El Banco Central de Estados Unidos ha decidido aumentar las tasas de interés a un ritmo más alto del previsto y simultáneamente reducir su portafolio de casi 9 billones de dólares en bonos y otros activos financieros, el cual se ha más que duplicado desde comienzos de 2020. Se espera que en marzo, y no en junio, se termine el programa de compra de activos. Estas medidas monetarias contractivas se deben a que la inflación ha superado su meta inicial de 2%, y la tasa de desempleo de 4,2% es muy cercana a la meta de 4%. Es decir, el Fed prioriza el control de la inflación al crecimiento de la economía.

El mercado bursátil se contrajo al conocer esta decisión. Sin embargo, esta reacción es especulativa ya que el mercado ya había incorporado en el precio de los activos financieros estos movimientos y Jeremy Powell, el gerente del Fed, anticipó en diciembre estas decisiones, aunque el periodo de ajuste se ha reducido. La principal pregunta es si es posible que el mercado accionario americano ha llegado a su nivel máximo y se contraería o mantendría una tendencia ascendente.

Un indicador muy simple es la relación Shiller precio/ganancia propuesta por el premio Nobel de economía, Robert Shiller. La mediana de este indicador ha estado entre 15 y 16 en más de los últimos 100 años, por lo que valores significativamente mayores pueden anticipar una crisis financiera. Este valor llegó a 44,19 en diciembre de 1999 durante la crisis del dotcom, a 30 el martes negro cuando cayó el mercado en 1929 y a 39,43 el 5 de enero de este año. Según esta medida, se esperaría una importante corrección en el mercado.

Otra perspectiva es lo que se conoce como el momento Minsky. Según Hyman Minsky, quien era un experto en los ciclos de negocios, los periodos de gran estabilidad económica y financiera pueden aumentar la confianza en la economía y en la medida en que los precios de los activos aumentan, el sistema financiero ofrece créditos cada vez más riesgosos asumiendo que los precios van a seguir creciendo. Cuando los precios de los activos dejan de crecer, los créditos entran en mora y el mercado de crédito se desmorona. Esto fue lo que sucedió en la crisis financiera de 2008. Actualmente, los precios de los bienes raíces han superado los niveles máximos del 2006 y la deuda global en el segundo trimestre de 2021 llegó a los 300 billones de dólares, un valor superior a la deuda en septiembre de 2008 cuando Lehman Brothers colapsó. Adicionalmente, las economías emergentes, que representan la mitad de la economía mundial, han aumentado significativamente su endeudamiento a tasas bajas para salir de la crisis generada por la pandemia, pero con el riesgo que la deuda sea impagable.

Por otro lado, la gran innovación de las compañías tecnológicas en el espacio real y virtual (Metaverse), el desarrollo de la economía digital, así como la mayor capacidad del sistema financiero de afrontar una crisis hacen pensar que las valoraciones del mercado financiero pueden mantenerse. No obstante, la crisis puede iniciarse en otras partes del mundo como puede ser una posible quiebra de China Evergrande Group, la compañía de manejo de bienes raíces de mayor deuda en el mundo. De allí la importancia de los países latinoamericanos, especialmente aquellos con gran dependencia del dólar, de fortalecer sus sistemas de riesgo ante una posible inestabilidad del sistema financiero global.

 

 


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