La verdad más cruda que puede pronunciarse acerca de los fines, metas, objetivos del socialismo del siglo XXI es que lograrlo ha sido un total fracaso o quizás lo peor, han llevado al país a un extremo contrario a la promesa hecha a sus seguidores. ¿Acaso ese era el verdadero plan, arrojarnos en el caos?

Esta conclusión resalta cuando se observa el resultado después de 20 años de lo que han denominado el “Plan de la Patria” cuyo gran objetivo histórico, el número uno lo han expresado en los siguientes términos:

Objetivo Histórico Nº 1: Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la independencia nacional.

Un balance de este supuesto logro nos lleva a conclusiones amargas, por primera vez en nuestra historia estamos arrodillados frente a un país con las características de Cuba, pobre, arruinada, con un único poder entre sus manos: reprimir, encarcelar y matar de hambre a sus ciudadanos.

Actualmente somos sus súbditos y suplidores. El presidente de esa isla viaja como dueño en los aviones de Viasa, pleno de combustible venezolano sin pagar un céntimo. Es decir, lo usa como propietario.

Si detallamos el oxígeno que el régimen de Chávez-Maduro le ha inyectado a la dictadura cubana para su subsistencia encontraremos cifras asombrosas:

“Caracas habría entregado ‘ayudas’ por valor de 60.000 millones de dólares a Cuba en los últimos 20 años”. La elevada cifra estaría dada por la suma de ayudas económicas y el envío de petróleo, plantas eléctricas, insumos médicos, infraestructura y alimentos a Cuba. La subordinación de Caracas a La Habana es tal que, en el pasado mes de abril, cuando la estatal Pdvsa disminuyó sus exportaciones petroleras, continúo enviando la cifra de 70.000 barriles de combustible diariamente a Cuba.

En el campo político es conocido mundialmente la subordinación y control político de Cuba sobre Venezuela, una relación donde la gran beneficiada es la isla que ha llegado a dominar, sin disparar un tiro, un país nueve veces más grande, tres veces más poblado y con las mayores reservas de crudo del mundo.

Veamos detalles de esta sujeción y pérdida de independencia de Venezuela frente a Cuba:

-En el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Venezuela existe una zona bajo control militar conocida como Rampa 4, de exclusivo uso oficial donde los documentos de los cubanos no son revisados por autoridad venezolana alguna.

-Los cubanos manejan los registros, conocen qué propiedades tienen los venezolanos y sus transacciones.

-La Habana recibe diariamente de Caracas más de 100.000 barriles de petróleo en condiciones preferentes, que paga con trabajadores de la salud. Además, obtiene inversiones directas, créditos blandos, subsidios y millonarios contratos como intermediario de importaciones venezolanas de alimentos, medicinas, bienes y equipos a terceros países.

-Venezuela entrega a Cuba una ayuda estimada en 8.700 millones de euros anuales.

-Mientras reina el desempleo entre los venezolanos, miles de cubanos trabajan hoy en la administración pública venezolana, en la presidencia, ministerios y empresas estatales como burócratas, médicos, enfermeras, odontólogos, científicos, maestros, informáticos, analistas, técnicos agrícolas, de electricidad, obreros y cooperantes culturales. También en seguridad, inteligencia y las Fuerzas Armadas.

-A los cubanos se les ha entregado el manejo del sistema de identificación de los venezolanos, sus cédulas de identidad y pasaportes; sus registros mercantiles y notarías públicas. Saben qué propiedades tienen y qué transacciones hacen.

-Los cubanos codirigen puertos y tienen presencia en aeropuertos y puntos de control migratorio, donde actúan a sus anchas.

-La firma cubana Albet, S. A., de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), que maneja los sistemas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), tiene tanto poder que no permite el acceso de venezolanos al último piso de la sede central del servicio en Caracas.

-Los cubanos tienen el control de los sistemas informáticos de la presidencia, los ministerios, programas sociales, servicios policiales y de la petrolera estatal, Pdvsa, mediante la empresa mixta Guardián del Alba.

Realmente este objetivo histórico del Plan de la Patria:  Reconquistar la independencia nacional definido como un gran objetivo histórico está completamente negado por el asalto al patrimonio público nacional, la interferencia en los sistemas de control ciudadano y transferencia de riquezas a los jefes del régimen cubano. No solo ha sido imposible garantizar la independencia nacional sino que representa una completa involución de Venezuela como sociedad tradicionalmente libre, independiente y democrática.

Un segundo punto remarcado en el Plan de la Patria es el relativo a la legitimidad de los procesos electorales:

«1.1.1. Garantizar y fortalecer la expresión de la voluntad del pueblo a través de los procesos electorales, elevando la moral y la conciencia del pueblo venezolano en su lucha por la emancipación».

Los procesos electorales venezolanos han sido uno de los terrenos más afectados por la injerencia política de los representantes del socialismo del siglo XXI. La comunidad internacional desconoce los procesos electorales que eligieron a Maduro y crearon una Asamblea Nacional fraudulenta, al punto de que la principal condición que se impone mundialmente para eliminar las sanciones a Venezuela consiste en la aceptación por parte del régimen de la posibilidad de acceder a procesos electorales transparentes donde se respete la voluntad de la ciudadanía. A esta violación de la legitimidad electoral corresponde la denuncia de Smartmatic, antigua prestadora de servicios electorales al régimen, titulada como empresa de voto electrónico reclama a Venezuela indemnización de 1.500 millones de dólares”. Una multinacional proveedora de sistemas de voto electrónico reclama 1.500 millones de dólares a Venezuela por «un fraude» en 2017 y la expropiación de activos, informó este martes el Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR).

Otro punto álgido del Plan de la Patria es el expresado en el punto 1.1.5.

1.1.5. Seguir construyendo la soberanía y democratización comunicacional.

En relación con este importante aspecto esencial para garantizar la libertad de opinión y expresión política de los ciudadanos, acogemos la denuncia contenida en el informe de la UCAB:

“El escenario político y luego económico modificó de manera estructural el mapa de medios nacionales, así como las formas de comunicación orgánicas a nivel local”, resalta el informe. El oficialismo, desde principios del año 2000, lentamente ha avanzado en el proceso de subordinación y cierre de los medios de comunicación independientes, primero con su sometimiento legal a través de Conatel en el caso de la radio y televisión, o induciendo crisis en la prensa al monopolizar la importación de papel para periódicos. También se vio después de 2013 con la compra de medios que rápidamente cambiaron su línea editorial a una menos incómoda al poder, o en algunos casos pasando a favorecerlo.

De los 992 medios de comunicación en Venezuela, 70 son emisoras de radio, lo que representa 71,3%del ecosistema informativo. Seguido existen 977 nativos digitales (9,8%), en contraposición a las 46 versiones digitales de medios tradicionales. Y 26 medios que manejan formatos tradicionales y digital en paralelo. Hay 49 televisoras de señal abierta y 37 televisoras por cable. Finalmente quedan en el país 22 periódicos impresos.

“La difusión de información se concentra en las plataformas sometidas a mayores controles gubernamentales”, acota el texto. El control que ejerce el régimen de Maduro sobre el discurso en los medios también se aprecia al ver sus tendencias. 240 medios se perciben abiertamente como de línea editorial “pro gobierno”, siendo 24,1 % de los actualmente activos, en contraste al 6% (61) que se autodenomina “opositor” y 65% que se autocalifica como “neutral”. Esto tomando en cuenta que 85% de los medios son de propiedad privada y 12 % de medios estatales, solo 9% se define como neutral.

En conclusión, el objetivo referido a la libertad comunicacional se convierte en uno de los campos privilegiados de control político del régimen al suprimir de forma drástica la presencia de medios de comunicación con cerca de un siglo en la preferencia popular tal es el caso de los cierres de Radio Caracas Televisión y del diario El Nacional, un periódico con 80 años de presencia en el panorama comunicacional de Venezuela.

“Cierra la edición impresa del periódico venezolano El Nacional

El periódico venezolano El Nacional se imprimirá por última vez este viernes, tal como ha informado su director, Miguel Henrique Otero, que ha aseverado que el diario no muere, sino que seguirá informando con mucha más fuerza».

Según cifras de la ONG Espacio Público, dedicada a la defensa de la libertad de expresión y derechos de los periodistas, entre 2003 y 2022 cerraron 285 emisoras de radio en Venezuela, además de 87 periódicos, 19 canales de televisión y 12 medios digitales, para un total de 403 medios de comunicación.

La mayoría de los cierres de las emisoras de radio fueron ejecutados por Conatel, argumentando “que las estaciones operan de forma clandestina, para luego decomisar sus equipos y dejarlas fuera del aire”.

Como podemos apreciar los objetivos planteados por el Plan de la Patria relativos a la independencia nacional, la legitimidad de los procesos electorales y la libertad comunicacional han sido totalmente transgredidos. Venezuela hoy como nunca es manejada desde Cuba por los políticos comunistas que han arruinado la suerte de su país y la del nuestro.

La libertad electoral ha sido brutalmente pisoteada, aunque se constituye en un campo de lucha internacional y nacional con el planteamiento de realizar unas próximas elecciones primarias para elegir un candidato a presidir el país.

En materia comunicacional, ha reinado por parte del régimen una estrategia destructiva de los medios de comunicación libres y el acoso a la ciudadanía cuando expresa su opinión libremente utilizando para ello una ley creada para reprimir a la sociedad denominada “Ley contra el Odio”, la cual es analizada de la siguiente manera: “La llamada Ley contra el Odio es solo la forma más acabada de la guerra mediática librada por el gobierno chavista contra los medios y los ciudadanos. En los últimos 18 años, el régimen establecido por Hugo Chávez ha alimentado la división, la intolerancia, la violencia y la criminalización de cualquier opinión crítica y disidente. Establecer una normativa sobre el odio deja claro que el objetivo del gobierno es silenciar a través del miedo a quienes deseen ejercer su derecho a la libre expresión de sus opiniones y pensamientos”.

Queda preguntarnos, ante el fracaso reconocido universalmente en los objetivos primordiales de su “Plan de la Patria” cuyos resultados han sido inversos a lo propuesto, en lugar de defender, expandir y consolidar la independencia nacional, objetivo designado como número uno, han subordinado políticamente el país al régimen comunista de Cuba como nunca antes en nuestra historia. Venezuela hoy es un país empobrecido, sometido a una cruel represión, planificada y controlada por políticos comunistas desde La Habana con el consentimiento de la Fuerza Armada Nacional creada para defender al país. La autonomía económica del país se ha perdido, la principal empresa petrolera está arruinada económicamente, “saqueada, sin ganancias operativas, ni inversión. Sin gente capacitada, con una deuda impagable. Viviendo del financiamiento del BCV.”

La legitimidad de los procesos electorales ha sido totalmente violada al punto de que los ciudadanos prefieran elegir sus candidatos sin la presencia de una institución amañada y controlada por Maduro como es el CNE.

La libertad de comunicación convertida en terreno cautivo, amenazante donde cualquier opinión cuesta ir a prisión.

Acaso los que lideran el socialismo del siglo XXI tienen algún plan alternativo después de haber consumado la ruina del país, acabar la industria petrolera, disminuir el crecimiento de los procesos agroalimentarios, industriales y comerciales con sanciones, controles antiproductividad, ataques a la propiedad, desvalorización del salario y destrucción de empleos. Conjunto de factores que han provocado el éxodo de más de 20% de los venezolanos hacia otros países donde intentan reconstruir sus vidas y sus esperanzas.

La pregunta a Maduro, Diosdado y Padrino: ¿Cuál es el plan para los tiempos por venir, el Plan de la Patria ya hemos visto cómo se estrelló ¿qué proponen ahora?

¿Tienen algún nuevo plan? Será acaso más comunismo, más corrupción, represión, miseria y silencio total de la gente. Depender ahora del bárbaro Putin y de Xi Jinping, romper con las democracias occidentales y adentrarnos al mundo sin ley de Corea del Norte ¿serán ellos nuestros nuevos aliados?  O ¿no tienen ninguna reedición de un nuevo Plan de la Patria para el tiempo por venir?

Los venezolanos esperamos fervientemente que podamos superar este amargo momento histórico que sólo ha traído tristeza, dolor y separación a la familia venezolana, miseria, éxodo de millones de personas arrancadas de sus hogares por la violencia y la falta de piedad. No queremos más planes como el Plan de la Patria, su fracaso predice un caos que paradójicamente anuncie un nuevo comienzo, por lo pronto sólo aspiramos a recuperar nuestro país, nuestra gente, las instituciones fundamentales, las familias y la libertad que requiere cualquier humano para ser libre y feliz.


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