El detalle sobre la presencia de integrantes de la banda terrorista ETA en Venezuela, por lo demás algo nada nuevo en el país, luce como otro de esos secretos que Hugo “el Pollo” Carvajal ha venido suministrando con cuentagotas a la justicia española para retrasar su extradición a Estados Unidos.

El exjefe de inteligencia de Chávez y Maduro -con fama de astuto y meticuloso- parece más bien ganar tiempo para preparar su defensa  ante el Departamento del Tesoro y tribunales de Florida y Nueva York, que lo esperan con casos armados desde 2008. Lo acusan de narcotráfico, blanqueo de capitales y colaboración con las FARC para introducir drogas en ese país por Venezuela y México.

El mayor general retirado, que era muy amigo de Iván Márquez, ahora escondido por los regímenes de Venezuela y Cuba, es potencialmente un testigo formidable contra Maduro y la cúpula militar, pues podría ofrecer una visión privilegiada de las entrañas del Cartel de los Soles y sus socios de la guerrilla colombiana, a quienes no solo se les ha dado dinero y espacio en el país para traficar con drogas, sino también protección y armas.

De allí las imputaciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos el jueves 26 de marzo de 2020 contra miembros del Cartel de los Soles por narcotráfico, lavado de dinero y apoyo al terrorismo, entre otros cargos. En su respuesta de última hora a Washington ese día, curiosamente Nicolás Maduro encontró tiempo para llamar “traidor” al Pollo Carvajal.

Lo cierto es que Washington conoce desde hace mucho de la “información de valor” que posee Carvajal sobre los jerarcas del régimen, que “usan su poder para hacerse de millones de dólares provenientes de actividades criminales”. Convencido de que había que hacer “un contrato con el diablo”, el ex embajador de Estados Unidos en Caracas William Brownfield ha llegado a pedir a su país que conversara con el ex jefe de los servicios secretos.

De modo que es probable que Carvajal, que ya ha intentado negociar con Estados Unidos, ayude a correr el velo de otros lazos con el terrorismo internacional -porque no solo se trata de ETA y las FARC, es también Hezbolá y el ELN (con presencia en la mayor parte del país, donde sus representantes ejercen tareas tan comunes como la de carnicero del pueblo y se reúnen a menudo con agentes de los servicios secretos nacionales), sin hablar del espionaje cubano en cada rincón.

El Pollo, que el primero de abril cumplirá 62 años de edad, tiene alicientes para seguir negociando. Genuino as de espadas de los secretos, sabe cómo destapar el Cartel de los Soles y descifrar la ruta de los activos saqueados por el crimen organizado en complicidad con la conexión rusa y su jefe Putin, que busca convertir a Venezuela en foco de un conflicto internacional por temor a perder sus baúles de oro;  la mayor paradoja sin embargo es que los asesores, soldados y armamento rusos no impidieron la derrota y la rendición incondicional de Maduro y Padrino López en el brevísimo conflicto en Apure el año pasado.


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