No sé si sorprenderme o no; no sé si creer que es un chiste o aceptar esa realidad como una especie de opereta bufa; lo cierto es que cada día que pasa leemos en los medios de comunicación y en las tendencias en las redes sociales cómo los dirigentes del PSUV se quejan de las irregularidades dentro de sus «primarias».

¡Sí! Los candidatos del PSUV denuncian que los otros candidatos del PSUV le hicieron trampa en las elecciones internas, y lo peor de este galamatías es que lo denuncian ante las mismas autoridades del PSUV.

El partido de la usurpación se superó a sí mismo al robarse entre ellos mismos una elección; así de patética es la cosa dentro de un régimen que a todas luces es plenamente inmoral y catastrófico.

Las primarias del PSUV estuvieron cargadas de trampas, abusos de poder, clientelismo e intimidación que quedaron reseñadas en las redes sociales. Y, lo peor de todo, es que ni siquiera quien ganó –con trampa o sin ella– puede celebrar, pues la directiva nacional se reserva la última palabra.

Así es la cosa, los candidatos pueden sacar lo que quieran, pero es la cúpula la que decide, es decir, lo de los votos es pura pantalla, puro saludo a la bandera.

Ya empezamos a escuchar que el PSUV decantará en algunos estados y municipios por personas que no participaron en las elecciones. Dicho en otras palabras, sacarán a candidatos de debajo de la manga o de adentro de un sombrero.

Así de bárbaros y autocráticos son los del PSUV, que a todas muestras se mofan de sus militantes, de sus seguidores y de sus candidatos.

¿Qué pueden esperar los demás? Nada de nada, sin duda que los cándidos que quieren ir a elecciones el 21 de noviembre pecan de una de dos cosas: son tontos o se la dan. Debido a que no hay otra explicación, por lo menos lógica.

Si el PSUV se robó las elecciones del mismo PSUV, qué pueden esperar los otros partidos. Lo que acabamos de ver es solo la muestra del talante hamponil de un partido que hace lo que sea por mantenerse en el poder.

Todos los abusos y delitos electorales que vimos en las primarias rojas se quedarán pequeñas con los que ellos ya están planificando hacer el 21 de noviembre. Allí se le desatarán todos sus demonios internos para hacer y deshacer con el voto de los venezolanos.

Ir a elecciones en tales condiciones y realidades es un suicidio. En el PSUV no solo están dispuestos a arrebatar triunfos como le sucedió a Andrés Velásquez en Bolívar, quien ganó esa gobernación y se la asaltaron, sino que están preparados para desmantelar las posiciones que pierdan y montar estructuras paralelas.

Sin duda, los comicios en Venezuela son una comiquita. Y en este momento las elecciones más justas son más de reinado de bellezas, así de simple, así de claro.

¿Votar para que el CNE elija? Eso no es democracia, sino una estafa.


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