Con el anhelo y entusiasmo que estoy avizorando durante los inicios del proceso de precampaña electoral en Venezuela considero importante hacer una contribución, no tanto en cuanto a formulaciones conceptuales del tipo de nuevo relacionamiento externo necesario de nuestro país, de los cuales no tengo duda ya existen propuestas sumamente valiosas en los comandos políticos y foros existentes en el país, como el COVRI, Grupo Ávila, el Foro Venezolano de Política Exterior y otros, sino más bien en quienes, el personal humano, los profesionales que va a necesitar la nación para ejecutar la política exterior que logre contribuir para que tengamos el país de desarrollo y bienestar que todos aspiramos.  A continuación mis consideraciones sobre el factor educativo en la materia:

1-     El deterioro del servicio exterior es evidente al igual que la desprofesionalización de la Cancillería venezolana. Los avances de la democracia en cuanto a la formación de profesionales en relaciones internacionales con docentes de primera línea como fue y ha sido la Universidad Central de Venezuela, se complementaba con el ingreso a la carrera diplomática a través de un concurso de oposición con exigentes exámenes, formación posterior en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual, siendo necesario un periodo de dos años para que un Jurado Calificador ratificase su ingreso definitivo a la carrera. Todo esto se complementaba con una visión estatal de la llamada “meritocracia”, que en una de sus acepciones establece que todos los individuos pueden alcanzar una movilidad social ascendente si se lo proponen. Es decir, se asume que las personas pueden incrementar sus ingresos y ascender en la escala social a través de su talento y esfuerzo.

2-     El escaso nivel profesional  devino precisamente en oposición a este ultimo concepto con el criterio de que aquellos que tenían formación era porque venían de una clase elitista, argumento falaz siendo que la educación universitaria en Venezuela es y era totalmente gratuita y con facilidades para estudios de postgrado e incluso formación en universidades de reconocida excelencia fuera del país y así se reflejó en la gran movilidad social durante el periodo democrático, inédita en el continente. La lealtad al líder del nuevo proceso político sustituyo de manera progresiva y efectiva la nómina de la administración pública y empresas del Estado. Algunos analistas calificaron el aluvión de nuevos funcionarios de “oclocracia”, o el poder de las muchedumbres. Esto tuvo un reflejo de inmediato en la desarticulación del país con sus relaciones tradicionales, basadas en conceptos ideológicos y sin consideraciones de otro tipo afectando así no solo a la Cancillería, sus embajadas, consulados y misiones ante los organismos internacionales, sino también a todas las direcciones y coordinaciones de relaciones internacionales de la administración pública en general.

3-     En el Ministerio de Relaciones Exteriores durante el chavismo la masacre laboral disfrazada de “Jubilaciones con júbilo” extemporáneas y forzadas a los funcionarios diplomáticos de carrera fue equivalente a la del pitazo de Pdvsa, solo que de manera gradual y por tanto menos mediática. Los sustitutos más que formados fueron adoctrinados en programas de inducción exprés en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual -IAEDPG-, convertido en un centro de formación ideológica con docentes sin referencia académica alguna.

4-     Las consecuencias de todo ello están a la vista, un país semiautárquico  que no mantiene prácticamente relaciones con los países democráticos y de economía liberal en el mundo y desconectado de la gobernanza global, regional y mecanismos de integración – No tenemos derecho a voto en la Organización de Naciones Unidas ni en sus organismos especializados, dejamos de pertenecer a la Organización de Estados Americanos, nos salimos de la Comunidad Andina y nos sacaron del Mercado Común del Sur-

5-     En consecuencia, un proyecto de reconfiguración de las relaciones internacionales de Venezuela va a precisar de una nueva oferta laboral, de personal profesional y técnico que este en capacidad de afrontar dicho reto y más aún, que tenga voluntad de adscribirse en el país -no olvidemos que el éxodo venezolano es en su mayoría la población etaria indicada para asumir esas tareas-. También se debe contar con exdiplomáticos con suficientes conocimientos y experiencia con interés en la formación educativa y asesoría a los órganos de dirección política, todo ellos dentro del marco de un programa nacional con visión a largo plazo, puesto que es necesario mucho el tiempo y el esfuerzo para recuperar el país del foso en el cual se encuentra sumido.

6-     Para lograr estos objetivos se debe contar por supuesto con la recuperación del sistema educativo del país. El éxodo de alumnos y profesores debido al futuro que vislumbran en recintos deteriorados totalmente, bajos sueldos, autonomía universitaria disminuida sin control presupuestario y una cada vez mayor intervención gubernamental con controles ilegales que van en contra de su propia existencia, deben ser revertidos para lograr su natural articulación con el Estado en la provisión de los profesionales que el país requiere, entre los cuales se encuentran los ejecutores de la política exterior. A la formación de pregrado y posterior puede ser complementadas con diplomados de menor número de horas académicas, pero de contenido relevante y necesario y para ello pongo como ejemplo el que actualmente, entre otros, desarrolla la Universidad Central de Venezuela, conjuntamente con el Colegio de Internacionalistas de Venezuela y el Centro de Investigaciones y Análisis Prospectivos  denominado  Relaciones Internacionales, Diplomacia, Protocolo, Ceremonial, Eventos y Liderazgo , el cual cuenta con un excelente equipo profesoral.

7-     El aporte de instituciones privadas tales como la Universidad Santa María y la Católica Andrés Bello debe ser tomado en cuenta para este proceso, así como otras en Caracas y el interior del país. Los éxitos que han sido reseñados por la prensa de los alumnos de dichas instituciones en eventos fuera del país como la ya famosa simulación de un proceso de negociaciones el contexto de las Naciones Unidas, así lo demuestra. Las fortalezas en el manejo de idiomas, especialmente el inglés, es fundamental.

8-     La ineludible reconversión del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual a sus funcionarios debe ser complementada con los programas de formación en materias especificas que ofrecen los organismos tradicionales y prestigiosas universidades alrededor del mundo. Parte de mi formación cuando serví como funcionario diplomático provino de Naciones Unidas. A posteriori esto puede representar una ventaja para que Venezuela logre insertar connacionales en organismos de la gobernanza global y de esta manera ocupar posiciones ventajosas para los objetivos de política exterior.

Todas estas consideraciones forman parte de un compendio sobre una nueva política exterior que iré realizando en próximas entregas.

Un ser sin estudios, es un ser incompleto. Simón Bolívar


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!