas voces que son precisamente estos actores encubiertos socialistas qué le hablan bonito, que le dicen que pronto habrá igualdad y no habrá exclusión; pero lo cierto es que detrás están los socialistas y los comunistas, y el riesgo de los países que escuchan estas voces es perder la libertad.

No es casualidad que la mayoría de los gobernantes de los países del Pacto de Varsovia -Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Alemania, Democrática, Yugoslavia- hayan provenido de partidos socialistas cómo mantener confiabilidad en un partido de la era moderna que se defina como socialista, o en un candidato o partido cuyos militantes hayan sido comunistas o socialistas, y es lo que está pasando en el gobierno del presidente Castillo en Perú. El hecho es que el presidente peruano proveniente de un partido de izquierda ha nombrado aún es guerrillero el señor Héctor Béjar como encargado de la diplomacia, qué podemos esperar entonces de Perú, pues posiblemente haya un giro de 180º con relación a Venezuela, porque el régimen tiránico del señor Maduro no solo es una dictadura de izquierda, sino que es un satélite del comunismo cubano, el señor Maduro no piensa por sí mismo, sino que es teledirigido desde La Habana, es una pieza del tablero de los arquitectos comunistas cubanos, pero aún no sabemos qué tan largo y ancho es el performance del comunismo cubano. Lo que yo sí creo es que el nuevo modelo político que está implementándose desde La Habana, Cuba, a través del Foro de Sao Paulo, es precisamente lograr llegar a las presidencias de los países por la vía electoral para luego generar una constituyente y cambiar los tiempos de los períodos presidenciales, y finalmente eliminar la Asamblea Nacional o el Congreso o toda forma de representación por una asamblea que simula ser electa democráticamente, pero que en la praxis es una figura decorativa al servicio del dictador, que es en lo que se va a convertir este sujeto que proviene de la ideología socialista comunista.

Finalmente, quiero decirles a mis amigos que están tratando de sobrevivir en Venezuela, algunos dentro de la oposición, otros alcaldes de algunos municipios, concejales,diputados, algunos son técnicos electorales, ellos son conscientes de que el sistema electoral de Maduro está totalmente planificado para mantener la hegemonía, pero como lo he dicho antes, yo respeto su decisión de presentarse en las elecciones de Maduro, se va a crear un efecto placebo, algún modo de salud mental en alguna parte de nuestra población, una pastilla sedante, pero esto es mejor que nada. Lo cierto es que las elecciones no van a cambiar el modelo político de Maduro, tampoco las vidas que ha afectado la dictadura, los millones de venezolanos que estamos en el exilio tenemos una posición acerca del señor Maduro y es la de condenar su régimen y denunciarlo como genocida, sin duda el tiempo dirá cuánto durará el régimen.

Hasta aquí el artículo de la semana, nos leemos en una próxima ocasión en El Nacional.

@estebanoria


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