Amanece un nuevo día y las teclas de mi computadora están allí en el mismo lugar, exactamente en el mismo orden en el que las dejé hace un par de meses. Ellas permanecen estructuradas y formadas de la misma manera desde hace años. Nada a cambiado salvo la actitud que hemos decidido asumir ante la cruel realidad que vive una nación golpeada ya no solo por la maldad de la tiranía sino también por la adaptabilidad de los ciudadanos; resiliencia le dicen algunos, otros simplemente decidieron vivir según el popular refrán que inmortalizó aquel personaje ficticio creado en una telenovela llamado Eudomar Santos: “Como vaya viniendo, vamos viendo”.

Escribir sobre ello se hace doloroso, incomodo y hasta vergonzoso; es hurgar espacios que te recuerdan que nada ha cambiado, que todo sigue igual y hasta peor, sobre todo cuando escuchas esas frases hirientes como: “Venezuela se está arreglando”.

Probablemente sea cierto; el país se está arreglando bajo la lógica malévola del chavismo, hemos vuelto a aquellos años del inicio de la mal llamada revolución. Solo importa el bienestar individual, falta que vuelva el cupo Cadivi para sentir que estamos en el momento ideal de la fantasía venezolana.

Vuelven los conciertos, abren tiendas y bodegones a granel, las aerolíneas anuncian vuelos internacionales, la nación necesita retomar la normalidad y dejar en el pasado aquellos años que transitamos desde abril de 2013 hasta inicios del 2018. Casi 5 años de lucha ciudadana en donde una clase política opositora se encontraba en las calles peleando a pulso contra toda la estructura represiva de la tiranía.

En esos años parecía que llegaba el fin del terror, pero solo era el reacomodo de las fichas en el poder, salían algunos afectos del oficialismo quienes caían en desgracia y hasta eran detenidos, como Raúl Isaías Baduel y Miguel Rodríguez Torres, hubo quienes saltaron la talanquera pensando que con eso podrían librarse de las responsabilidades que tienen ante la justicia como Luisa Ortega Díaz y su esposo Germán Ferrer, Rafael Ramírez, Jorge Giordani, Héctor Navarro y algunos otros.

Mientras que personajes como Claudio Fermín y recientemente Daniel Ceballos prefieren cohabitar y buscar opciones políticas asumiendo que en el país existe separación de poderes, pensando que el Consejo Nacional Electoral puede llegar a permitir que alguien que no pertenezca al circulo de poder pueda tener alguna opción de ganar la presidencia de la república.

¿Ilusos o pendejos? Quizás ambas a la vez o de repente sean más realistas que todos nosotros quienes seguimos apostando a un cambio de poder solo con la salida del mismo de Nicolas Maduro y todo su combo criminal.

Mientras tanto, amanece un nuevo día y las teclas están allí en el mismo lugar, exactamente en el mismo orden en el que las dejé hace un par de meses, pero ya activas.

Escribe, que algo queda, solía decir Kotepa Delgado.

@andcolfa


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