Esta expresión de Cervantes que se convirtió en una locución usual para significar el lugar donde se reúnen maleantes de toda ralea describe perfectamente la campaña de Gustavo Petro y lo que sería su equipo de gobierno, integrado por criminales de lesa humanidad, asesinos en serie, narcotraficantes, terroristas, corruptos y bandidos de todo tipo.

I) Comenzando por los criminales de lesa humanidad  de las FARC, el cartel de coca más grande del mundo, que utiliza todas las formas de lucha y se disfraza de partido político, cuando en verdad es un grupo organizado para delinquir, teniendo bandas armadas rurales y urbanas, narcoterroristas ahora llamadas “disidencias” pero que siguen con los mismos cultivos y las mismas rutas de los que ahora se hacen ver como reincorporados y finalmente, ¡oh milagro!, un partido político “Comunes”, el cual goza de privilegios como impunidad, representación parlamentaria (10 regalados por el pacto de entrega del país por Santos a ese grupo organizado para el concierto para delinquir, más al menos 4 regaladas por el fraude de Vega e Indra), mantenimiento de sus negocios ilegales con sus billonarios (en dólares) beneficios, más los billonarios recursos que el estado les regala. Ya estos criminales de lesa humanidad no tienen que esconder sus simpatías y hoy en día Comunes es un orondo apoyo de la candidatura del criminal Gustavo Petro. A ellos se les añade todos los otros grupos de narcoterroristas y narcotraficantes como el ELN, el EPL y los carteles puros de narcotraficantes como el Clan del Golfo y el Cartel de los Soles de Venezuela.

II) El apoyo de ese otro grupo de concierto para delinquir que es el Foro de Sao Paulo y su nueva denominación Grupo de Puebla, que reúne a todos los promotores de esa tragedia llamada socialismo del siglo XXI que no es más que el eufemismo para el comunismo estalinista que han implantado los Castro, Ortega, Chávez y su sucesor Maduro, Evo y con ramificaciones “light” como Lula, Correa, Kirchner, soportados por intelectuales de izquierda de toda pelambre como Laclau (QEPD), Atilio Borón, Luis Britto, Álvaro García Linera. Este es el nodo duro de la campaña de Petro, el apoyo cubano, venezolano, ruso y chino, no solo económico sino logístico y operacional es la fuerza motora que quiere imponer la dictadura comunista en Colombia.

III) Operadores políticos aliados de Maduro en Colombia, entre los que se destaca Piedad Córdoba, enlace entre el petrismo y los carteles narcoterroristas instalados en Venezuela: Iván Márquez, “Gentil Duarte”, el Cartel de los Soles proveen la infraestructura gansteril que se apoya en la primera línea y en el Partido Comunista clandestino de Colombia, para crear el estado de anarquía y frustración conducente al desencanto de las masas promotores del voto petrista.

IV) Los líderes tradicionales del comunismo colombiano que se disfrazan de defensores de los derechos humanos y otras causas populares como el criminal Iván Cepeda, y los soportadores de bandidos como la representante Pizarro, son los líderes de la maquinaria movilizadora del resentimiento tradicional de izquierda.

V) La clase corrupta tradicional, representada por los adalides de la corrupción en los últimos 20 años, Roy Barreras y Armando Benedetti, epígonos clásicos del modelo de funcionamiento corrupto de la movilización electoral y que son el fundamento del desborde del apoyo popular de Petro fuera del contorno tradicional de la izquierda, lo cual lo ha convertido en una opción real de poder.

Todos y cada uno de estos pilares de apoyo político de Petro tienen un solo objetivo: la implantación del modelo del socialismo del siglo XXI que copiando la trayectoria chavomadurista de Venezuela, transforme Colombia en un lupanar de miseria que permita la explotación del pueblo para beneficio de la camarilla dirigente representada por los criminales arriba mencionados.

Únicamente la existencia de la segunda vuelta, que permite la concentración de un voto republicano que impida la instauración de un modelo extremo, como se vio el domingo en Francia donde en segunda vuelta se impidió el triunfo de la candidata pro rusa Le Pen, así en Colombia, el voto republicano impedirá el triunfo del candidato pro ruso Petro. Es inconcebible que en el mundo de hoy el pueblo elija candidatos que validan el genocidio ruso en Ucrania (“que ocho cuartos Ucrania”, Petro dixit) y propugnen la instauración de una dictadura estalinista como lo quiere hacer en Colombia el socialismo del siglo XXI.


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