Son las 5:00 de la mañana en Caracas, martes, tenía una tarea pendiente, que no me dejaba dormir y era el resurgimiento del cine carcelario en Venezuela. No tenía idea de cuánto iba a tardar en esto, que seria largo el escrito. Mis amigos saben que no me gusta hablar de boberías.

Ha nacido una nueva película del cine penitenciario llamada La causa, un documental bajo la dirección de Andrés Figueredo. Guion: José Cheo Ostos, Andrés Figueredo. Producción: Andrés Figueredo – Capitolio. Fotografía: Andrés Figueredo, Julio César Castro, José Cheo Ostos, Óscar Castillo. Montaje: José Cheo Ostos. Música: Armando Añez, Leo Aldrey.

Tras casi una década de grabación encubierta en las cárceles más peligrosas de Venezuela, el filme nos revela la compleja realidad que se vive en el submundo del crimen venezolano.

Este documental nos transporta a una verdadera distopía en la cual los presos tomaron control de los centros penitenciarios, establecieron sus propias leyes y organizaron sus ejércitos, creando Estados paralelos que han agravado la crisis humanitaria en que se encuentra la nación suramericana.

Muchas veces hemos hablado del caos de las cárceles del país sin que el Estado venezolano jamás haya hecho el mínimo caso a los presos. Ellos son los hijos e nadie.

La situación de Venezuela es grave en materia carcelaria, eso lo sabemos, Venezuela vive una eutanasia carcelaria, pero hacer cine para mostrar este horror es cosa de valientes. Realmente felicito a sus realizadores, a todas esas personas que les dieron alma a esta gente, por eso quiero agradecer a todo el equipo de Gran de Cine, a su director Bernardo Rotundo y a Beatriz Freire, que me metió en este lío.

Por último, quiero dejar claro que en Venezuela se ha hecho cine en las cárceles, cine de excelente calidad.


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