El video de unos niños bailando reguetón en una escuela de Cuba generó polémica hace varios años

“Para que me la modele desnuda qué rica esas nalgotas”

“Las tetas no están grandotas”

“Si me odia abre la pierna y que cierre el corazón”

Las frases con las que inicio este escrito no salieron de la boca de algún erotizado borracho en algún bar de mala muerte (y que justamente por ser bar, no se permite la entrada a menores de edad), sino de una canción que se escucha por la radio y que nuestros jóvenes y niños pueden escuchar libremente. El género al que pertenece esta canción se llama reguetón y está presente en muchas de nuestras escuelas cuando hay alguna fiesta y celebran algo. Lo verdaderamente trágico es que la más de las veces las mismas maestras y directoras de los planteles permiten y apoyan tamaño desafuero.

Los estudios en musicoterapia han demostrado desde hace bastante tiempo, la influencia de la música en el psiquismo humano. La influencia de las letras de las canciones sobre la conducta también es bien conocida, ya el poeta Andrew Fletcher explicaba: “Si me dejaran escribir todas las baladas de una nación, no me importa quién escriba las leyes”. A tal punto las letras de las canciones dictan conductas en la sociedad.

En lo que respecta al reguetón, entendemos este género como uno de los más bizarros métodos para la difusión de antivalores en la sociedad y para el modelamiento de conductas inadecuadas en los jóvenes. Estas conductas inadecuadas implican la magnificación y reforzamiento de la violencia; la cosificación de la mujer, llegando a niveles inenarrables de desvalorización; la percepción del sexo basada en las estructuras de poder y de dominación y otros antivalores que pueden hacer mucho daño en la psiquis de nuestros jóvenes. Esta es nuestra hipótesis de trabajo.

El mismo Google no puede ocultar lo inadecuado de las letras del reguetón cuando responde: “Las letras [del reguetón] contienen cierta dosis de contenido sexual y violencia, muchas veces la mujer es tratada y vista como un objeto. Frases como “pa” que se lo gozen [sic], pa” que se lo rozen [sic]” o “a ella le gusta que le den duro y se la coman”, entre otras”.

Si todavía le quedan dudas del carácter retorcido de las letras del reguetón puede revisar este texto:

“Ya estoy metío en un lío

A todas yo quiero darle

Me tienen bien confundío

Ya no sé ni con cuál quedarme

Y es que todas maman bien

Todas me lo hacen bien

Todas quieren chingarme encima de billetes de cien”.

Haremos un pequeño recorrido por las investigaciones al respecto para apoyar nuestra hipótesis, recordando que esto es lo que escuchan nuestros hijos en las escuelas cada vez que hay una fiesta.

Valores distorsionados

Díaz, et al (2008) concluyen en su investigación que el género reguetón ha influido de manera negativa en la conducta de los jóvenes, ya que sus letras inducen a la violencia, incitan a la actividad sexual prematura y generan cambios en vestimenta, que conducen a los jóvenes a ser aislados de su círculo social.

Las investigaciones de este autor apuntan a la estructuración de una subcultura legitimada por los valores distorsionados del reguetón.

Por otra parte, Coaquira, E. (2019) demuestra en su investigación que el género musical reguetón ha generado efectos negativos sobre el comportamiento adolescente. Los elementos audiovisuales que transmiten mensajes de violencia han modelado la forma de pensamiento, la afectividad y los comportamientos de la muestra de adolescentes estudiados, haciendo que los jóvenes reproduzcan antivalores culturales.

Estos antivalores son los descritos por Penagos (Citado en Coaquira, 2019), quien explica que las letras y el contenido audiovisual del reguetón expresan un mensaje concurrente que se traduce en las siguientes categorías:

• Mujeres: Se muestra a la mujer, desde una perspectiva sexual, erótica.

• Sexo: Este es tergiversado y abordado desde una vista placentera.

• Violencia: Se refiere a la violencia callejera de manera grupal o individual

• Identidad: Los mensajes expuestos en las canciones envían ideas de identidad masculina inadecuada y caracterizada por la violencia.

Reguetón rechazado por los mismos jóvenes

Hemos visto que el reguetón moldea conductas inadecuadas en los jóvenes. Esto no debe sorprendernos ya que hemos sido impactados por el “verso” con que inició este estudio. Lo que sí nos sorprende es que muchos jóvenes tienden a rechazar el reguetón y eso pasa desapercibido por los odios alienados de las profesoras que ponen estas canciones en las fiestas escolares. Así, un estudio que hace Chambi, en 2018 en la Universidad Nacional del Altiplano, demuestra que 55% de las adolescentes encuestadas se sintieron denigradas por las letras de los reguetones. Sin embargo, esto parece no importarle a las directoras de planteles educativos que desenfadadamente ponen las canciones en cuestión porque “creen que a los jóvenes les gusta” o porque “eso es lo que está de moda”, dejando ver primero una inmensa ignorancia por un lado, pues ese tipo de docente ignora que hay jóvenes a los que no les gusta el reguetón (y lo rechazan) y por otra parte una falta de ética inexcusable, ya que poniendo esas canciones en una institución educativa, lo que hacen es promover antivalores en la sociedad y favorecer la posibilidad de que sus alumnos tengan conductas desviadas y transgresionales en un futuro próximo.

Reguetón y femicidio

Los delitos de femicidio son legitimados por la estructura ideológica de la persona que los ejecuta. Así, el machista cree que la mujer no vale como ser humano y que además es un objeto que tiene que ser de su propiedad, por eso cree que puede quitarle la vida a una mujer porque esta “no vale nada”. Es sabido que las canciones constituyen un vehículo inigualable para difusión y la estructuración de la ideología machista. Por eso la sentencia de Fletcher es lapidaria. Repetimos: “Si me dejaran escribir todas las baladas de una nación, no me importa quién escriba las leyes”. Entonces la relación entre femicidios y reguetón es obvia. Mucho se ha escrito sobre la ideología y las canciones como su vehículo, y las autoridades de las instituciones educativas deberían saber que la educación no se basa solamente en la reproducción de conceptos sino en la formación de valores. De manera que las maestras y directoras deben ocupar sus esfuerzos en desmontar la ideología machista dominante para dar paso a una ideología liberadora en donde la mujer puede sentirse libre y respetada. Esto último no es lo que ocurre en el reguetón. Penagos (2012) hace un muy inteligente estudio acerca de cómo el reguetón es la expresión de las relaciones de poder en la sociedad. Partiendo de la óptica de Foucault, quien explica que el poder circula dentro de la sociedad. Foucault explica que “el poder no se aplica a los individuos sino que transita a través de los individuos”. Por ello el reguetón es uno de los mecanismos que usa el poder para afianzarse en la sociedad a través de los individuos. Los mecanismos del poder son los mecanismos del poder machista donde se ejerce la violencia contra la mujer llegando incluso al femicidio. No debemos asombrarnos del aumento de femicidios en virtud de la escalada que ha tenido el reguetón en la sociedad y especialmente en los jóvenes.

La relación entre conducta verbal agresiva y agresión física es obvia. Sabemos que el reguetón favorece las conductas verbales agresivas. Barrera (2014) demuestra estadísticamente que el reguetón influye en el lenguaje oral de los jóvenes. Por otra parte, los mismos jóvenes reconocen que usando el lenguaje proveniente del reguetón proyectan una imagen agresiva.

Reflexión y propuesta

Ante todo lo expuesto lanzo una pregunta al aire que constituye nuestra reflexión:

¿Debemos permitir que las maestras, maestros, y personal directivo de nuestras escuelas, liceos y hasta preescolares, permitan el reguetón en dichas instituciones?

Sabemos que ese género musical afecta negativamente el psiquismo y la conducta de los jóvenes, como esta investigación y muchos otros autores lo han demostrado, creo que estamos a tiempo para evitar una tragedia cultural en nuestros jóvenes.

La propuesta en concreto es hacer una gran cruzada nacional de manera que llegue al Ejecutivo Nacional y al Ministerio de Educación para que sea motivo de debate por parte de la comunidad educativa, la pertinencia o no de que este género musical ocupe un espacio en nuestras escuelas. Desde estas líneas creemos que es la comunidad educativa la que debe decidir si el reguetón debe ser prohibido en las escuelas. Creemos que es la comunidad pensante la que debe tomar decisiones y no solamente unas maestras sin criterio que imponen sus gustos alienados a toda una colectividad de alumnos, padres y representantes.

Referencias bibliográficas

Barrera, Carlos. (2014) «La música reguetón y su incidencia en el lenguaje de los jóvenes de los colegios de Pelileo durante el período septiembre 2011–febrero 2012». UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO, Ecuador.

Coaquira, Eber. (2019) «La música de género urbano: reguetón y la influencia en el comportamiento del adolescente». UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN, Lima Perú.

Chambi, Edwin. (2018) «Canciones del reguetón y habilidades sociales en la perspectiva de adolescentes de instituciones educativas de la ciudad de Puno». UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO, Perú.

Díaz, et al (2008) “Influencia del reguetón en la conducta de los estudiantes del cuarto año de ciencias del Liceo Bolivariano Dr. Vicente Dávila». UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL TÁCHIRA, Venezuela.

Penagos, Yesid (2012) «Lenguajes del poder. La música reguetón y su influencia en el estilo de vida de los estudiantes». UNIVERSIDAD DE MANIZALES, Colombia.


 

Dr. Roger José Garcés es psicólogo. F.P.V. 2054


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