Las elecciones del venidero 21 de noviembre deberían realmente ser una responsabilidad compartida por todos los venezolanos. Sin embargo, la realidad nos muestra que por el lado opositor las luchas entre facciones internas son vehementes y destructivas, lo cual generará secuelas perjudiciales para todos.

Fernando Mires, autor de numerosos artículos y libros sobre política internacional y ciencias sociales, va más lejos y afirma en un artículo reciente que el objetivo de la oposición venezolana no ha sido debilitar al gobierno sino derrocarlo, eligiendo una vía “confrontacional”, pero sin tener los medios para llevarlo a cabo. La posición que ahora asumen María Corina Machado y sus seguidores se ubica precisamente en este último lindero.

A lo anterior hay que agregar que una parte significativa de los millones de emigrantes que se encuentran diseminados por el mundo no podrán ejercer sus derechos al voto. Así las cosas, vamos a la contienda electoral con una mano amarrada.

Nos alegraría si lo anterior fuese todo lo negativo. Ello, lamentablemente, no es así. La ristra tiene un tallo de ajo más: la posición de muchos electores venezolanos es que el gobierno hará todo tipo de triquiñuela durante el proceso comicial, razón por la cual “no van a perder su voto”. No son pocos los opositores que creen firmemente que las trampas y artificios de Nicolás Maduro y los suyos van a ser incontrolables, razón por la cual no van a participar en un proceso electoral chimbo que hará nugatoria su acción. Ninguno de ellos está dispuesto a hacer el ridículo. Sin duda estamos, por decir lo menos, ante una exquisitez política extrema en la que es “mejor” renunciar al derecho a votar que dar la pelea frente a frente.

Muchas veces nos enfrascamos perversamente en antagonismos y olvidamos sanos consejos. En la carta del Apóstol Santiago (3, 16-4, 3), se señala: “Donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase de obras malas (…) ¿De dónde vienen las luchas y los conflictos entre ustedes? ¿No es, acaso, de las malas pasiones, que siempre están en guerra dentro de ustedes? Ustedes codician lo que no pueden tener y acaban asesinando”.

Soy un convencido de que la Biblia debe ser leída no solo como texto de profunda religiosidad sino también como libro de enorme y singular sabiduría.

Mientras todo lo anterior acontece, el Sindicato del Plástico en Carabobo denunció recientemente que se han perdido 60.000 puestos de trabajo por falta de materia prima. Así pues la involución bonita continúa avanzando a pasos de perdedores, sin horizonte de real recuperación, poniendo pañitos de agua tibia que no mejoran nada o son, simplemente, paliativos menores como ese de quitarle algunos ceros a nuestra estrambótica moneda pero sin atacar de raíz el problema de la inflación que continuará “dura y curvera”, esto es, seguirá siendo un drama para los venezolanos.

A mis compatriotas les digo: nunca olviden la sabiduría contenida en el verso del gran poeta español Antonio Machado (1875–1939): “caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

@EddyReyesT


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