“El que lo abandona todo por ser útil a su país, no pierde nada y gana cuanto le consagra” Simón Bolívar

Hoy Día del Periodista, especial evocación para mis amigos y colegas, que ungidos de dignidad, decoro y ética, enfrentan los duros embates del régimen comunista de Maduro.

Todo lo que viene ocurriendo en los últimos meses en el país, es la manifiesta ejecución de un diabólico plan del gobierno socialista, marxista y por ende comunista, que el hijo de… Sabaneta puso en marcha y ahora su heredero putativo, Nicolás Maduro, ha acrecentado con ferocidad propia de un dictadorzuelo sin escrúpulos, y a la vista de propios y extraños con una abierta cacería de brujas, con el propósito de acallar todos los estropicios que viene perpetrando su pérfido régimen, en su pretensión de acabar con la brújula de la opinión pública, suerte de oídos del soberano, que se mantiene expectante de todo los acontecimientos que a diario se generan en los cotos del alto gobierno socialista, marxista y mal llamado bolivariano.

Poco a poco han ido desapareciendo del espectro radioeléctrico, emblemáticos programas de opinión en las radioemisoras, ante el temor de la represalia administrativa a través de Conatel, por lo que muchas de estas han preferido autocensurarse. Pero allí no para el asunto, pues la represión contra los periodistas independientes se ha acrecentado exponencialmente, como jamás en la historia del país había ocurrido, es decir, ni siquiera en los regímenes dictatoriales de Castro, Gómez y Pérez Jiménez, ente otros.

Felizmente, las reservas de quienes somos trabajadores sociales al servicio del país, no claudicamos y seguirnos con la única arma con la que contamos, la pluma, en las trincheras del combate contra un tozudo enemigo que no quiere dar a torcer su brazo, pese a que sus baterías cada día demuestran poco poder de fuego, que no hacen mella en nuestra humanidad, y mucho menos arrollar la dignidad, honor y principios morales de quienes ejercemos este bello apostolado, muchas veces víctimas de la incomprensión y siempre en el filo de la navaja del vilipendio y el ultraje, porque desconocen que el desarrollo de una nación y las gestas de la historia marchan al unísono con la función epistolar del hombre de pensamiento y de la idea, que conducen por lo general a los pueblos a comprender, analizar y conocer su propia realidad.

Albert Camus, destacado politólogo de fama mundial, cuando se refería a la práctica del periodismo la calificaba como: “El oficio más bello del mundo”, para distinguirlo de las demás disciplinas sobre las cuales la expresión tiende a ser superior, por el mensaje, por la proyección y por la importancia que deja a su paso, entre los millones de seres que leen, miran y escuchan, el diario acontecer a través de la información, en la que se pone al descubierto la valía y capacidad del periodista mediante este sacerdocio que es la profesión, practicada por muchos, y hecho realidad por pocos”.

El auténtico ejercicio del periodismo, demanda la necesidad de que quienes hacen la noticia, encaren con valentía, distinción y coraje, sin desdibujar realidades ni lacerar la dignidad de nadie, tal como lo hicieron a lo largo de los años los colegas renunciantes de Globovisión. Nuestro pueblo enfrenta situaciones que distorsionan su imagen, por culpa de quienes poco, o mejor dicho nada les importa que gentes del gobierno y otras allegadas al partido de gobierno, hayan amasado inmensas fortunas de la noche a la mañana, sin que los poderes públicos las sancionen como es de suponer, lo que constituye evidentemente un signo de evidente corrupción y atropello a la dignidad, e irreverencia a un pueblo que merece respeto

Bajo el pretexto de combatir la corrupción, el oficialismo solicitó la Ley Habilitante, la cual una vez aprobada permitió crispar más aún la animadversión del gobierno hacia los medios de comunicación, como ocurre en estos últimos tiempos, por negarse a poner “rodilla en tierra” .La historia –como lo hemos manifestando en diversas ocasiones, es un libro cuyas páginas siempre las mantiene abiertas, y por ello sus actores son juzgados a posteriori, para bien o para mal.

La Venezuela maravillosa que años atrás estuvo revestida de paz y bonanza, de pronto se ha visto severamente comprometida y afectada con tantos escándalos y estropicios cometidos por quienes detentan ilícitamente el poder desde hace dos años, y nada se ha hecho para sancionar a quienes han hurtado descaradamente los dineros del Estado mediante el saqueo de sus arcas, muchas de ellas denunciadas por los medios de comunicación tras asiduas investigaciones. La más reciente, la del súbdito colombiano Alex Saab, a quien según investigaciones le han descubierto inmensas fortunas mal habidas, producto de la triangulación en negociaciones encomendadas por el régimen de Maduro, tal como refiere la colega periodista Maibort Petit, en interesante y bien documentado trabajo periodístico.

Ahora pretende el régimen acallar temerariamente las verdades y realidades inocultables, subvalorando el papel de los medios de comunicación, que valerosamente han tenido que confrontar y afrontar crítica situaciones, conscientes de su compromiso ante la sociedad, tal como lo demanda la propia Constitución Nacional y las leyes, entre otras, la del ejercicio profesional del periodismo, compromiso irrenunciable, pese a las amenazas, atropellos, abusos y desmanes de quienes enseñoreados en el poder se niegan a entender, que en una verdadera democracia y así reza el texto constitucional, existe plena libertad de expresión y de prensa.

Desconocen estos seudorrevolucionarios izquierdosos que el papel de quienes ejercemos el oficio es rescatar el buen nombre del país, denunciar los males y problemas que aquejan a sus ciudadanos, con la credibilidad de lo que se dice y se hace, denunciando todo aquello que afecte la salud de la nación y la de sus habitantes, es decir, lo corruptible, lo corrupto y al corruptor

A todos nuestros colegas del país el más decidido y solidario apoyo moral y felicitaciones por su demostrada ética y probidad puesta de manifiesto, acción ésta que el país nacional agradece, aplaude y reconoce con tristeza al mismo tiempo, pues conocen el duro sacrificio que afrentan en su cotidiana labor informativa.

¡Feliz Día del Periodista!

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