“Las FARC y el ELN no son ningunos cuerpos terroristas, son verdaderos ejércitos que ocupan un espacio en Colombia. Hay que darles reconocimiento a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y al Ejército de Liberación Nacional. Son fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político bolivariano que aquí es respetado”. Hay personas que se deben saber estas palabras de memoria. Son del comandante muerto y las dijo en 2008, en la presentación de su memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional.

Sobre todo su heredero, que años después en una conferencia de prensa a la que solo asistieron periodistas pagados por su régimen afirmó: “Claro que tenemos relaciones con las FARC y su partido político producto de los acuerdos de paz”.

Muchos se preguntan qué es lo que pasa en Apure, cuál ha sido la motivación para estos enfrentamientos entre bandas de irregulares y soldados venezolanos. Pero ya la escalada de violencia ha llegado a tal nivel, que lo realmente importante es cómo detener la guerra que afecta a pueblos enteros y ha dejado muertos.

Todo este asunto es demasiado turbio. Ni siquiera el ministro de Defensa del régimen es capaz de informar el número exacto de bajas en las filas del Ejército. Al estado Apure, anunciaron con bombos y platillos, iban a enviar a 1.000 milicianos, unos pobres voluntarios sin entrenamiento y pocos pertrechos para hacerle frente a unos irregulares armados hasta los dientes y con conocimiento pleno de la zona.

Las organizaciones no gubernamentales aseguran que la intensidad de los ataques ha ido en aumento. Es difícil para el ciudadano común entender lo que ocurre, sobre todo porque la presencia de los guerrilleros no es nueva. ¿Por qué ahora se enfrentan con el Ejército cuando la orden del régimen siempre fue de colaboración total? Los que sufren son los familiares de los pobres soldaditos, a los que ni siquiera les dan noticias.

Una cosa es cierta, y se puede sacar como conclusión de este tema, el régimen no tiene control del país. Tiene candelitas prendidas por todos lados. Su afán por llenarse los bolsillos mientras ignoran el sufrimiento del pueblo les está estallando en la cara. No cabe duda de que la guerrilla, la que sea, está dispuesta a mantener su estatus en Apure y otras zonas. Hay malandros que controlan ya amplias áreas de Caracas. Hay demasiado malestar por todos lados

Como dice el viejo dicho, los cuervos después de criados suelen voltearse en contra del que les dio de comer.


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