Hace unos años atrás, un candidato sacó el eslogan de “Venezuela, se acabó la pava”; sin embargo, creo que se equivocó, pues la pava se ha prolongado hasta nuestros días.

La cosa está tan ruda que hasta nos caen meteoritos, como el que acaba de precipitarse en la zona sur del estado Anzoátegui en pleno corazón de la faja petrolífera del Orinoco, la reserva de crudo más grande del planeta.

La pava está viva y coleando para el perjuicio de millones de venezolanos que tienen que huir de su país para no morirse de hambre; y lo que es peor, para que este tipo de eventos le den más alas a los alocados discursos de los usurpadores.

¿Y por qué digo esto? Sencillo, no tardarán en salir los voceros de la tiranía a inventarse una de un ataque “astroespacial” programado por la CIA con el objeto de hacer explotar las zonas petroleras de Venezuela, aunque ellos saben que aquí las refinerías y criogénicos están que se caen ellos solos con un simple soplido y los taladros oleoductos, gasductos y demás instalaciones de Pdvsa están siendo vendidos como chatarra.

No tardarán en decir que el meteorito que cayó en Anzoátegui es un arma diseñada por el “imperio” para atentar contra Nicolás Maduro, o denunciar que es otro plan orquestado por Iván Duque desde Colombia. Pues si ellos tienen algo es su capacidad de escribirse sus propias novelas de espías, magnicidios y conspiraciones.

Así, como se inventaron lo de la iguana comecable, lo del ataque cibernético, ahora es posible que se fabriquen el cuento de los meteoritos manejados por Joe Biden a control remoto desde el Despacho Oval. Ellos son capaces de eso y de mucho más.

El meteorito de Anzoátegui puede ser la excusa, y no estoy exagerando, que se inventen desde las cúpulas de la usurpación para continuar con su acoso en contra de la dirigencia realmente opositora de Venezuela, por lo cual a nadie debe extrañar si se inventan una para acusar a diputados de la legítima Asamblea Nacional o a algunos de quienes conforman la verdadera oposición.

Como les digo, la pava no se termina y menos cuando aún existen sectores que se niegan a aceptar la real situación del país y se rehúsan a admitir que se equivocaron cuando trataron como si fueran demócratas a quienes hoy se mantienen ilegal e írritamente en el poder.

¿Qué hacer para que se acabe la pava en Venezuela? ¡Fácil! Luchar… Tenemos que luchar, tenemos que salirnos de esta modorra que nos paraliza, que nos mantiene en una especie de cuarteles de invierno eternos, que nos ata las manos mientras la usurpación sigue haciendo y deshaciendo a sus anchas.

La propuesta de María Corina Machado, por ejemplo, sigue siendo la más sensata y lógica, ojalá que la clase política de este país lo entienda, deje sus celos a un lado y comprenda que la ruta que señala la líder de Vente Venezuela es la correcta para lograr un cambio para Venezuela. Ella no solo nos enseña el camino sino que se pone al frente a dirigir el rescate del país.

Solo así convertiremos ese meteorito en un buen presagio para el futuro de la nación.


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