Hoy es mi cumpleaños número 28 y como a muchos otros compatriotas, me tocó vivir una vida bastante compleja. Mi generación, que ha emigrado casi en su totalidad por circunstancias políticas, económicas y sociales, lo podrán corroborar.

Yo soy uno de los venezolanos que emigró. Mis circunstancias fueron políticas, pero, a lo largo de mi vida, me ha tocado vivir momentos sumamente duros y dolorosos. La pérdida de mis seres queridos por la delincuencia, ser víctima del sistema político en carne propia y una rudeza económica que nos golpeó como nunca, fueron algunas de las causas que me han llevado a la aventura.

Estas situaciones nos han hecho más fuertes; nos han hecho crecer rápidamente y, sobre todo, nos han enseñado que el sistema comunista no es el camino correcto. El gobierno venezolano, al destruir la economía y alentar a la delincuencia, hizo que cinco millones de personas tuvieran que salir de sus tierras y así justamente es como el gobierno de Nicolás Maduro se ha terminado de hundir. Todos los venezolanos en el mundo somos embajadores de la democracia, nuestras historias han recorrido el mundo hasta lugares tan inhóspitos, que no te sabría pronunciar muchos de ellos.

Estos 28 años los he llevado fantásticamente bien; he pasado por mis momentos, como todos, y lo más fuerte a lo que me he enfrentado ha sido, en igual medida, la muerte de mis familiares y el empezar de cero. La muerte nos marca a todos y el irnos de Venezuela es, en parte, como si muriera una parte de ti, es algo que no termina de encajar en tu vida. Me considero privilegiado ya que he avanzado poco a poco para lograr tener todas mis comodidades en un país nuevo que no conocía hasta que aterricé un día en él, sin haberlo planeado. Pero como nos pasa a todos, te sientes bien, pero al mismo tiempo te sientes culpable y te preguntas: ¿Por qué yo pude y otros no? ¿Por qué aquí y no en Venezuela? ¿Cómo me siento bien si mi familia la pasa tan mal allá? Son cosas que nos preguntamos a diario; te sientes culpable de tus éxitos y los fracasos nos hunden mucho más de lo que podría hundir a cualquiera.

Si pudiera describir mi experiencia al empezar con “borrón y cuenta nueva», podría describirla en tres palabras: “Difícil, muy difícil”. Pero esta situación me ha hecho crecer, me ha llevado a darme cuenta de que uno puede vivir con menos cosas materiales y ser feliz, que la felicidad no es un lugar, es la misma vida y sus cosas, es estar al lado de la persona correcta y avanzar. No es que emigrar me haya hecho encontrar la felicidad, sino que me ha demostrado que la felicidad como objetivo es inviable, lo viable es encontrar la felicidad todos los días hasta con las cosas más pequeñas. El empezar de cero es igual a una aventura y una aventura muy estresante, pero debemos sentirnos orgullosos de nuestros pasos, cada uno de ellos.

En mis 28 años he encontrado el significado de la vida y es simplemente la felicidad, el camino, el estrés, el estar orgulloso, el sentirte triste, el vivir intensamente, el amor, todo; el sentido de la vida es la misma vida, tu día a día, tus felicidades y tus tristezas. Al entender esto trasciendes, le consigues los puntos a tu camino y buscas, de todas todas, que tu día termine bien, porque por mucho que suframos o que la pasemos mal, si terminamos el día con buena energía tu día siguiente será mejor. Nuestro objetivo es que todos los días sean los mejores días de nuestras vidas.

Le doy la bienvenida a mis 28 y espero que en mis 29 se reafirmen mis pensamientos. Le pido a Dios estar bien, estar tranquilo y que tú, que me lees, encuentres el significado de tu vida.

Sé feliz, siéntete orgulloso de quien eres y de lo que has logrado.

 


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