Maduro compartió su “mensaje navideño” acompañado de Cilia Flores
Cilia Flores y Nicolás Maduro / Captura de video

En eso de mentir, de fingir, de simular lo que sea necesario para favorecer su falsa evolución, Nicolás Maduro, en ausencia de Hugo Chávez, no tiene competidores. Como ya lo hemos comentado en entregas anteriores, en imposturas tienen todas las coronas que los acreditan como campeones universales.

Recientemente, Maduro tuvo la desfachatez de enviar un cándido mensaje a los más de 7 millones de venezolanos que se han visto forzados a emigrar de nuestra Venezuela. Lo hizo con motivo del Día Internacional del Migrante, solicitando un «trato digno y más humano» para esas personas que abandonaron sus pueblos, dejaron atrás parte de sus familiares, se vieron necesitados de rematar algunos de sus pocos bienes y que, hasta hoy, según palabras del dictador Maduro «sufren discriminación y xenofobia en el mundo».

Lo cierto es que, según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) -un mecanismo coliderado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)-, hasta septiembre 7,1 millones de venezolanos se han ido del país en los últimos años y la verdadera causa de tal deslave humano está en Maduro y sus acólitos. Esa sí es una gran verdad que contrasta con el cinismo de este personaje.

En medio de ese desastre que ha empujado a millones de venezolanos a buscar mejores destinos, Nicolás Maduro aparece en público, como el propio motolito que “tira la piedra y esconde la mano”, asegurando que, “aunque falta mucho por hacer, el país finaliza 2022 con avances indiscutibles”. Maduro es capaz de ufanarse de las bondades de su “gobierno”, manifestando su “orgullo del trabajo adelantado en pos de la prosperidad de la nación, que espera cerrar el año con un crecimiento económico de dos dígitos”. ¿Cuál es la verdad? Que la economía se desplomó de tal manera que perdió más de 75 puntos del PIB y ahora Maduro celebra con sus acompañantes que “Venezuela crecerá 2 puntos del PIB”.  O sea, como lo ha explicado en términos muy sencillos el Dr. José Manuel Puente, es como si una persona que pesaba 100 kilos, pierde 75 kilos, y apenas puede recuperar 2 de la masa muscular desaparecida.

Maduro no deja de sorprender con sus peculiares anuncios para el Año Nuevo. Mientras los hospitales no sirven, las escuelas no tienen ni pupitres, las universidades palidecen con esos presupuestos deficitarios y los pueblos permanecen a oscuras en medio de constantes apagones, Maduro sale con la ocurrencia de anunciar “la creación de una fábrica de armas para el equipamiento de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), el mayor cuerpo civil de seguridad del país”. Seguramente que esa promesa sí la cumplirá, a diferencia de la retahíla de ofertas engañosas con las que se ha burlado de la buena fe de la gente en Venezuela.


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