Lanza en ristre, la prestigiosa revista Semana inauguró el tema electoral del país vecino con titulares que le quitaron la tranquilidad a muchos. De “gran estudio electoral sin precedentes” calificaron sus periodistas la medición y el análisis de datos llevado a cabo por este medio y –palabras más, palabras menos– dicen saber a esta hora lo que están pensando los colombianos sobre el rumbo que lleva el país y, en función de ello cuáles son las preferencias electorales de quienes se inclinan a votar en las presidenciales de 2022.

Apenas nos separan catorce meses de la justa política y para este instante Semana considera que “Petro se escapa del lote y puntea” en la encuesta conducida por sus expertos. A juzgar por esta, las cosas se presentan así: Gustavo Petro lidera la medición con 23% de la intención de voto. Le siguen Sergio Fajardo, con la mitad o 12% y Marta Lucía Ramírez, quien capta 9%, Alejandro Char y Juan Manuel Galán, ambos con 6%, y de allí en adelante los restantes aspirantes a la Casa de Nariño cuentan cada uno con menos de 5% de la favorabilidad del electorado. Entre los ciudadanos que no saben aún cómo votar y los que no tienen preferencia política ninguna se encuentran uno de cada seis de sus compatriotas. 4.435 encuestas en 6 regiones respaldan este estudio que vale la pena detenerse a escrutar.

Hay que destacar que en el año que transcurrirá antes de las votaciones ocurren los grandes hechos que inclinan la balanza en un sentido o en otro. Esta elección colombiana será particularmente reñida, no solo por la defensa que cada uno de los candidatos hará de su propio plan de gobierno, sino porque todos en su conjunto batallarán en favor de un llamado responsable a acudir a las urnas, pues la abstención en tierra neogranadina ha sido tradicionalmente alta. En las cinco justas electorales de este siglo, el común denominador ha sido una abstención de más de 50% a la hora de elegir al jefe del Ejecutivo.

Es indispensable recalcar también que el régimen electoral colombiano establece dos vueltas de votación para las presidenciales en el caso de que ningún candidato alcance más de la mitad de los votos. En ese supuesto, entran en consideración un buen conjunto de argumentos para ese electorado que seleccionará solo a uno entre dos, y se trata de asuntos que es casi imposible detectar a un año de distancia. Aun así, la encuesta de Semana ha logrado determinar que en esta foto del momento actual, si Petro pasara a segunda vuelta, el único que podría ganarle en el juego es Sergio Fajardo.

La realidad es que lo que nos queda claro de la observación de los números de la encuesta de Semana es que habrá tres candidatos punteros que intentarán resolver el futuro de Colombia para cuando a Duque le toque entregar. Petro es apenas uno y el único con una candidatura presentada para el día de hoy. Marta Lucía Ramírez no termina de deshojar la margarita, pero tiene buen chance; y Sergio Fajardo, a quien lo acompañan muy buenas ejecutorias que mostrar de su paso por la Gobernación de Antioquia. Cada uno de ellos tiene frente a sí una cuesta muy empinada. De la manera en que la pandemia sea manejada por el gobierno de Iván Duque, las derechas extraerán un buen beneficio o un perjuicio determinante. Por otro lado, en 2022 estarán inscritos 3 millones de nuevos votantes, los que, por su edad, no vivieron los errores del pasado y votarán por quien les suene mas novedoso. La pérdida de empleos y la pérdida de calidad de vida impuesta por la pandemia les pasarán factura a quien sea el candidato de Iván Duque.

Así, pues, poniendo a un lado el profesionalismo indudable del estudio de datos de Semana, mucha agua correrá por ese río antes de la próxima votación, lo que hace que sea poca la utilidad de la data que resulta de la encuesta de hoy. Como no sea para alertar sobre el peligro de una apuesta en favor del populismo de Petro. Ya despunta en Colombia un movimiento en favor de una alianza política, el surgimiento de un frente nacional que bloquee las posibilidades de éxito de esta réplica del modelo chavista-madurista encabezado por Gustavo Petro y el mentiroso plan de justicia social de Colombia Humana. No resulta difícil poner de relieve la ruina y la miseria a granel que imperan hoy en el país que late del otro lado de la frontera, de lo cual dan fe casi 2 millones de venezolanos hambreados y refugiados en suelo neogranadino.

El sensacionalismo forma parte de la diatriba política y es un subterfugio utilizado con frecuencia por los medios de comunicación para captar atención de la lectoría. Esta vez Semana lo consiguió. La réplica por parte de los medios colombianos y extranjeros fue intensa y los analistas políticos se apresuraron todos a asumir posiciones.

El petromadurismo está en la palestra, pero el resultado puede no ser favorecedor. Al día de hoy la puja apenas comienza.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!