En el fondo, el deseo del gobierno chavista es mantener a todos los venezolanos dentro del país para tener sobre quién ejercer el poder opresor que se han procurado en más de 20 años. No tendría sentido haber destruido todo el aparato productivo nacional y tomado todas las instituciones si se quedan solos. Es lo que pasa en Cuba desde hace más de 60 años y ese es el norte de los totalitarios de este lado del Caribe.

Por eso deben estar saltando de felicidad al enterarse de las nuevas condiciones que pone el gobierno de su amigo Andrés Manuel López Obrador de requerir visas para entrar a México. No se le puede pedir al mandatario que reconozca que los venezolanos buscan huir del país y llegar al suyo porque el chavomadurismo los está matando de hambre; al fin y al cabo, tienen muchas coincidencias.

Todas las organizaciones no gubernamentales y multilaterales han advertido sobre el aumento que se espera este año de la migración venezolana hacia todas partes del mundo, pero sobre todo hacia los países de Latinoamérica. Es cada vez mayor el número de personas  -familias enteras con niños pequeños, incluso- que toman el riesgo de irse caminando hasta la frontera de México con Estados Unidos para hacer el más ansiado cruce. Las autoridades de este país consideran entonces que exigir la visa es una de las maneras más eficientes de detener este flujo.

Y así deben pensarlo otros gobiernos que se han visto con el gran problema de los inmigrantes venezolanos entrando en su territorio sin más que un morral lleno de ropa. ¿Qué les cuesta ver la verdadera causa del problema? No se trata de un antojo o de que decidieron cambiar de aires. La mayoría lo hace por pura supervivencia, y aunque no pretendan quedarse en México, tampoco merecen ser tratados como despojos humanos.

El mundo debe darse cuenta de que para acabar con la avalancha migratoria venezolana lo que urge es resolver el problema político del país. Venezuela fue siempre abierta y solidaria, quizás por eso los que deciden buscar un mejor futuro jamás piensan que las naciones hermanas les cerrarán las puertas. Ha pasado en Chile, en Perú. Son víctimas de la xenofobia en Colombia y también en Ecuador.

México posiblemente ponga freno a la llegada de venezolanos a su territorio, pero eso no quiere decir que no sigan saliendo migrantes en todas direcciones tratando de conseguir un lugar digno en donde vivir. En vez de crear trabas y exigir permisos, lo que hace falta es apoyar las iniciativas que lleven a la resolución permanente de la crisis.

Eso pasa por el cambio de las políticas. Ojalá López Obrador entienda eso en vez de pensar en su amistad con el gobierno chavista venezolano.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!