El saber te da libertad y la agnotología elimina el saber con un toque deliberado de ignorancia y confusión social: posliderazgo

El poder que se esconde detrás de la ignorancia ejerce un deseo retorcido de aquellos grupos dominantes de poder o populistas. Populistas, que se apropian de su víctima con un virus agnotológico mortal e imperceptible, que se contagia a través de la ignorancia o la confusión social inducida y se propaga rápidamente. Afortunadamente, nuestra investigación ha dado con la cura a este virus agnotológico, la vacuna “Posliderazgo”.

Ya nos estamos adentrando a un submundo donde funcionan las redes oscuras, secretas y prohibidas de los grupos dominantes de poder o populistas. No se trata de un tema de conspiración, sino de tener claridad en un mundo de mucha confusión y en donde la claridad para la sociedad es poder, pero, para los que aspiran al poder con una mente retorcida es un problema, por ello, estos grupos populistas usan la fórmula perfecta: la agnotología. Para el creador del término, Robert Proctor, la agnotología[1] “es el estudio de la ignorancia, lo perdido y olvidado. Un enfoque es el conocimiento que podría haber sido pero no fue, o debería ser pero no es…. La ignorancia puede ser una parte activa de un plan deliberado”.

Este artículo de varios capítulos te permitirá entender cómo funciona la desinformación y cómo beneficia a los grupos dominantes de poder. Cómo los datos científicos y los mensajes manipulados pueden calar en los grupos oprimidos para generar resentimiento o iniciar revoluciones que solo benefician a los titiriteros populistas. Cómo la ignorancia y la confusión social inducida se institucionaliza. Además, trataremos de identificar los ingredientes de esta fórmula perfecta “Agnotología”, así como sus múltiples usos, que van desde el COVID-19, pasando por el marketing comercial, hasta llegar a la política o mejor dicho, a los sicarios políticos. Analizaremos la función del posliderazgo en todo esto.

La información es flexible sobre el conocimiento de la realidad, y al mismo tiempo desarrolla múltiples realidades que interactúan entre sí para generar poder. Francis Fukuyama[2] lo describe de la siguiente forma: “La información es una forma de poder, y si Internet aumenta el acceso de todos a la información, también redistribuiría el poder”. La libertad óptima del saber requiere que cada fuente de información sea sopesada de la manera más precisa posible, en función de una estimación de su confiabilidad. Ello elimina el riesgo de la desinformación inducida. Lograr esta hazaña no es tarea fácil y mucho menos en entornos digitales.

En este contexto, el entorno digital constituye un nuevo ámbito de realidad compartida, donde la información o la desinformación influye directamente en el saber o no de una sociedad, ello afecta la relación entre las personas y su realidad. Relación generada dentro del significado que damos a esa realidad tanto en importancia como en contenido, modificando nuestras acciones, cultura y realidades.

Ajustemos el visor de nuestros binoculares un poco más para enfocarlos al fondo de esta temática. Si para Julio César o Napoleón Bonaparte la frase preferida era “divide y vencerás”, para los políticos autoritarios la frase preferida es “confunde y vencerás”, con un solo fin: el poder. Por supuesto, el virus agnotológico en la política busca un fin y para ello requiere dominar a su víctima: la sociedad. Para Michel Foucault[3]  en “la sociedad humana no hay poder político sin dominación”. La verdad es que nadie quiere ser dominado y mucho menos por grupos políticos autoritarios. Queremos pensar libremente y tomar nuestras propias decisiones.

Pero, son ¿propia decisión? o ¿decisiones inducidas? queda la duda si en la actualidad la sociedad toma decisiones libres o inducidas y es aun más cuestionable en los países con gobiernos autoritarios. Retrocedamos un poco a el pasado, la preocupación principal de una sociedad sobre la información era “cómo saber más o cómo crear una sociedad del conocimiento”; y no en “por qué no sabemos”. Psicológicamente las sociedades por lo general no están preparadas para entender cómo afecta la desinformación en nuestras decisiones. Por ello, se hace importante entender los que significa la agnotología en las redes sociales.

Las redes sociales están cambiando la forma de transmitir un mensaje, maximizando las posibilidades de dominio a través del Psicopoder[4]. Es decir, la revolución digital modifica la estrategia comunicacional haciéndola más plana (sin mucho contenido) y adictiva (estímulo psicológico), donde las redes sociales son el canal perfecto para enviar un mensaje imperceptible y manipulado. La desinformación permite ganar votos y seguidores. El fin tanto puede ser comercializar un producto dañino, ganar unas elecciones o quitar del camino a personas que piensan distinto u organizaciones que no se alinean con las pretensiones de los grupos dominantes de poder, quienes transforman la información digital para hacerla más convincente.

En referencia, tenemos muchos ejemplos como: el consumo de cigarrillos, uso de productos dañinos para el medio ambiente, medicamentos con opioides, medicamentos para el COVID-19, propuestas políticas falsas, etc. Uno de los juegos mediáticos que ha tenido efectos destructivos es el embargo de los inmuebles al diario El Nacional[5]. La distribución digital de argumentos confusos ha manipulado a grupos de personas para propagar el odio y celebrar el embargo de la sede del diario, detrás de las medidas hay un impacto comunicacional destructivo. No es solamente coartar la libertad de expresión sino, además, inducir a la ignorancia y mutilar el saber con información falsa.

Una encuesta realizada por la organización Centre for International Governance Innovation (CIGI)[6] a ciudadanos de diferentes países del mundo, dio como resultado que 86% de los encuestados afirmó haber caído en noticias falsas al menos una vez y 44% dijo que en ocasiones o con frecuencia dicha información fue compartida. De hecho, 66% de las personas encuestadas atribuyó sus preocupaciones de privacidad en línea a los gobiernos nacionales, 61% a los gobiernos extranjeros. Casi la mitad (49%) de los encuestados aseguró que su desconfianza los había llevado a revelar menos información personal en línea, mientras que 43% informó que se preocupaba más por proteger sus dispositivos y 39% dijo que estaba usando Internet de manera más selectiva.

Aunque en un contexto más práctico el desafío para el posliderazgo no es implementar controles de la información, sino dar claridad para evitar daños irreparables en la cultura, el conocimiento o en la psique de la sociedad. Sobre el fin último que persiguen los mensajes transmitidos a la sociedad. Para ello, este desiderátum, aspira a que tanto la sociedad como los políticos desarrollen un posliderazgo con habilidades digitales que permitan identificar errores e intenciones en la información o en la desinformación. Además, con la posibilidad de garantizar un flujo de información transparente no solo del gobierno al ciudadano, sino recíproco y múltiple, y eliminar con esta vacuna las pretensiones de la agnotología.

 


[1] Proctor, Robert N. 2008. AGNOTOLOGY, The Making and Unmaking of Ignorance. Edit. Stanford University. California, USA

[2] Fukuyama, Francis, 2019. Identidad. Editorial Planeta S.A. Barcelona, España.

[3] Foucault, Michel (1999). Estrategias de Poder. Barcelona, España.

[4] Han, Byung-Chul. (2013). El Enjambre. MSB Matthes & Seitz, Berlín, Alemania

[5] https://www.dw.com/es/la-justicia-venezolana-embarga-la-sede-del-diario-el-nacional/a-57540571

[6] Consultado en Linea (14.05.2021) https://www.cigionline.org/internet-survey-2019?gclid=Cj0KCQjw-_j1BRDkARIsAJcfmTGHhf6Qbu_kS0SBoPRZI1dQxX1xkfGUH6dxKrI_OTHwhle14omISI4aAhzGEALw_wcB

 


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