Para quienes están escandalizados con la desaparición de la información financiera que el Banco Central de Venezuela está obligada a suministrar de manera periódica por precepto constitucional, es importante conocer que el ocultamiento de la información es una práctica muy común dentro de la administración pública en Venezuela y solo era cuestión de tiempo para que se llegara a estos niveles demenciales de violación de los estándares administrativos que impiden plenamente cualquier posibilidad de buena gobernanza.

Podemos establecer que solamente el ocultamiento del boletín epidemiológico es comparable en gravedad con esta situación del Banco Central de Venezuela en cuanto a la gravedad del impacto social y político de dichas medidas para la planeación adecuada de las políticas públicas.

Solamente quienes se han dedicado a realizar estudios de investigación documentales sobre la materia pública en nuestro país tienen conciencia de la absoluta dificultad para obtener información estadística, financiera o demográfica a nivel de los organismos del Estado, que tienen una noción de secretismo bajo el argumento de información confidencial, sumaria, en reserva, o de carácter estratégico.

A fines de demostrar lo planteado anteriormente, hagamos las siguientes reflexiones o ejercicios académicos o ciudadanos:

  1. Por el portal Google, trate de conseguir el presupuesto subnacional o local de funcionamiento de cualquier lugar importante del mundo, sean los estados de California y Florida, la ciudad de Nueva York o Miami, las ciudades de Buenos Aires, Bogotá o cualquier capital de Europa, y luego trate de conseguir el presupuesto del municipio y el estado donde usted viva en Venezuela para ver si lo consigue.
  2. Elabore una carpeta sobre Infogobiernos y revise si en el portal web en cada una de las 335 alcaldías y 24 gobernaciones están las ordenanzas y leyes regionales o si incluso tienen la constitución del Estado en dicho portal o solamente la foto del mandatario en cuestión con información política muy atrasada.
  3. Elabore una carpeta sobre institutos autónomos, fundaciones y cualquier tipo de empresas del Estado y vea cuántas tienen en sus portales web información financiera de sus ejercicios anuales y sus memorias y cuentas en PDF para la denominada contraloría social de la que tanto se habla o se habló durante mucho tiempo para combatir la corrupción administrativa.
  4. Elabore una carpeta de División Política Administrativa en la que estén las 47.000 y tantas comunidades existentes en Venezuela, según el Instituto Geográfico Simón Bolívar, con las características específicas de cada comunidad, si logra conseguir dicha información.
  5. Elabore otra carpeta sobre Democracia Participativa y Protagónica con los nombres, cédulas de identidad y teléfono de los voceros de los cuarenta y ocho mil y tantos consejos comunales y las tres mil y tantas comunas. Después, en cumplimiento de la Ley de los consejos comunales, revise cuántos planes de desarrollo comunal consigue como producto del Ciclo de Planificación Comunal que deben cumplir todos los consejos comunales del país.
  6. Elabore una carpeta Cultural con todas las instalaciones culturales, deportivas y recreativas del país por estados, municipios y parroquias.
  7. Elabore una carpeta Agrícola con todas las haciendas, parcelas o simplemente explotaciones agrícolas con su extensión, propietario y cultivo predominante a nivel municipal, estadal o nacional.
  8. Elabore una carpeta Industrial con todas las empresas manufactureras a nivel nacional por estado y municipio o según su especialidad o peso en la economía nacional o sectorial.
  9. Elabore una carpeta Fiscal con los principales contribuyentes al Fisco Nacional y municipal por tipo jurídico.

Estas tareas de recopilación de datos no tienen mayor problema en un país desarrollado, pero es de imposible cumplimiento en nuestro país debido a la incapacidad del Estado para suministrar dicha información a los ciudadanos comunes e incluso a los investigadores en materia de políticas públicas, porque simplemente no la tienen actualizada o incluso en muchos casos está muy bien oculta por razones políticas.

En la era de la información y la sociedad del conocimiento, las computadoras solamente pueden funcionar si están alimentadas con datos que respondan a las necesidades de los usuarios, pero lamentablemente en Venezuela la burocracia entendió este concepto de que la información es poder  como un mandato de ocultar la información para evadir los controles y auditorías de los ciudadanos y con ello el control ciudadano y aun los controles administrativos de los órganos del Estado.

Esta tragedia política y cultural fue la razón que generó la crisis de los  años ochenta y noventa del siglo XX,  cuando la corrupción administrativa campante llevó a amplias masas de la población venezolana a pedir un cambio de líderes y no comprendieron entonces, como muchos no lo entienden hoy, que se requiere un cambio total de la cultura política administrativa en cuanto a normas y procedimientos para lograr los parámetros de eficacia y eficiencia que se requieren en una sociedad que debe competir con economía de corte postindustrial que llevan décadas de ventaja en materia de desarrollo institucional.

Cuando no se puede desarrollar un sistema fiable de censo de población y vivienda que determine exactamente cuántos venezolanos hay dentro y fuera del país, entonces estamos en un estadio inferior de desarrollo al existente en muchos países con siglos de experiencia en censos y en consecuencia se hace imposible establecer un diagnóstico situacional que permita incluso algún tipo de planificación estratégica.

Cualquier cambio ideológico que ocurra en el gobierno, sea de izquierda o derecha, se convierte en letra muerta si no se entiende la necesidad de aplicar principios y métodos científicos de probada utilidad en empresas y sectores públicos y privados desde hace varias décadas, pero que se hacen de tan difícil cumplimiento en Venezuela.

Por ello, se puede concluir que es casi imposible construir un adecuado diagnóstico para hace cualquier tipo de plan nacional, estadal o municipal y por ello los intentos mejor intencionados de muchos políticos requieren asumir de una vez un cambio total en las metodologías de planeación, gestión y auditoría de la administración pública en Venezuela.

 


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