Es un tema recurrente en conversaciones familiares el tema sobre el llamado «El  riesgo país», el cual para muchos en su mayoría es un tanto desconocido, razón por la cual y con la ayuda y colaboración de mi hija Katiuska Aguilera (economista), me atreví a enfocarlo en el presente artículo.

El riesgo país es inherente a las inversiones y a las financiaciones en un país, respecto en contraste con otro. La importancia de tener en cuenta el riesgo país en las operaciones crediticias creció rápidamente con el desarrollo del comercio exterior de las compañías multinacionales y, sobre todo, de las operaciones bancarias internacionales.

Los banqueros pronto descubrieron que financiar a los clientes en otros países significa enfrentar una serie de problemas nuevos y distintos. Para hacerlo, deben estudiar las características políticas, económicas, sociales e incluso psicológicas de los países con los que intenta establecer relaciones. Asimismo, deben estudiar los aspectos legales y fiscales existentes en otras naciones.

El riesgo país determina si en el país existe un escenario óptimo para la inversión o no. Si el riesgo país es elevado, el riesgo de invertir en ese país es más alto, como también la prima de riesgo.

Existen muchas causas de un riesgo país elevado, el tono político, económico o la seguridad pública influirán directamente en la prima de riesgo de ese país. Por ello, cuando un agente económico valora la inversión directa, deberá tener en cuenta los riesgos específicos que hay en él para tomar la decisión. Así mismo, toman en consideración la deuda en ese país, ya que aparte del riesgo pagado como emisor a los inversores, se añadirá el riesgo país.

La relación entre el riesgo país y la prima de riesgo se explica por la rentabilidad que exigen los inversores para invertir en un determinado país. Cuanto más arriesgado sea invertir en un país, mayor será el interés que los inversores pedirán por prestar dinero.

Es innegable actualmente la importancia del riesgo país y del riesgo llamado soberano, por cuánto son indicadores para monitorear la percepción de riesgo de los inversionistas internacionales y para que empresarios extranjeros y locales evalúen su nivel de exposición a este riesgo total al invertir en mercados emergentes.

Las calificaciones de un país dependen de varios factores. Económicos: Nivel de déficit fiscal (Ingresos-Gastos); crecimiento del PIB; relación ingresos/deuda; consistencia de las políticas macroeconómicas; grado de apertura comercial y financiera; diversificación de las exportaciones. Sociales: Turbulencias políticas; presiones políticas sobre el gasto público. Institucionales: Solidez y credibilidad de las instituciones; estabilidad jurídica y tributaria y Seguridad pública

Venezuela, según el Emerging Markets Bonds Index (EMBI) del banco JP Morgan, cuenta con un riesgo país muy alto, que refleja lo profunda que ha llegado a ser la crisis económica venezolana, que ha empobrecido enormemente al país y se diferencia de las demás crisis experimentadas por Venezuela, en su historia, por la parálisis del sector productivo petrolero y no petrolero.

Una subida inesperada del precio del petróleo no causaría diferencia alguna, por la imposibilidad de su extracción, por las deterioradas condiciones de la infraestructura petrolera y por la imposibilidad de su comercialización, producto de las sanciones económicas que enfrenta el régimen venezolano, amén del progresivo deterioro de la economía y los servicios sociales básicos.

Esta crítica situación mantiene a más de 9,3 millones de venezolanos padeciendo de inseguridad alimentaria, y un tercio de la población, de moderada a grave.

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