Hay una parte fundamental del despertar de la conciencia que es aprender la diferencia entre las situaciones en las que nos encontramos y lo que interpreta nuestra mente sobre esa situación. Sobre todo en momentos desafiantes como el actual, en el que toda la humanidad ha sido llamada a un encierro preventivo para evitar que la pandemia del covid-19 se continúe propagando

Es lógico que en este momento la principal preocupación de todos sea cómo evitar ser contagiados por coronavirus o cómo enfrentar la crisis económica mundial que está creando esta situación. Estamos atrapados en pensamientos que tienen que ver con la obtención de dinero para poder sobrevivir. Gran parte de la población mundial -además- vive de un ingreso diario. Otros se preguntan si podrán conservar su empleo cuando la “normalidad” vuelva a su cauce.

Esta es una época en la que estamos experimentando un gran miedo. Todo está cerrado en las calles. Nuestros pensamientos están centrados en las ciudades vacías de gente, en la ausencia de vuelos, en el cese de toda actividad.

Cómo experimentar este momento sin pensamientos innecesarios es la pregunta. Muchos de ellos nos han acompañado a lo largo de la vida y nos han hecho infelices. Esto sucede porque no sabemos diferenciar entre las situaciones que vivimos y la narrativa que le hemos añadido dentro de nuestras mentes a esas situaciones particulares.

El maestro Eckhart Tolle ha explicado recientemente que es necesario experimentar esta diferencia para poder tener una interpretación de una situación como buena o mala. Él invita a poner la atención al momento presente y sin añadir ningún pensamiento que lo juzgue, solo que lo acepte tal como es y de esta manera la percepción cambia. Cita una línea de Shakespeare que reza: “Nada es bueno o malo a menos que se piense que lo es”.

Antes que esto sucediera, nuestro universo era ruido, nuestros días estaban ocupados y nuestra mente estaba perdida en toda clase de pensamiento. Es por ello que hoy se nos hace imprescindible reforzar la quietud, eso es lo que en este momento los humanos necesitan experimentar. Si podemos ir más allá del miedo que nos producen los pensamientos habremos dado un gran paso.

Pero ¿cómo hacerlo? Pues bien, esto requiere un poco del despertar de la conciencia. Es Reconocer e identificar lo que está sucediendo. La conciencia puede reconocer los pensamientos útiles y dejar a un lado los pensamientos que no nos sirven ahora. Consiste en reconocer que esos temores nos están haciendo infelices. Hay que atacarlos y dejar a un lado la angustia de perder dinero, de contagiare de la enfermedad, de que algo malo nos suceda a nosotros o a los nuestros.

Si algo de esto sucediera con seguridad cada quien tendrá el poder para enfrentar ese sufrimiento y superarlo, pero en este momento esas situaciones solo existen en la mente, no en la realidad. Si bien este proceso no es voluntario, es necesario entrenar la mente para evitar que tales pensamientos se adueñen de ti

Al momento en que te das cuentas de que si no tienes conciencia no tienes libre albedrio, comienzas a calmarte y a aprender a bajar la ansiedad evitando a la vez, enfermar tu cuerpo. Siente tu propio ser y dirige tu atención a tu alrededor en presente cada vez que te despiertes en medio de la noche o en la mañana. Dirige tu atención a tu energía interna para poder superar este o cualquier desafío. No caigas en las trampas de la narrativa que crea tu mente. Entrénala.

Finalmente, la clave es estar en momento presente. Los pensamientos son de pasado o futuro. La narrativa de la mente siempre está en pasado o en futuro; por ello hay que  aprender a estar en el aquí y el ahora que es lo que nos ayuda a observar la realidad verdadera que estamos viviendo.


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