“Le jet d’eau pleure sur ma peine»  (GUILLAUME APOLLINAIRE)

Escribir un mensaje en una plataforma digital y saber que cabe la posibilidad de que millones de personas lean ese mensaje, sería un sueño casi imposible. Ese sueño ya no es tal. Ese sueño no existe porque es real. «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». En algún lugar del mundo uno se despierta por la mañana, se levanta de la cama y, justo antes de poner el café al fuego, coge su smartphone y busca mensajes, corazones rojos y noticias. Del fluir de titulares del río, uno solo de ellos despierta a la mujer que se despereza incrédula frente a la pequeña pantalla. Escribe y comparte la historia en un mensaje virtual que todos los que pasamos por la orilla podemos leer. Dice así: «Las mujeres con hombres feos son más felices«. Según expone en el texto, el titular de la noticia resume las conclusiones a las que ha llegado un cierto estudio. La fémina –de quien solo diré clandestino su nombre ablataatalba– se cuestiona en voz alta el origen o autenticidad de estos estudios. Adjunta además la fotografía de una pareja aparentemente risueña que se contempla con ojos dulces. Ella se encuentra recostada sobre él. La verdad es que parece que hacen buena pareja. Yo no sabría decir si él es guapo o feo. Tampoco me arriesgaría a decir si de esa cara depende la felicidad de la mujer, y –seamos claros– la alegría del matrimonio.

Para que las cosas funcionen en una relación amorosa, la parte tocante a lo femenino ha de estar satisfecha. No se me malinterprete esto, por favor. Como a ella, a la mujer que comparte el mensaje, a mí también me llamó la atención el titular. Y, por qué no decirlo, me cuesta creer que nadie haya hecho un estudio sobre un hombre feo tratando de darle felicidad a una mujer guapa o guapísima. Aclaremos que los hombres, feos o no, somos los admiradores por excelencia de la belleza, y algunos, de la belleza femenina. Pues bien, me dispongo a llegar al final de este caso. Busco información sobre el asunto y tecleo nervioso en Google: «hombres feos, mujeres felices» prescindiendo del apartado «imágenes» y leo: «Un estudio reveló que las mujeres son más felices con hombres feos« (Tu18jax.com; 16.06.2018). Me digo que esto es imposible. Empiezo a leer el primer apartado «Los hombres feos son garantía de felicidad» Ja,ja. Pero bueno. Me hace reír. Pensé entonces que esto es bueno, muy positivo. Por un lado, si eres guapo o te crees guapo, bah, desprecias este apartado; mas si eres feo o te lo llaman, entonces te consideras un tipo afortunado. Tú sí que sabes hacer feliz a una mujer. El medio publicaba la noticia en junio de 2018 citando la fuente: Universidad Estatal de Florida (Estados Unidos). El segundo apartado incide en las ventajas de juntarse con un hombre poco agraciado físicamente: «Los hombres feos no generan presión». Una persona del género femenino no siente la amenaza de, digámoslo así, «estar a la altura» de la apariencia de su pareja en el supuesto de que la vida le ponga fácil seducir a Brad Pitt, por ejemplo.

Brad Pitt, actor

No siga leyendo sin pararse a considerar que, de ser esto así, Pitt es mala gente porque hace que las mujeres sean infelices, vamos que les «genera demasiada presión», digo yo.

Curioseo un poco más y llego a otro medio y a otro titular: «Las mujeres con hombres feos son más felices», Crónica Global El Español.com, 12.01.2018). La noticia aparece en enero del mismo año 2018; el titular es idéntico al ofrecido por el otro medio, solo que el orden de las palabras ha sido cambiado en aquel. Este medio, Crónica Global, añade el dato del muestreo del estudio, se ha realizado un seguimiento y análisis a 113 parejas estadounidenses. Entre los argumentos expuestos a favor –ojo al matiz– de asociarse a «parejas menos atractivas» se desvela la obsesión de la belleza de la mujer a lo largo de los años. Hoy la delgadez significa ser activa y ser sexy. («Las hembras que eligen parejas menos atractivas que ellas tienen menos ansiedad en adelgazar o en estar siempre en alerta por si su hombre se va con otra»).

No siempre fue así. Antes gustaban las mujeres rotundas como Sofía Loren, Marilyn Monroe,  Mónica Belluci. No obstante, ninguna de ellas que yo sepa eligió como pareja o marido a Gary Cooper ni a Daniel Day Lewis.

Creo que estoy a dos pasos de llegar al origen:  «According To A Study, Women Are Actually Happier With Less Attractive Men», Esquire.com; 13.09.2017. La revista americana Esquire publicaba la noticia en septiembre de 2017. «They found that in instances where the man was less attractive he was likely to compensate with acts of kindness like presents, sexual favours or extra housework» (Los estudios concluyeron que en los casos en los que el hombre era menos atractivo él podría compensar [esa deficiencia de belleza] con gestos de cortesía como regalos, favores sexuales o ayuda en tareas de la casa). Fíjese que el redactor no dice «feo», sino «less attractive» –menos atractivo. Tengamos todos los matices en cuenta, a pesar de que uno se vea del lado de George Clooney y Robert Redford.

Anne Sexton

Releo lo que estoy escribiendo y tengo la impresión de que solo hay guapos y guapas en el cine. Convendría aclarar que existe belleza también en la calle; hombres y mujeres desconocidos y anónimos. Siempre ha habido poetas hermosas (y que escriben bien) como Anne Sexton y dramaturgos interesantes como Samuel Beckett, a quien cuesta entender lo que quiere decir, pero es guapo. Al menos a mí me lo parece y me hace feliz. En fin, no nos dejemos distraer por cantos de sirena. Gracias a Esquire hago clic en el enlace que me conduce a la fuente originaria de la historia.

 

Por fin, llego frente al portal. Abracadabra. Los dos miembros del Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Florida, Tania Reynolds y Andrea L. Meltzer, realizan un estudio sobre la atracción física entre hombres y mujeres y el impacto de la dieta en la idea de la belleza. El asunto no parece trivial. El estudio sale publicado en Sciencedirect.com en septiembre de 2017, «Adopting a dyadic perspective to better understand the association between physical attractiveness and dieting motivations and behaviors».

Para concluir, tenemos que estar preparados para leer noticias que comienzan así: «según un estudio realizado por una universidad americana»… y saber que unas veces no son reales, pero otras sí lo son. Por otro lado, la controvertida idea de la rivalidad entre la apariencia agradable de la mujer y su pareja a mí me recuerda al personaje de la madrastra del cuento de Blancanieves de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm. Cada vez que ella le pregunta a su espejo mágico: «Espejo, espejo de la pared, ¿quién es de esta tierra la más hermosa de todas las mujeres?«.

La madrastra de Blancanieves

La respuesta esperada del espejo es: «Tú, mi reina, tú eres la más bella de todas».

Hoy la mayoría de las mujeres poseen un pequeño espejito mágico de tocador al que le hacen la misma pregunta a diario con la ilusión de saber que su belleza es única.


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