Lograr el cambio de gobierno en las elecciones presidenciales pautadas para el próximo 28 de julio de este año es un objetivo de una importancia capital.
Lograr que ese cambio sea pacífico, democrático y electoral es también muy importante. Y lograr una transferencia del poder sin traumas, con normalidad institucional, sería una noticia formidable. Pero hay un tema que está por encima de todos los anteriores: lograr superar la crisis política, económica, social y moral que está afectando a nuestra nación desde hace ya un cuarto de siglo.
La crisis afecta a más de 30 millones de venezolanos. A los que estamos aquí, viviendo todos los días la realidad venezolana, y a los venezolanos de la diáspora. A los que se vieron forzados a emigrar, muchos de los cuales están anhelando poder regresar a vivir en Venezuela junto con sus familiares y sus amigos.
Frente a esa realidad he sostenido que Venezuela necesita un Pacto de Estado. Un Pacto que tendría que comenzar por dejar atrás la política de confrontación sistemática y permanente y procurar construir un ambiente de consenso, de acuerdos fundamentales, para resolver entre todos cada uno de los aspectos de la crisis nacional.
Mientras se mantenga este clima de “guerra civil no declarada”, de lucha agonizante por el poder, no lograremos superar la crisis. Mientras prevalezca esa manera de hacer política, los capitales que necesitamos y las inversiones que requerimos no se van a sentir animados a venir en nuestro auxilio.
El cambio político y electoral de gobierno. La transparencia pacífica del poder y la construcción entre todos de ese Pacto de Estado que proponemos son pasos fundamentales para lograr superar la crisis y que más de 30 millones de venezolanos podamos vivir mejor.
Seguiremos conversando.