Estamos colocados frente a un sistema mafioso, aglutinador de intereses oscuros. Es un ecosistema criminal, lo más parecido a un cártel. Sus capitostes actúan mediante la figura delictiva del agavillamiento y todos están embarrados.

Este sistema es tributario no menor de la descomposición de occidente, de sus valores clásicos como la bondad, la belleza, la verdad y la inteligencia. No tiene respeto por el conocimiento y se afirma en la maldad, como parte negativa de la condición humana. Asume cualquier narrativa que niegue a la verdad y favorezca la dominación de la sociedad. Estamos a nivel de la lógica del absurdo cuando sostiene que los asesinatos y las torturas son consecuencia de las sanciones.

Desde la Segunda Guerra Mundial no habíamos visto un ataque más cruento como el recibido por el Estado de Israel. Un crimen de guerra contra civiles. No fue un atentado, sino una declaración de guerra que va a escalar.

La usurpación es definida por la ignorancia  y la ruindad moral cuando se decide a favor de los enemigos de la paz, la libertad y la decencia humana. No hay narrativa que justifique la conducta ímproba que hiere la esencia de cualquier persona de bien. El mal se reconfigura y reajusta.

Una de las mentes más brillantes de esta época reposa en la humanidad del obispo español José Ignacio Munilla. Considero oportuno compartir una reflexión suya, por tratarse de alguien que mira a distancia, lejos de la diatriba diaria que envuelve a los venezolanos.

“En el día de la Hispanidad 2023 conviene que se difunda esta ‘perla’ que demuestra la ignorancia, el atrevimiento y la manipulación desde las que se construye la leyenda negra contra la Hispanidad. El dictador Nicolás Maduro hace el ridículo afirmando que: ‘Jesús fue un palestino anti imperialista’, crucificado por el imperio español, que resucitó para la vida inmortal como un espíritu palestino”.

En primer lugar, el término Palestina no aparece en la Biblia, ya que fue acuñado siglos después de Cristo. Belén era parte de Judea, mientras que Nazaret era parte de Galilea; territorios en los que habitaba el pueblo de Israel.

A Jesucristo le condenó a muerte Poncio Pilato, autoridad del Imperio Romano en Judea, y no del Imperio Español, que vendría quince siglos después.

En los evangelios no aparece rasgo alguno de que Jesucristo fuese antiimperialista. Por el contrario, al procurador romano que le iba a crucificar le dice: «El que me ha entregado a ti tiene mayor pecado que tú» (Jn 19, 11).

En vez de decir que Jesús resucitó en un espíritu palestino, podría haber dicho perfectamente que se reencarnó en Simón Bolívar…

Tengo para mí que el supuesto “cristianismo practicante” manipulador es más peligroso que el marxismo y el maoísmo ateo.

Eso sí…, de lo que no me cabe la menor duda es de que el Evangelio de Jesucristo es incompatible con el terrorismo, así como con la violación de los derechos de los pueblos.

Virgen Del Pilar libera a los pueblos de sus tiranos, y danos el don de la paz.

Estamos persuadidos de que el amor es más fuerte que la muerte y que el bien vencerá al mal. Es hora de afirmar lo mejor de la condición humana.

¡Libertad para Javier Tarazona, Emilio Negrín y John Álvarez! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!


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