El Líbano se encuentra al borde de un colapso total. Una modernización de sus instituciones políticas es impostergable.

Queridos lectores,

Como muchos de ustedes sabrán, mi familia paterna es de procedencia libanesa. Mis abuelos, Antoniette y Georges Jraissati, nacieron en un pueblo a las afueras de Beirut llamado Zahlé, de no más de 150.000 personas.

Por ello, siempre me he sentido identificado con el Líbano, a pesar de que nunca he tenido la oportunidad de visitarlo. Con su cultura mediterránea, juventud moderna, diáspora exitosa y gastronomía reconocida a nivel mundial, el Líbano a lo largo de su historia ha demostrado ser un referente cultural como ningún otro en el Oriente Próximo.

En el ámbito político, el Líbano en su momento logró desarrollar un sistema político único en el mundo, el llamado “Confesionalismo Libanes,” un sistema político basado en la distribución de poder entre tres comunidades religiosas con el fin de garantizar el consenso y equilibrio político. En el Líbano, desde el año 1943, la presidencia le ha pertenecido a los Maronitas, el primer ministerio a los Sunies y la asamblea a los Chiíes.

Mas allá de que el Confesionalismo Libanés no era una división de poderes similar a la que Charles de Montesquieu dio cabida en Occidente, lo interesante es que el Confesionalismo Libanés funcionó por varias décadas, convirtiendo al Líbano en el centro financiero y cultural de su región, lo que la llevó a ser conocida como la “Suiza del Oriente Próximo”.

Por esta razón, lo que está ocurriendo hoy por hoy en el Líbano me es tremendamente frustrante.

En el ámbito político, el Líbano es un país anárquico, sin gobierno por trece meses y en donde actualmente el gobierno presidido por el primer ministro Nayib MIkati no tiene ni la legitimidad ni la capacidad estatal necesaria para enrumbar el país a un futuro de paz y tranquilidad.

En el Líbano, la inestabilidad política es tal, que Beirut este jueves vivió su peor ola de violencia en una década cuando en una protesta estallo un tiroteo que dejo al menos 6 personas muertas y más de 50 heridas. Y lo peor del caso, es que más eventos de ese tipo han de esperarse.

En el ámbito económico, el producto interno bruto del Líbano ha caído en 45% desde 2018. Desde entonces, su moneda ha perdido 90% de su valor. Su inflación anualizada ya ronda 150%. 80% de los depósitos de la banca han sido dilapidados. El desempleo excede 45% de la población. Por todos estos factores, la pobreza en el Líbano se sitúa en 77% de la población, la pobreza extrema en 40%.

Para entender las causas del colapso económico y político del Líbano, he estado en comunicación con dos investigadores de dicho país, Michael Maalouf y Mario Keyrouz. Tanto Michael como Mario son miembros de la ONG Students For Liberty, de la cual soy directivo.

Students For Liberty es una organización enfocada en promover la libertad política, social y económica. Actualmente, tenemos presencia en 117 países, entre ellos el Líbano, en donde tanto Michael como Mario han venido trabajando en pro de la modernización de las instituciones económicas y políticas de dicho país.

En el ámbito investigativo, Michael trabaja en la organización humanitaria Mercy Corps, «un equipo global de humanitarios que trabajan juntos en la primera línea de las crisis más grandes de hoy para crear un futuro de posibilidades, donde todos puedan prosperar». Por su parte, Mario es analista de políticas públicas en el Instituto de Estudios de Mercado del Líbano, su tema de estudio central es el sistema financiero de dicho país.

Al preguntar sobre los problemas económicos del Líbano, Mario nos reafirma que la hiperinflación “es el mayor problema de la económica libanesa”.

En el aspecto político, Mario argumenta que la tensión y el enfrentamiento político ha derivado en el deterioro casi generalizado de las instituciones públicas del país.

«Políticamente, se ha ido acumulando tensión entre los distintos partidos políticos, lo que como consecuencia ocasionalmente conduce a enfrentamientos y a la alteración del correcto funcionamiento de nuestras instituciones,” comenta Mario.

«Desde la Revolución de Octubre de 2019 ha habido un aumento dramático en la polarización política con respecto al papel de Hezbolá. Esto culminó en enfrentamientos entre Hezbolá y residentes de otra región cuya mayoría pertenecía a un partido político rival, Las Fuerzas Libanesas. La anterior acumulación de tensión culminó en los enfrentamientos. Pero esta no es la primera vez que Hezbolá recurre a pequeñas escaramuzas y una demostración de poder para lograr medios políticos. Y es más que probable que no ser el último», añade Mario.

Al preguntarle a Michael al respecto, el concuerda de que el enfrentamiento político ha sido la causa del deterioro institucional del Líbano.

«El Líbano ha entrado en un círculo vicioso constante lleno de complicaciones económicas y políticas que mantendrían al país en un Estado fallido durante los próximos años,» argumenta Michael.

Con respecto a la crisis económica, Michael me comenta que la situación se ha complicado dada la gran cantidad de intervenciones de mercado que existen en el Líbano.

“La situación económica se está complicando ya que no existen las medidas adecuadas para hacer frente al problema que ha colocado grandes obstáculos al mercado. Esto ha provocado la migración de muchos jóvenes y el cierre de muchas empresas a medida que el país se adentra en lo desconocido”, comenta Michael.

Mas allá de recopilar estas opiniones provenientes del sector académico y político, estuve conversando con mi primo Habib Moutran, ya que Habib nos puede aportar una visión más ligada al sector empresarial de Beirut.

“Las partes políticas no se ponen de acuerdo [en el Líbano], estas no logran generar reformas para solventar la crisis hacia la población que ha sido la más afectada. La división interna del Estado, de los políticos, es en gran medida por el sectarismo (confesionalismo). [Esto] ha desatado que se pierda la soberanía del Estado (Estado fallido) y alta corrupción que no permite que se ejecuten las medidas adecuadas,” argumenta Habib.

Por ello, Habib me hizo hincapié en que es necesario un gobierno de transición independiente y tecnócrata en el Líbano.

En líneas generales, si en algo están de acuerdo tanto Habib como Mario y Michael es de la necesidad de reformar las instituciones políticas del Líbano.

De hecho, la situación me resulta muy similar a la experiencia vivida por tantos países latinoamericanos en los últimos años. En el sentido de que la recuperación de la calidad de vida de los libaneses no pasa por programas de ayuda provenientes de la comunidad internacional, ni tampoco por inyecciones crediticias o programas de inversión provenientes de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.

La recuperación económica del Líbano pasa por reformar sus instituciones políticas, pasa por lograr acuerdos políticos que conlleven a modernizaciones tanto en el área económica como en la provisión de servicios públicos que son claves para el desarrollo, en especial en el sector bancaria. De lo contrario, el Líbano continuara colapsando, lo cual es sumamente doloroso no solo para aquellos libaneses dentro del territorio, sino para los millones de libaneses y descendientes de libaneses en todo el mundo.

 

@JraissatiJorge

Articulo Originalmente Publicado en Ingles por el medio europeo FTN.


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