Foto EFE

El 22 de octubre es y será una fecha patria. Los venezolanos de todos los sectores, barrios, urbanizaciones, cerros, zonas informales, rurales, urbanas, se atrevieron contra todo pronóstico a salir a votar en la elección primaria pautada por la oposición venezolana. No importó la lluvia, ni las amenazas que hicieron correr la voz de que iban a cruzar la lista de votantes con el CLAP, con los miserables bonos de la guerra, por la patria, etc. No podían cruzar nada porque la lista de los votantes no la tenían, era una amenaza mal montada, sin asideros en la realidad, la gente olfateando esta mentira no hizo caso a la amenaza.

Quizás una de las enseñanzas más valiosas del proceso que se realizó en la elección primaria fue comprobar que el despliegue de las Fuerzas Armadas y su Plan República no hacía falta. Una operación militar que tradicionalmente ordenaban los gobiernos aduciendo que era necesaria para proteger la población votante, lo cual dejaba la impresión de que éramos un país incivilizado, violento y desordenado. Durante las primarias no hubo hombres uniformados y armados en las puertas de los centros de votación, sólo los vecinos y la gente de los partidos políticos, las armas no relucieron en ningún sitio y en todos los centros de votación éstas se realizaron en un ambiente de cordialidad y reencuentro que puede llenarnos de orgullo ante el mundo. Los vecinos se saludaban y se reconocían, la población de mayor edad salió, enfrentaron sus limitaciones, sus impedimentos físicos y dieron el ejemplo como la porción de la población con mayor experiencia y sabiduría acumulada, tal como ocurre en nuestros pueblos originales. Se conocen muchos casos declarados de “despechos morales” de personas que no se atrevieron a participar porque recordaban o sospechaban una nueva versión de una posible lista Tascón, temían que los eliminaran como receptores de los miserables bonos que reparte el gobierno para intentar tapar el fracaso económico y la pérdida de valor del salario de los trabajadores que no pasa de 3 dólares al mes.

En anteriores oportunidades los procesos electorales se veían precedidos por una gran operación militar de “14.000 policías y 39.000 soldados”,  el operativo que lleva por nombre “Plan República” busca ofrecer “tranquilidad” a la ciudadanía y proteger a su vez los puestos de votación existentes en toda Venezuela. Garantizar la paz en los comicios y atender eventuales ilícitos en materia electoral”, eran las tareas de los cuerpos armado, según declaraban a los medios de comunicación los dirigentes de estos cuerpos.

Las Fuerzas Armadas no estuvieron en las puertas de los sitios de votación y no hicieron falta porque somos un pueblo pacífico.

Otras de las valiosas enseñanzas que arrojó la elección primaria es un hecho de suma importancia, no se registraron sucesos violentos, no hubo confrontaciones en los sitios de votación, ni en las calles. Los únicos actos vandálicos que se informaron fueron protagonizados por minúsculos grupos violentos que intentaban paralizar el proceso de votación, el robo de actas, ejecutar cierres ilegales de locales en los cuales se desarrollarían las votaciones. Acciones que solo pueden haber sido promovidas por sectores afines al régimen en el poder, nunca manifestaciones ciudadanas de rechazo al proceso primario.

El último boletín de la comisión electoral que rigió las primarias informó que la participación en las primarias de la oposición de Venezuela superó los 2,4 millones de electores, derrotando las posiciones derrotistas fundadas en la posibilidad de generación de un clima caótico, lleno de peligros, violencia por efecto de la represión comunicacional practicada por el régimen en su intento de prohibir informar a los medios de comunicación..

Con base en estos antecedentes, el señalamiento de Félix Seijas cobra una importancia crucial: “Detrás de ese número de participantes está en la sombra otra cantidad de quienes por la censura no obtuvieron suficiente información, otros que por logística (ubicación de centros) no pudieron acudir (dentro y fuera del país), y otros que por distintos motivos sintieron temor de acudir. Luego, hay otro número, una cantidad grande. Se trata de aquellos que se quedaron en casa expectantes, atentos a si esto era algo serio o no. Deseando que fuese verdad, esperando que lo que quieren se materializara. Ellos forman parte del iceberg, y pueden tener el mismo ímpetu. Esto podemos decirlo hoy gracias a las primarias. Un proceso lleno de obstáculos y variables por doquier que podían hacerla fracasar. El bebe creció, la gente se lo apropió y superó a todos, dentro y fuera de la oposición”.

Algunos fueron víctimas de temores, sucumbieron a la propaganda del régimen, otros simplemente desconfiaban, no lo creían posible. Sin embargo, la alegría que reinaba el lunes siguiente era para muchos ver renacer la posibilidad de superar los miedos y sobre todo confiar, saber que estamos en manos de una sociedad civil responsable y consciente de su misión. Era lo que podríamos llamar “un nuevo amanecer”.

No sólo las fuerzas armadas y policiales no hicieron falta, tampoco hizo falta la ayuda del Consejo Nacional Electoral. Esa costosa e ineficiente burocracia integrada mayoritariamente por representantes del régimen, que comanda los procesos electorales, sin neutralidad ni equilibrio, lejos de lo que debe ser.  Venezuela es uno de los pocos países occidentales, quizás el único, donde la institución electoral está completamente sesgada, representa mayoritariamente los intereses del régimen y no a la ciudadanía. Viene al caso la acotación de un miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU dirigida al fiscal de la República, Tarek William Saab: “Es la primera vez en treinta años que se recibe a un fiscal de una república en esta sede que viene a defender los intereses del régimen que gobierna a su país y a culpabilizar a los ciudadanos”.

En realidad, las elecciones primarias demostraron que Venezuela es un pueblo pacífico, que puede cumplir con obligaciones ciudadanas,  también se manifestó que este CNE tal como está constituido ha sido derrotado, sus amañadas propuestas fueron declinadas civilizadamente por la CEP,  no hace falta una institución que represente directamente los intereses del régimen en contra de las aspiraciones de equilibrio y libertad de la ciudadanía.

El CNE, al igual que las Fuerzas Armadas, sólo cuidan, tratan de impedir que el régimen pueda ser dejado de lado por la voluntad ciudadana.

Mientras, es de vital interés que reflexionemos sobre los siguientes temas:

“De los 15,5 millardos de bolívares que el organismo comicial manejará, apenas 16 millones —es decir, ni siquiera el 1 % del total— serán destinados a la “realización de las elecciones municipales”, según consta en el decreto-ley de ingresos y gastos del Estado aprobado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), bajo la excusa de que la Asamblea Nacional (AN) está inhabilitada para hacerlo en virtud del desacato a sus decisiones. La partida para “elecciones y consultas” es incluso 23,8 % menor a la que originalmente tuvo el CNE en 2015 para comenzar los preparativos de las elecciones parlamentarias del 6D, la cual contaba con 21 millones. De hecho, la partida para “las campañas informativas y de posicionamiento institucional” es nueve veces superior, pues cuenta con 100 millones”.

Tanto el Plan República de las Fuerzas Armadas como el aparato burocrático del Consejo Nacional Electoral no hicieron falta para realizar las elecciones primarias. Todo el proceso estuvo a cargo de la ciudadanía que mostró un valor y una capacidad de asumir sus responsabilidades en el momento oportuno.

El balance que puede realizarse con toda objetividad es que los procesos electorales de la sociedad civil no necesitan la participación de los cuerpos armados, ni tampoco requieren de forma indispensable la inclusión de un Consejo Nacional Electoral cuya conformación sea contraria a la neutralidad que debe representar una organización de esta naturaleza, que no sido capaz siquiera de actualizar el Registro Electoral, que promueva y regularice la inclusión de las nuevas generaciones a los procesos electorales. “Cerca de 2 millones de electores jóvenes no están inscritos en el Registro Electoral y, por lo tanto, no pueden ejercer su derecho al sufragio”. Si la ocupación fundamental del CNE no son los procesos electorales y no cumplen con la actualización del Registro electoral, ¿cuál es su verdadera ocupación?

El experto electoral Félix Seijas declara: “En resumen, ayer se reasignaron roles y esto hay que respetarlo. La gente regresó a las calles a votar, y quien no lo hizo está expectante. El objetivo de todos es aumentar la presión en el bloque de poder. Ayer se abrió una nueva ventana para ello. El mandato es aprovecharla”

Las elecciones primarias aclaran totalmente nuestro panorama político, no hicieron falta las Fuerzas Armadas para imponer un orden que nunca fue desafiado. La Comisión Nacional de Primaria ejerció un liderazgo ético y lógico de todo el proceso, banalizaron las denuncias desde adentro y desde afuera, vencieron los chantajes del régimen que intentaban intimidar a los organizadores en los niveles estadales y municipales. Respondieron oportunamente los ataques malintencionados, tal como la señora Uzcátegui, ignoramos cuál razón la hizo brincar desde el interior de la CNP a un ataque feroz contra su realización. Su conciencia sabrá qué la motivó a dar ese salto de talanquera. Y, algo muy importante, la ciudadanía mostró una capacidad técnica para conducir el proceso que no tuvo objeciones a todo lo largo y ancho del territorio.

En verdad hoy tenemos consolidado el liderazgo de María Corina Machado como futura líder del país, pero también debemos reconocer que la sociedad civil está por encima de los cuerpos represivos del Estado, unas instituciones que deberían empezar a limpiar sus casas, expulsar a los responsables de la persecución de ciudadanos, denunciar los actos de corrupción cometidos por miembros de sus cuerpos. Aclarar el origen de fortunas mal habidas que ostentan coroneles, tenientes y el Alto Mando Militar. Es momento para que las Fuerzas Armadas comiencen a adecentarse, expulsen y castiguen a los corruptos y a los torturadores ensañados con los presos políticos. Esta labor sanitaria también debe tener repercusión en aquellos miembros de las FANB que han pretendido poner este cuerpo militar al servicio de una ideología como ha sido la predica de Vladimir Padrino, quien ha protagonizado uno de los más descarados actos de violación de nuestra Constitución al intentar convertir esta institución en una fuerza al servicio de un régimen comunista -socialista en desafío a lo pautado en la Constitución de 1999:

Art. 328 “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y la soberanía de la nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica”.

En conclusión, el punto central parece ser la capacidad de las organizaciones civiles y no tanto si a los militares les gusta intervenir o no en política. La relación sugiere que instituciones civiles fuertes, se logra una mayor subordinación militar al poder civil; y con instituciones civiles débiles, se produce una mayor disposición a la participación política de los militares”.

Entramos en el momento de definición con las Fuerzas Armadas Nacionales, ir de unas fuerzas armadas políticas para llevarlas a un cuerpo institucional. En Venezuela, lo que se busca es cómo hacer de una corporación que vivió 40 años bajo una doctrina institucional un cuerpo armado comprometido con un proyecto político pero que, al mismo tiempo, no sea políticamente deliberante. Durante la vigencia de la Constitución de 1961, se decía que las “Fuerzas Armadas son una institución apolítica, obediente y no deliberante” (Sucre Heredia, Ricardo).

Las arengas de Vladimir Padrino intentan imponer algo distinto al afirmar tácitamente que las “Fuerzas Armadas son una institución política, obediente y deliberante”. Es necesario replicar cuando abusivamente declara dirigiéndose a los sectores de oposición: «No serán poder político en Venezuela jamás en la vida mientras exista una Fuerza Armada como la que hoy tenemos, antiimperialista, revolucionaria, bolivariana, nunca podrán ejercer el poder político en Venezuela, creo que es bueno que lo entiendan la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) actual es una institución «chavista», así como «garante de la paz» 

Los resultados de las elecciones primarias abren el camino para Identificar los errores, derribar las falsas barreras para volver a ser un país democrático. Recibamos y aceptemos con confianza las buenas noticias en Venezuela, no sólo por lo que ocurrió durante las primarias sino fundamentalmente porque despejó muchas incógnitas y descubrió procesos ocultos por el miedo, la represión, el poder mediático de estado y la hoy negada sumisión ciudadana ante el terrorismo socialista.

Mientras, como miembros de la sociedad civil intentemos buscar respuestas a preguntas claves:

¿El CNE va a liderar y agotar recursos en una inútil consulta sobre el Esequibo que ya muy bien aclaró nuestro jurisconsulto Román Duque Corredor: “¿No es posible consultar al pueblo si se defiende o no la integridad territorial de Venezuela, porque se trata de un derecho irrenunciable, junto con el derecho de soberanía, conforme al artículo 1° constitucional? Además, el tal referendo implica derogar la ley aprobatoria del 15 de abril de 1966 del Acuerdo de Ginebra, lo cual viola el artículo 74, que prohíbe los referendos sobre leyes aprobatorias de tratados internacionales”.

¿Dentro de las Fuerzas Armadas hay la reserva moral suficiente para enderezar sus actuaciones y cumplir con sus deberes constitucionales pautados en el Artículo Art. 328? “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y la soberanía de la nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y la ley”.

¿Cuáles son las tareas que debe cumplir la sociedad civil para asegurar las condiciones sociopolíticas en 2024 que garanticen la ascensión de la primera mujer elegida como presidente de la República por libre decisión ciudadana?

Siguiendo el ejemplo de las mejores democracias del mundo, ¿cuál propuesta debemos diseñar para transformar el CNE en una institución neutral, confiable que represente a todos los venezolanos y no un baluarte de defensa de gobiernos violadores de la Constitución?

Finalizo reconociendo el valor y estatura moral de los integrantes de la Comisión Nacional de Primaria, a cada uno de sus miembros. A Jesús María Casals, un venezolano para la historia.


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