Eternos de Chloe Zhao superó varios retos el fin de semana de su estreno. Desde las bajas expectativas en taquilla a un eventual rechazo del público. La más reciente épica de Marvel, logró un moderado triunfo en medio del escepticismo general. Pero también hizo algo más: rompió dos viejos tabúes en la franquicia de La casa de las Ideas. El sexo finalmente llegó al universo cinematográfico de Marvel. 

Eternos de Chloe Zhao pasó buena parte del fin de semana de su estreno luchando por su derecho a ser parte del Universo cinematográfico de Marvel. Con el sacudón de un grueso de críticas negativas tempranas que enfrentar, ahora debía lidiar con la opinión del público. Y lo logró. No solo se convirtió en un éxito moderado de taquilla. También, en un suceso de la cultura pop por algo en apariencia poco importante, pero que en realidad lleva a las películas de la franquicia a un nuevo escaño. Finalmente, una pareja de la franquicia más rentable del cine tiene sexo en pantalla.

Desde hace más de diez años, Marvel pobló al cine de superhéroes de las más variadas cataduras y orígenes. También, profundizó a través de ellos en tema de relevancia e interés cultural y político; incluso analizó la pertenencia y la raza, ensalzó el comentario político, reflexionó sobre las diferencias de género. Desde Iron Man y su velado comentario sobre las armas, la violencia y la redención, hasta el poder de Black Panther. El universo cinematográfico de Marvel ha hecho un largo recorrido por todo tipo temas, tópicos, puntos de vista. Pero hasta ahora había mantenido la cuestión del sexo lo bastante lejos de la pantalla para resultar incómodo.

A menudo acusada de ingenua, la versión cinematográfica de los grandes héroes de Marvel tiene una relación complicada con la sexualidad de sus personajes. Además, ha enfrentado diversas polémicas a la hora de mostrar la orientación sexual de varios de ellos. Criticada por la timidez, ambigüedad y la escasa madurez de sus planteamiento, Marvel ha pisado terreno peligroso que no se atrevió a cruzar hasta ahora. Eso, a pesar de intentar hacerlo de manera más o menos evidente a lo largo de los años.

Pero las relaciones románticas de Marvel a menudo están destinadas al fracaso o a castas escenas conclusivas. Capitán América y Peggy Carter atravesaron tres fases de la franquicia, para terminar en una escena de baile casi infantil. Iron Man y Pepper Potts jugaron con frases subidas de tono, coqueteos evidentes, hasta convertirse en esposos y padres modélicos. Spider-Man y MJ, no han hecho otra cosa que intercambiar un par de besos en pantalla y atravesar Nueva York por el aire. No digamos Thor y Jane Foster, quizás la pareja más insustancial de un largo universo de desencuentros. Por no hablar de la muy forzada (atípica y lineal) entre Black Widow y Bruce Banner.

Por su parte, las más cercanas y con una relación física más evidente en pantalla suelen tener un final desgraciado. Wanda Maximoff y Visión parecen estar destinados a estar separados por la muerte violenta. Lo mismo que Star-Lord y Gamora, que lograron la proeza de intercambiar un beso apasionado y no morir en la misma película. Pero Gamora terminó siendo asesinada por su padre Thanos y aún no está muy claro qué ocurrirá a futuro con la pareja.

La más reciente de todas, la sorpresiva, inexplicable y extrañamente apasionada entre Loki y Sylvie, su variante femenina, también terminó en separación violenta. Como si eso no fuera suficiente, el personaje además debió enfrentar que su discreta salida del armario fuera criticada por su timidez. Para el comienzo de la fase cuatro, Marvel parecía enfrentarse a los mismos problemas de planteamiento y visión, que ha llevado a cuestas en más de una década.

Chloe Zhao, la mujer que decidió cruzar la linea

Pero la directora de Eternos decidió crear el momento propicio, no solo para que dos superhéroes tuvieran sexo; a la vez, dirimió el espinoso asunto de la sexualidad de los personajes con una mirada directa al tema. La película, que dividió a la crítica y despertó debates sobre su calidad, argumento y solidez, también tuvo que enfrentar el ser la primera en mostrar el sexo. Y no en una escena corta, insinuada o como en el caso de Iron Man, en una secuencia destinada a relatar su entorno.

Para Zhao era de considerable importancia dejar claro que los superhéroes de la casa de las ideas habían alcanzado un nivel de madurez nuevo. Y también, cruzado una línea que permitirá en el futuro — o eso espera la directora — un apropiado crecimiento de los grandes personajes de la cultura pop. En una entrevista a IndieWire, la realizadora dejó claro que desde el principio se había planteado romper el paradigma del superhéroe casto.

“Quería mostrar a dos personas que se aman, no solo emocional e intelectualmente sino también de manera física. Tener una escena de sexo que será vista por muchas personas que muestren su amor, compasión y gentileza, creo que es algo realmente hermoso”, explicó la directora.

Lo hizo. Eternos abandona de forma parcial la timidez Marvel y muestra a Sersi (Gemma Chan) e Ikaris (Richard Madden) teniendo sexo en pantalla. La escena, coreografiada con cuidado y filmada con aire artístico, no deja lugar a dudas. Y aunque al final, la pareja también atraviesa lo que parece ser el destino inevitable del amor en Marvel, abrió las puertas para algo más. Sersi e Irakis son adultos y también criaturas complejas que expresan su amor y deseo. No solo símbolos o metáforas de algo más elaborado.

Marvel, a la que suele acusar de crear personajes en extremos opuestos de la línea de la ética y sin duda asexuados, dio un paso en la dirección correcta. Por supuesto, no puede compararse con la frenética, volátil y aparatosa sexualidad de la The Boys. Mucho menos, con la concepción del amor tortuoso, doloroso y oscuro de DC. La escena de sexo en Eternos, es la puerta abierta a la percepción de los superhéroes como criaturas sexuales. Y también, como falibles. Una mirada que Zhao forzó al convertir al grupo de personajes en paradojas volubles que terminaron enfrentándose entre sí.

En Iron Man (2008) de Jon Favreau , el Tony de Robert Downey Jr termina en la cama con una periodista sin otro motivo que mostrarle como un playboy. En la más reciente adición al Universo cinematográfico de Marvel, el sexo es significativo y casi poético. Una nueva dimensión en la forma de explicar y sustentar la noción sobre el crecimiento en pantalla de la franquicia.

Una familia normal, un beso en primer plano y la gran interrogante económica 

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, Eternos también tiene la primera pareja abiertamente gay de la franquicia. Y no una que se insinúa entre juegos de luces y una frase que podría ser cortada para hacer la película más rentable. Phastos (Brian Tyree Henry) está casado con Ben (Haaz Sleiman) y además, tiene un hijo, Jack (Esai Daniel Cross). El amor familiar, fue la forma en que el superhéroe logró recuperarse de su profunda decepción contra la humanidad.

Zhao de nuevo crea las condiciones para que la escena y el tema sean tocados de manera muy visible. La intimidad entre la pareja queda clara en pantalla y además, forma parte de la historia del superhéroe. Incluso hay un beso — casto, rápido y emocional — pero que deja claro que Marvel avanzó en una dirección nueva.

Un efecto curioso en el mismo año en que Marvel tuvo que soportar críticas por su miedo para cruzar ciertas fronteras. Kate Herron tuvo que lidiar con las presiones de Disney para que la serie Loki pudiera expresar el sexo fluido del personaje; lo hizo en una escena cuidadosamente planeada, con juegos de luces y apenas una frase corta.

Al contrario, Zhao tuvo libertad creativa absoluta. Eso, a pesar que varios países árabes exigieron que la película fuera editada para ser proyectada en sus mercados. Pero Marvel no solo se negó sino que dejó claro que el paso hacia adelante tiene consecuencias a futuro. ¿Habrá llegado el momento en que Marvel brindará mayor profundidad emocional a las relaciones de sus personajes? Más allá de su cualidad como mercadeables, Marvel comienza a pensar en sus figuras como simbólicas. Y quizás Eternos es la mirada correcta en una dirección desconocida y necesaria para la franquicia.

 

 


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