Pdvsa Suiza

Las sanciones impuestas por Estados Unidos al gobierno de Nicolás Maduro y antes al teniente coronel Hugo Chávez en la figura de Pdvsa han representado la excusa perfecta para evadir todas las responsabilidades como gobierno, en particular las referidas a la industria petrolera.

Antes de ser Hugo Chávez presidente, a lo largo de los años noventa, la producción de petróleo fue aumentando hasta alcanzar un máximo de 3,5 millones de b/d hacia el final de la década. Este éxito de producción fue como consecuencia de la experiencia adquirida a través de las concesionarias; las capacidades técnicas de su cuerpo gerencial, técnico y obreros especializados; a la enorme dotación de recursos de acuerdo con las potencialidades y confiabilidad en el país y la decisión de abrir el sector petrolero a la inversión extranjera (la Apertura Petrolera); convirtiendo a Pdvsa en la cuarta industria petrolera, detrás de Saudi Aramco (12 mbp), Gazprom (8,3 mbp) y la National Iranian Oil Co. (6 mbp).

El colapso de la producción y el deterioro de la industria

Luego del paro petrolero de 9 semanas en 2002; a lo largo de 16 años hasta el enero de 2019, con solo una corta y transitoria recuperación en 2008, la producción petrolera cayó en caída libre y continua, al llevar la producción a 3.397 MBD; en consecuencia el descenso en la producción no puede ser atribuida a las sanciones petroleras impuestas por Washington. Si bien el declive de la cuarta industria petrolera mundial ha atraído la atención de gobiernos, empresas y centros de investigación como caso de estudio (Pertamina – la Enfermedad holandesa, esta caída no ha sido causa-efecto de dichas sanciones, debido a que si bien el gobierno de Hugo Chávez heredó una industria petrolera de primer mundo, al ser en ese momento Pdvsa una de las compañías petroleras estatales de mayor prestigio en el mundo, sembró las semillas de la destrucción poco después de que asumiera el cargo presidencial en 1999.

La politización de la industria

En el año 2002, Chávez despidió al directorio de Pdvsa, junto con varios altos ejecutivos y los reemplazó con aliados políticos. Los disturbios creados por estas acciones llevaron a la huelga general de 2002-2003, cuando las operaciones de Pdvsa se detuvieron casi por completo durante 9 semanas. A principios de 2003, Chávez por TV despidió a más de 18.000 de los 33.000 empleados de Pdvsa, muchos de los cuales eran altamente calificados y experimentados. En este contexto, Pdvsa entró en una espiral de politización con una nueva Pdvsa “roja rojita” plenamente burocratizada, alcanzando un total de 150.000 empleados para 2014. La compañía en lo interno asumió mayores responsabilidades, incluida la administración y el financiamiento de una variedad de programas sociales; en lo internacional financia diferentes mecanismos como Petrocaribe, Petroamérica; Petrocasa, así como la firma de diversos acuerdos de cooperación energética y petrolera, con el fin de crear una “geopolítica del petróleo” con Centroamérica y el Caribe, utilizándolos como herramientas políticas para mantener su popularidad.

La mala gerencia

La administración de Chávez y la nueva administración de Pdvsa instituyeron otros cambios en el sector petrolero a mediados de la década de 2000, incluyendo las ventas spot, la revisión de los términos de contratos con terceros, el aumento de los impuestos y las tasas de regalías, y la necesidad de una mayor propiedad de Pdvsa en las empresas mixtas. La mayoría de las compañías internacionales finalmente aceptaron los nuevos términos. ConocoPhillips y ExxonMobil fueron notables excepciones, y sus activos fueron posteriormente expropiados. Chávez incautó otros activos de la industria petrolera en 2008 después de estatizar el sector de servicios petroleros, como era la red de empresas de servicio y mantenimiento en el lago de Maracaibo, todas medidas y acciones que fueron minando la operatividad y eficiencia de la empresa.

El mito de las sanciones

Representan la excusa perfecta para tapar la ineficiencia gerencial de todos los presidentes de Pdvsa entre 2004 y el 25 agosto de 2017, fecha en la cual Estados Unidos impone por primera vez sanciones financieras contra Pdvsa

En el gráfico adjunto se observa la caída libre de la producción a partir de 2004, cuando se había superado los efectos del paro petrolero, y se había levantado la producción a 2.582.000 bp con Alí Rodríguez Araque como presidente entre abril de 2002 – octubre de 2004, quien entregó la presidencia a Rafael Ramírez (noviembre 2004 – septiembre 2014), cuyo promedio de producción alcanzó los 3 MM/bd, sin embargo, para la fecha del término de sus funciones la producción había caído a 2.336.000 b/d, lo cual representa un caída de 246.000 bd equivalente a 10,47% menos en comparación con los niveles de producción recibidos, sin aún haber sido la industria objetivo de sanciones.

El mismo gráfico muestra la gestión deficitaria de los presidentes de Pdvsa, que la han llevado a su quiebre como empresa petrolera. Eulogio Del Pino estuvo 2 años y 11 meses al frente de la empresa (septiembre 2014 – agosto 2017) e igual que su antecesor muestra otra caída importante al entregar con 407.000 barriles menos (21%); el efímero paso de Nelson Martínez (agosto 2017 – noviembre 2017) no experimenta cambios significativos, considerando que el inicio de sus gestión coincide con la orden presidencial para la imposición de sanciones a la industria, ya no a individuos. Cabe destacar que en esta industria el cambio de presidentes es un grave error, puesto que no permite el desarrollo de objetivos trazados desde la alta gerencia

Finalmente, es en enero de 2019 cuando, en uso de la Orden Ejecutiva 13692 firmada por Obama en marzo de 2015, declarando la «emergencia nacional» por la amenaza «inusual y extraordinaria» que representa el socialismo del siglo XXI a su seguridad nacional, el presidente Donald Trump decidió sancionar a la petrolera estatal venezolana Pdvsa. La caída de la industria petrolera propiamente no es consecuencia de las sanciones de Estados Unidos, sino de la mala gerencia y politización de la industria tanto por Chávez como por Maduro.

Conclusiones

En definitiva, el período que abarca entre 2004 y 2019 transcurre sin que existieran sanciones de tipo financiero sino personales e individuales por violaciones de derechos humanos. La administración de Chávez y Maduro, por su mala gerencia, desvió la misión de Pdvsa como es producir y su visión de estar entre la principales empresas petroleras, lo que tuvo como consecuencia la reducción de la producción en 2.260.000 bpd (33,47%) sin haber sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos.

Entonces, las sanciones impuestas por Estados Unidos han sido un mito para justificar la incapacidad gerencial y técnica de una industria que se “tuteaba” entre las cinco primeras del sector petrolero.


 

El autor es embajador de carrera por concurso, PhD en Relaciones Internacionales. Inició su carrera en el antiguo Ministerio de Minas e Hidrocarburos como coordinador de Asuntos Internacionales; ocupó cargos como analista de mercados internacionales, planificador jefe III y director de la Oficina de Asuntos Internacionales


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