G7 cumbre
Líderes del G7. Foto: JACK HILL / POOL / AFP

La reciente cumbre celebrada en Inglaterra entre los países del denominado grupo G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia,  Italia, Japón, Reino Unido y una representación de la Unión Europea) tiene la particularidad de presentar una posición particularmente agresiva contra los gobiernos de la República Popular China y la Federación de Rusia, que va mucho más allá de la retórica tradicional y de las teorías de conspiración relacionadas con el origen del COVID-19.

En este sentido es importante señalar que las diferencias políticas y de seguridad están empujando a las clases dirigentes de esos países mucho más allá de las consideraciones económicas, que privaron durante décadas en una carrera desesperada por obtener participación en el mercado interno chino, que permitió a muchas multinacionales cerrar sus fábricas en los países donde se iniciaron dichas empresas, para abrir una gran cantidad de factorías y cadenas de suministros en China, donde no solo se apuntaba al mercado chino, sino que también se llenó el resto del mundo con productos fabricados en dicho país.

El problema de seguridad nacional comienza cuando el COVID-19, deja al descubierto que la industria farmacéutica mundial, entre otras, puede ser paralizada, en gran medida, por decisión de las autoridades  chinas o por razones de causa mayor, que impliquen la paralización de dichas exportaciones a los países del G-7.

Es aquí donde se prenden las alarmas políticas, recordando las presiones que sufren países dependientes, como es el caso de Ucrania del gas natural ruso, lo que no puede ser revertido. La disposición de materias primas es un asunto geológico y no político, lo cual es muy diferente con productos manufacturados y tecnologías de punta que pueden ser adaptadas y desarrolladas con las debidas orientaciones políticas, tal como ocurriera en Europa después de la II Guerra Mundial (1939-1945), cuando se reconstruyó toda la economía de Europa Occidental en menos de 20 años.

Este enfrentamiento, que pareciera una continuación de los denominados “choques de civilizaciones” tiene un componente ideológico importante, referente a la existencia de una forma política, económica y social, que difiere demasiado en cuanto a los bloques que se enfrentan, ya que se trata de gobiernos democráticos y pluralistas, contra gobiernos autoritarios que no toleran el pluralismo político, bien por ser regímenes de Partido Único o por tener aplastados a sus opositores políticos, por lo que suelen tener el apoyo de aquellos gobiernos que se le parecen.

Esta batalla se va a desarrollar en el plano económico y tecnológico, por lo cual es muy conveniente revisar el peso especifico de cada bloque (los países incorporados en cada grupo corresponden al criterio del autor del presente escrito) en la economía mundial, medidos en este caso por el Fondo Monetario Internacional en su estimación de abril de 2021, en este caso en particular apuntando a la variable del producto interno bruto, que comprende el valor estimado de su producción anual de bienes y servicios, así que observamos a continuación lo siguiente:

GRUPO A:

PAISP.I.B. 2021 (MILLARDOS DÓLARES)
1.       CHINA16.642.318
2.       RUSIA1.710.734
3.       TURQUÍA794.530
4.       IRÁN682.859
5.       VIETNAM354.868
6.       KAZAJISTÁN187.836
7.       ARGELIA151.459
8.       BIRMANIA76.195
9.       ANGOLA66.493
10.    USBEKISTÁN61.203
11.    BIELORRUSIA60.725
12.    SERBIA60.435
13.    TURKMENISTÁN54.218
14.    BOLIVIA43.110
15.    VENEZUELA42.530
16.    PALESTINA16.481
17.    MONGOLIA14.233
18.    NICARAGUA12.283
19.    TAYIKISTÁN7.825
20.    KIRGUISTÁN7.470
21.    TOTALES21.047.805

 

GRUPO B:

PAÍSPIB 2021 (MILLARDOS DÓLARES)
1.       ESTADOS UNIDOS22.675.221
2.    UE (27 PAÍSES)17.127.535
3.       JAPÓN5.378.136
4.       REINO UNIDO3.124.650
5.       CANADÁ1.883.487
6.      COREA DEL SUR1.806.707
7.      AUSTRALIA1.617.543
8.       SUIZA824.734
9.       TAIWÁN759.104
10.    ISRAEL446.708
11.    NUEVA ZELANDA443.332
12.    UCRANIA164.593
                      TOTAL53.251.750

 

Como podemos observar, en los cuadros anteriores, China y sus aliados incondicionales tienen un PIB combinado de 21 billones de dólares, destacándose con gran diferencia China y Rusia por su potencia industrial y tecnológica, frente a un grupo de países aliados a Estados Unidos y la Unión Europea de 53,3 billones de dólares, desconociéndose qué posición asumirán potencias como las monarquías árabes del golfo Pérsico o la India, que podrían apoyar cualquier bando de acuerdo con sus intereses particulares, mientras que otros países de cierto peso o potencias regionales tendría que observarse su posición en el momento en que este conflicto pase a mayores.

Lo cierto del caso es que la República Popular China debe medir con mucho cuidado este conflicto que puede ser una amenaza para su economía y por ende para su estabilidad política, que siempre está en “veremos” en los países no democráticos, como ocurriera en el caso de la desaparecida Unión Soviética, que hizo implosión por razones meramente económicas.

Esta situación debe afectar aun más a los países más débiles de esta coalición política y económica, debido a que implica un aumento exponencial de sanciones y presiones sobre ellos, por lo cual países como Nicaragua, Venezuela, Cuba ,Siria, Irán y Turquía, podrían recibir en los próximos tiempos todo tipo de sanciones económicas, mientras mantengan sus posiciones antioccidentales, especialmente los 3 primeros que están en la mira del Departamento de Estado estadounidense. Turquía seguramente recibirá una presión especial de la Unión Europea y seguramente Irán tendrá que afrontar la presión de Israel y las monarquías árabes del golfo Pérsico, para tratar de desalojar a los iraníes de Siria, Yemen y el Líbano.

En el caso contrario, seguramente se incrementarán las crisis en la zona del mar de China y la disputada 24° provincia de China, como se califica a la región de Taiwán, mientras falta por ver cómo se manejará en Europa la crisis permanente de las regiones ucranianas de población étnicamente rusa, que incluso ya tienen pasaporte de dicho país y que seguramente seguirán el camino de Crimea de integrarse a la Federación de Rusia.

Sería muy aventurado decir cuál es la posición de buena parte de América Latina y el Caribe, el África Subsahariana y el Sur y Sureste de Asia, debido a que en dichas zonas predomina dentro de la opinión pública de muchos países un odio de siglos contra los países occidentales, debido a argumentaciones exógenas de que todos los problemas económicos y sociales que sufren es producto del imperialismo y del capitalismo, por lo cual cualquier posición se puede esperar.

Lo que sí pueden estar seguros es que las inversiones extranjeras en el futuro cercano tendrán que ser filtradas por estos componentes geopolíticos, de entes reguladores de sus países, lo que hace muy difícil pensar sobre la posibilidad de China de asumir la carga de decenas de países subdesarrollados en todo el globo para poder mantenerlos como aliados permanentes en esta guerra económica prolongada.


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