El 29 de septiembre de 2019, Hugo “el Pollo” Carvajal escribió en Twitter: “@ceofanb ¿Detección de 54 aeronaves estadounidenses en territorio venezolano? Jajaja”. Y enseguida lanzó este misil que ahora con renovadas fuerzas pone a temblar a más de uno: “Curiosamente, estos radares sirven para detectar aeronaves estadounidenses pero no para detectar aeronaves del narcotráfico auspiciado por Maduro”.

De ese planteamiento comprometedor del exjefe de inteligencia del chavismo, con fama de que “lo sabe todo de todos”, se cumplirán dos años el miércoles próximo. Pero aún afectados por la risa del Pollo –tal vez tan perturbadora como la del Joker– los militares que han acompañado a Maduro en la represión, el narcotráfico y hasta en la rendición incondicional en Apure frente a la guerrilla colombiana no han dicho ni “pío”.

Sin embargo, investigaciones de la DEA sirven para explicar por qué los radares de los jefes militares de Maduro no captan los aviones del narcotráfico. La agencia antidrogas estadounidense ha detectado que contactos cruciales entre narcotraficantes de otras naciones y el Cartel de los Soles negocian la venta de códigos de transpondedor, dispositivo de telecomunicaciones que normalmente son asignados a vuelos autorizados.

Y el Pollo Carvajal, que manejó durante casi una década la inteligencia militar y civil del país, sabe de todas las rutas por donde pasa la droga hacia Europa y Estados Unidos. Conoce también –como saben en Washington– las entrañas del Cartel de los Soles y su alianza con la narcoguerrilla de Iván Márquez desde 1999.

El mayor general retirado, que el primero de abril cumplió 61 años de edad, tiene un motivo vital para negociar con Estados Unidos, ahora que la justicia española está a punto de extraditarlo a ese país. De manera que con la ayuda de la memoria del Pollo –en este caso prodigiosa–, su experiencia como hombre de inteligencia y buena disposición para hablar, podrían desnudarse secretos devastadores para los jerarcas del régimen venezolano. Es posible conjeturar que ayude asimismo a correr el velo de otros lazos con el terrorismo internacional y la ruta de los activos saqueados por el crimen organizado que secuestró las instituciones en Venezuela.

La pretensión del chavismo de pedir ahora la extradición de Carvajal desde España revela el temor que le ocasiona la valiosa información que atesora el mayor general retirado. Pero es probable que esa solicitud sucumba frente a casos paciente y cuidadosamente armados desde 2008 por el Departamento del Tesoro y tribunales de Florida y Nueva York para llevarlo a Estados Unidos.

Lo cierto es que ese temor los acosa y persigue sin tregua. En la reacción tardía para responderle el jueves 26 de marzo de 2020 en la noche a Estados Unidos, que ese día temprano le puso precio a su cabeza por narcoterrorismo y por liderar el Cartel de los Soles, Maduro sin embargo buscó tiempo para llamar “traidor” a Hugo Carvajal, en lo que pareció un intento por salirle al paso a un enemigo formidable que puede terminar de hundirlo junto con los demás jerarcas del régimen. Es el misil del Pollo.


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