«Caminante no hay camino, camino se hace al andar». Antonio Machado

La historia de la economía (los hechos) y la historia de las doctrinas económicas son siempre interesantísimas. Así pues, tenemos la maravillosa historia del seminario de Ludwig von Mises en la Viena que existía antes de las dos guerras mundiales. El célebre escritor Stefan Zweig decía al respecto que de niño había vivido la edad de oro de la seguridad. La monarquía bicéfala de los Habsburgos casi milenaria se apoyaba en su larga duración. Y el Estado era la garantía máxima de esta estabilidad y tranquilidad. La moneda, llamada corona austríaca, pasaba de mano en mano en forma de piezas de oro y esto garantizaba su poder adquisitivo. Así, todos sabían cuánto le correspondía, que le estaba permitido y qué prohibido. Quien era dueño de una fortuna podía calcular exactamente el interés que le redituaría al año. El funcionario o el militar, por otra parte, con mucha seguridad podía conocer en el calendario el año en que ascendería o se jubilaría.

En Viena se desarrollaría poco a poco un gran ambiente cultural. Ludwig von Mises atribuye el éxito para tal entorno a la Constitución que los liberales habían logrado imponerle al emperador en 1867, y las leyes complementarias estuvieron en vigor hasta el desmembramiento del Imperio de los Habsburgos en 1918.

Ahora bien, las raíces de la famosa escuela austríaca de economía se remontan al libro escrito por el profesor Carl Menger (1840-1921),  Principios de economía política (1) implicaba un fortísimo ataque académico tanto a la escuela histórica moderna como a los economistas clásicos; a los primeros porque el libro pregonaba la existencia de leyes económicas universales y atemporales que eran negadas por los historicistas; y a los segundos, porque para Menger no eran los costos de producción los que determinaban los precio de los bienes (valor en cambio según la terminología clásica) sino justamente a la inversa. Como era de esperarse, el libro de Menger cayó en un vacío casi absoluto, apenas tuvo unos pocos lectores, entre los que se encontraban Eugen von Böhm-Bawerk, Friedrich von Wieser y Alfred Marshall (profesor de economía en Cambridge, Inglaterra).

Böhm-Bawerk, (1851-1914), continuó las ideas de Menger. En 1884 son publicados casi al mismo tiempo, las textos de Böhm-Bawerk, y Wieser, Historia y crítica de las teorías del interés, y Origen y principios del valor, respectivamente.  En el libro de Böhm- Bawerk, se realiza una excelente crítica a las teorías del interés existentes, y logra demostrar que sólo la disparidad de valoraciones entre bienes presentes y futuros es la determinante de la tasa de interés.

Böhm-Bawerk había sido profesor de la Universidad de Innsbruck, pero el clima académico poco favorable le hizo abandonar las actividades docentes, cuando le ofrecieron un cargo en el Ministerio de Hacienda en Viena. Luego, al abandonar la función pública hasta rechazó una asignación de retiro lo suficientemente atractiva para dirigir un seminario en la Universidad de Viena. El tema del primer seminario fue la teoría del valor. Los miembros de este seminario se reunían puntualmente todos los viernes a las cinco de la tarde y duraba sus sesiones aproximadamente una hora y media. Estaba integrado por un grupo de cincuenta a sesenta personas y tenía incluso una biblioteca propia. Casi todos los participantes del seminario eran antiguos alumnos de Menger o del propio Böhm-Bawerk. Una de las particularidades del seminario era que éste no tomaba directamente el papel de profesor sino de un coordinador que participaba en las discusiones.

Entre algunos nombres importantes dentro del seminario se destacaban los de Otto Bauer (marxista), Joseph Alois Schumpeter, quien, al igual que Wieser, terminó acercándose al pensamiento de la escuela de Lausanne, y Ludwig von Mises.  Este último se transformaría en poco tiempo  en “chef de file” de la escuela austríaca. Ya en 1913, precisamente un año antes de la muerte de Böhm-Bawerk, el tema de discusión en el seminario fue el libro de Mises, Teoría del dinero y del crédito (1912). Posteriormente, Mises instalaría su propio seminario como Privat-Dozent, en 1920 cuando apenas tenía 39 años de edad.

En efecto, en su autobiografía Ludwig von Mises cuenta como las tres cátedras de Economía Política que había en la Universidad de Viena eran usufructuadas por Othmar Spann, Hans Mayer, y Ferdinand Degenfeld-Schonburg. Además de denunciar la escasa capacidad de estos tres profesores, Mises relata también el deseo sobre todo de Spann y Mayer de arrebatarle sus alumnos e inscritos en su seminario como Privat-Dozent. De igual modo, los profesores ordinarios le creaban dificultades a los candidatos al doctorado en ciencias políticas que deseaban redactar la tesis con Mises. “A los matriculados en mi seminario se les negaba incluso el acceso a la biblioteca del Seminario de Economía Política, a no ser que también estuvieran matriculados en el seminario de uno de los catedráticos. Pero la artimaña fracasó en su objetivo porque mientras tanto había creado en la Cámara de Comercio una excelente biblioteca, incomparablemente más dotada que la del seminario universitario especialmente en lo referente al sector de la literatura anglosajona moderna”.

Siguiendo los recuerdos y la narrativa de Gottfried von Haberler, muchos miembros de la Mont Pélerin Society (sociedad internacional fundada por Friedrich von Hayek,) participaron regularmente del seminario, en especial Hayek, Machlup, el extinto Alfred Schütz y, en los comienzos, John V. van Sickle. Los instruidos visitantes consideraban como un gran honor ser invitados al seminario; entre ellos se cuentan Howard S. Ellis (Universidad de California; Berkeley); Ragnar Nurkse (ex profesor de economía en la Universidad de Columbia, en New York), muerto prematuramente hace varios años; Karl Bode (antiguamente miembro de la Universidad de Stanford y ahora de la de Washington); Alfred Stonier (ahora en el University College de Londres) y muchos otros. Allí estuvieron Oskar Morgenstern (actualmente en la Universidad de Princeton), el extinto Karl Schlesinger y Richard Strigl, dos de los más brillantes economistas de su época, el inolvidable Felix Kaufmann, filósofo de las ciencias sociales en el más amplio sentido de la palabra, incluyendo en ellas el derecho y la economía (escribió también un libro muy controvertido acerca de los fundamentos lógicos de la matemática), quien en 1938, después de su emigración, se incorporó a la Facultad de la Nueva Escuela de Ciencias Sociales, en New York, donde enseñó con gran éxito hasta su prematura muerte ocurrida hace algunos años.

Otros miembros importantes fueron la profesora Martha St. Brown (Colegio Superior de Brooklin, New York), el profesor Walter Froehlich (Universidad Marquette, Milwaukee, Wisconsin), la doctora Helene Lieser (quien fue durante muchos años secretaria de la Asociación Económica Internacional, en París), la doctora Ilse Mintz (Universidad de Columbia y Departamento Nacional de Investigaciones Económicas, New York), el doctor Eric Schiff (Washington) y el doctor Emanuel Winternitz (Conservador de la Colección de Instrumentos Musicales del Museo Metropolitano de Arte de New York).

El seminario se reunía todos los viernes a las 19 horas en la oficina de Mises en la Cámara de Comercio. Mises ocupaba su escritorio y los demás le rodeaban. La reunión acostumbraba empezar con una presentación del propio Mises, o de otro miembro del grupo, acerca de algún problema de teoría económica, metodología de las ciencias sociales o política económica. Uno de los temas favoritos era la sociología, especialmente la Verstehende Soziologie de Max Weber y los problemas relacionados con ella. La discusión, siempre alegre y animada, se prolongaba hasta las 22 h, y posteriormente el grupo iba a cenar a un restaurante italiano de las cercanías, el Ancora verde. Allí se prolongaba la discusión acerca de pormenores teóricos y más tarde adquiría un tono más sutil. A eso de las 23:30, aquellos miembros del grupo que todavía no estaban agotados iban al Café Kunstler, situado enfrente de la universidad, lugar de reunión preferido de los economistas en la Viena de aquella época. Mises siempre se encontraba entre los valientes e infatigables que iban al Café Kunstler siendo el último en retirarse, nunca antes de la una de la madrugada.

A la mañana siguiente, flamante como una flor, llegaba a su oficina a las 9 horas. A los ochenta años todavía conservaba su costumbre de trabajar hasta tarde y levantarse temprano.

En 1935 aceptó un ofrecimiento de W. E. Rappard para integrarse al Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales en Ginebra y enseñó ahí hasta 1940, cuando emigró a los Estados Unidos. Antes que él, se ya se habían marchado algunos de sus discípulos (Hayek se había dirigido a Londres y el propio Haberler también a Ginebra). Los que se quedaron en Viena hasta que en 1938 se abatieron las sombras sobre ella se sentían tristes y olvidados.

La ausencia de Mises y la desaparición de las demás escuelas dejaron un enorme vacío en la vida intelectual de Viena, que no volvió a llenarse jamás, ni siquiera después del espectacular resurgimiento económico y político de Austria después de la Segunda Guerra Mundial.

Lista de los asistentes fijos al seminario privado según L. von Mises

Ludwig Bettelheim-Gabillon

Fritz Maclup

Victor Bloch

Ilse Mintz-Schüler

Stephanie Braun-Browne

Oscar Morgenstern

Friedrich Engel von Jánosi

Adolf Offenheimer-Spiro

Walter Froehlich

Paul Rosenstein-Rodan

Gottfried von Haberler

Karol Schlesinger

Friedrich von Hayek

Fritz Schreier

Marianne von Herzefeld

Alfred Schütz

Felix Kaufman

Richard von Strigl

Rudolf Klein

Robert Walder

Helene Lieser-Berger

Emanuel Winternitz

Rudolf Loebl

Gertrud Lovasy

Los nombres subrayados han sido grandes celebridades en la ciencia económica, empezando por Friedrich von Hayek Premio Nobel de Economía (1974) y terminando por Oscar Morgentern uno de los padres de la teoría de juegos.

Retorno en New York

Posteriormente Ludwig von Mises resucitó su seminario en la Universidad de New York  a partir de 1945, en esta segunda etapa de su vida académica, tuvo seguidores en Estados Unidos, quizá los principales hayan sido Murray Rothbard, e Israel Kirzner. Este último ha realizado un profundo estudio sobre el comportamiento empresarial en el mercado. Los trabajos más notables de Kirzner se encuentran en el campo de la economía del conocimiento y de la iniciativa empresarial y la ética de los mercados. Tuve hace varios años el placer de oírlo y responder preguntas de los asistentes en una charla que dio en Caracas, además de tener varios libros escritos por él en mi biblioteca personal, en vista de lo cual puedo afirmar que pocas veces en la vida he visto un economista tan profundamente preparado acerca del mundo empresarial.

Bibliografía

Mises, Ludwig von: Autobiografía de un liberal, Madrid, Unión Editorial, S.A, 2001.

Mises, Ludwig von et alia, Escuela Austríaca de Economía, México, Centro de Estudios y Educación AC, 1989.

(1)  Gründätze der Volkswirthshaftslehre (1871)


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