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El 9 y 10 del presente mes se va a llevar a cabo la Cumbre del G-20 de Nueva Delhi. El tema elegido por la India para su presidencia fue «Vasudhaiva Kutumbakam» o «Una tierra, una familia, un futuro», con ideas fundamentadas en los mensajes pacifistas de Buda y el líder independentista indio «mahatma» (gran alma) Gandhi

El Grupo de los Veinte (G-20) está integrado por 19 países: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, Reino Unido, República de Corea, México, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea. El G20 es el grupo de los países más poderosos del mundo que representan el 85% de la economía mundial. Nació en 1999 como una respuesta a la crisis financiera de fines de los años 90 y su primera reunión se realizó el 15 y 16 de diciembre de ese año en Berlín, Alemania. Su objetivo es fortalecer el sistema financiero internacional y lograr que la economía mundial crezca de manera fuerte, sostenida y equilibrada.

Durante los próximos días revisarán los mecanismos para los «esfuerzos colaborativos para abordar los desafíos globales, puesto que la economía global se enfrenta aun a los efectos de la pandemia, la inseguridad alimentaria y energética, la inflación, las vulnerabilidades y las tensiones geopolíticas (Eufemismo para no mencionar la invasión rusa a Ucrania).

Este grupo adquirió relevancia en momentos del inicio de la pandemia del COVID, cuando despertó las esperanzas de convertirse en el eje de coordinación y asistencia financiera a los países mas vulnerables. Sin embargo, la invasión rusa y la posición de China sobre la misma ha creado diferencias internas ostensibles que están afectando la viabilidad de los esfuerzos para los que fue creado. La tensa situación entre Estados Unidos y China no contribuye a la cohesión deseable para lograr acuerdos y consensos y por si fuera poco la actual ampliación de los BRICS va a contribuir de manera evidente en una disfuncionalidad sistémica que pudiera prever su desaparición.

En el actual escenario mundial la conformación de un eje de países autoritarios y dictaduras se va a complementar con la idea de un “mundo propio”, con arquitectura financiera y moneda propia amen de otras coincidencias que los compacten a pesar de diferencias que a futuro sean motivo de una dislocación (analistas predicen que una vez resuelto el asunto de Taiwán el próximo gran conflicto será entre China y la India).

En este contexto debería ser objeto de atención lo que pudiera resultar de la relación formal que mantiene el G-20 con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por las implicaciones en algunos de ellos en lo que tiene que ver con la financiación al desarrollo. Venezuela en un futuro pudiera solicitar su adscripción al mismo.

Los resultados de esta reunión van a tener eco inmediato en La Habana en la semana siguiente cuando el gobierno cubano acoja la Cumbre del G-77 e igualmente en el inicio de la Asamblea General de Naciones Unidas a continuación en la tercera semana del mes en curso.

Todos estos asuntos deberían ser objeto de nuestra atención puesto que los temas y sus desarrollos que allí se planteen de una manera u otra van a afectar nuestro futuro como región y país.

En resumen, la Cumbre del G-20 en Nueva Delhi ofrece una ventana al futuro del grupo en medio de desafíos globales y un contexto político en constante evolución. La adaptación del G-20 para abordar problemas actuales, desde tensiones geopolíticas hasta alianzas emergentes, será crucial para forjar un mundo más estable y equitativo a pesar de las amenazas que sobre el se ciernen.


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