Diosdado Cabello elecciones
Foto: Archivo

La Real Academia Española le llamaría “quejica”. Por aquí en Venezuela la manera coloquial de decirlo es que “se queja más que un camión de cochinos”. Parece que al número tres del régimen ser ignorado le causa depresión y le da por armar pataletas, como los niños malcriados. Y su lloradera hizo que el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas aumentara de 13 a 30 millones de dólares el precio de su moral.

Con las barbaridades que dice por Venezolana de Televisión se lleva por delante toda mampara que pone el régimen para hacer creer que le interesa preparar unas elecciones transparentes. Se quejó, insultó y descalificó (es lo que mejor sabe hacer) al rector Enrique Márquez porque osó decir que VTV favorece a los candidatos del PSUV y puso de ejemplo su programa. Para salvar su argumentación salió el suplente Carlos Quintero a decir que no hay problema con las instituciones en Venezuela, que todas funcionan de manera independiente y lo han hecho así durante 20 años.

Que vayan tomando notas los que están organizando las negociaciones entre la oposición y el régimen, porque con esa declaración Quintero ha confesado que no tienen intenciones de cambiar en nada los manejos electorales. Cómo le gusta al tercero del régimen tirarle la cabra para el monte a sus compañeros de partido. ¿Quién manda aquí entonces? Porque si quieren salir con cierta dignidad de este desastre que crearon, la puerta no se va a abrir siendo igual de tramposos que antes, y eso lo saben muchos de la cúpula de Miraflores que están viendo que el dinero se les acaba y que ya no tiene sentido seguir torturando a un país entero.

Pero él no solo pide más dinero de El Nacional, sino que está desvariando en su argumentación. Asegura que Márquez recibe “órdenes superiores” para hacer las denuncias que hace sobre la parcialidad del canal de televisión. ¿Órdenes superiores por decir algo que está a la vista? ¿Puede aceptar el capitán de El Furrial que alguien tiene capacidad de discernimiento y no le aplaude todo lo que hace?

Las instituciones de este país fueron destruidas una a una en las últimas dos décadas. Hace tiempo que el Consejo Nacional Electoral es un reducto del régimen y con esa y otras piezas se han mantenido en Miraflores. No hay manera de que se oculte esta verdad ni con el mayor de los berrinches ni con una demanda millonaria. Los que estén viendo el panorama político venezolano desde afuera tienen que darse cuenta de que con Maduro y compañía metiendo sus manos en la justicia, en el Poder Electoral, en el Legislativo y usurpando el Ejecutivo no hay solución justa a la crisis.


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